Alargar la pesada noche
como si fuera inmortal la luna
que no se esconda ni viaje con el día
vestiré mi ventana entonces con cortina
de negrura mortuoria, de oscuridad infinita.
Leeré mil veces los petroglifos
que dibujan la habitación donde nos amamos
así siempre será de noche,
noche negra
noche muerta
sin luceros y sin estrellas
sólo el jadeo de mi soledad perpetua
que sonara como el compás incierto de un reloj falleciendo.
No quiero la luz
ni la claridad de un maldito nuevo mañana.
Me conformo con la sombra
la sombra inacabable de mis días
así podré siempre tenerte
así podré conservarte
recuerdo puro de la última noche
últma noche que se quedo eterna sobre mi vida
como si fuera inmortal la luna
que no se esconda ni viaje con el día
vestiré mi ventana entonces con cortina
de negrura mortuoria, de oscuridad infinita.
Leeré mil veces los petroglifos
que dibujan la habitación donde nos amamos
así siempre será de noche,
noche negra
noche muerta
sin luceros y sin estrellas
sólo el jadeo de mi soledad perpetua
que sonara como el compás incierto de un reloj falleciendo.
No quiero la luz
ni la claridad de un maldito nuevo mañana.
Me conformo con la sombra
la sombra inacabable de mis días
así podré siempre tenerte
así podré conservarte
recuerdo puro de la última noche
últma noche que se quedo eterna sobre mi vida
así la quiero, negra, oscura y nauseabunda
para poder llevármela tranquilo hasta la tumba.
Por Félix Esteves
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