Bajo la noche tempestuosa
con la furia de la lluvia mojándome la cara
mientras escucho los lamentos de las olas
voy despojándome de mis felices penas
que se van volando con el ulular de la ráfagas.
En medio de la noche embravecida
con las estrellas y la luna que no me dan la cara
mientras hundo mis pies en la blanda arena
voy abandonando mis alegres tristezas
que se van deshaciendo con la espuma de la playa.
La noche perturbada e intensa
me obliga a conversar con sus esferas
y voy renunciando de a poco a mi materia
para que vuele mi espíritu con la aurora.
Por Félix Esteves
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