Artemisia Gentileschi está considerada en la actualidad como la primera mujer pintora en la historia. Fue una extraordinaria artista muy apreciada en su época, sin embargo, pocos años después de su muerte inexplicablemente cayó en el olvido, y muchas de sus obras se han perdido por el descuido de muchos museos y coleccionistas que desconocieron la importancia y el valor artístico de esta valiente mujer que durante toda su vida se vio enfrentada al machismo de su época. Hoy en día se conocen solamente 34 obras de su autoría, pero los archivos del Vaticano y los archivos históricos de la Real Academia londinense de las artes dan fe de muchísimas obras que hoy se le desconoce su paradero.
Esta singular artista nace en Roma en 1593 y es su padre, el pintor Orazio Gentileschi, quien la introduce al mundo del arte y le enseña la técnica de la pintura. Orazio tenía un particular afecto por su hija ya que era la única de todos sus hijos que mostraba un verdadero talento, ya a los diecisiete años había pintado Susana y los viejos. Pero como las escuelas de arte estaban vetadas para las mujeres, Orazio pone a estudiar a Artemisa con el artista Agostino Tassi, quien más tarde la viola y que marca de por vida a la gran pintora reflejando en su pintura el horror y la venganza hacia los hombres, resaltando entre sus motivos principales de sus pinturas las heroínas femeninas y mujeres de gran espíritu. Su obra se caracteriza por el fuerte y tenebroso dramatismo casi teatral, el riguroso trazo dibujistico y el marcado claroscuro, ubicando su trabajo entre los más grandes del movimiento barroco y del cavaggerismo.
Artemisia Gentileschi fue una mujer adelantada para su época, fue la primera artista femenina que pudo vender su obra y que viajo fuera de su país para pintar en otras cortes, como la corte napolitana donde el Virrey El Duque de Alcalá le profesaba gran estimación, también estuvo en la corte inglesa bajo el cuidado y el mecenazgo de Carlos I de Inglaterra. Su excelso talento y su fuerte espíritu se impusieron frente los rigurosos cánones masculinos y machistas de la época y enfrento con coraje los esquemas sociales y religiosos que se oponían a la libertad femenina en todos sus sentidos. Artemisa muere en 1653 cuando empezaba a experimentar en el movimiento clasicista dejando como prueba de su genio la obra de David y Betzabe.
Esta singular artista nace en Roma en 1593 y es su padre, el pintor Orazio Gentileschi, quien la introduce al mundo del arte y le enseña la técnica de la pintura. Orazio tenía un particular afecto por su hija ya que era la única de todos sus hijos que mostraba un verdadero talento, ya a los diecisiete años había pintado Susana y los viejos. Pero como las escuelas de arte estaban vetadas para las mujeres, Orazio pone a estudiar a Artemisa con el artista Agostino Tassi, quien más tarde la viola y que marca de por vida a la gran pintora reflejando en su pintura el horror y la venganza hacia los hombres, resaltando entre sus motivos principales de sus pinturas las heroínas femeninas y mujeres de gran espíritu. Su obra se caracteriza por el fuerte y tenebroso dramatismo casi teatral, el riguroso trazo dibujistico y el marcado claroscuro, ubicando su trabajo entre los más grandes del movimiento barroco y del cavaggerismo.
Artemisia Gentileschi fue una mujer adelantada para su época, fue la primera artista femenina que pudo vender su obra y que viajo fuera de su país para pintar en otras cortes, como la corte napolitana donde el Virrey El Duque de Alcalá le profesaba gran estimación, también estuvo en la corte inglesa bajo el cuidado y el mecenazgo de Carlos I de Inglaterra. Su excelso talento y su fuerte espíritu se impusieron frente los rigurosos cánones masculinos y machistas de la época y enfrento con coraje los esquemas sociales y religiosos que se oponían a la libertad femenina en todos sus sentidos. Artemisa muere en 1653 cuando empezaba a experimentar en el movimiento clasicista dejando como prueba de su genio la obra de David y Betzabe.
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