Maúlla una gata enamorada...
Embelesados por esta pasión que nos domina
somos soles de mantequilla que caemos
derretidos en la mar
donde naufragamos sin mediar
sin resistirnos a la intoxicación perenne del amor.
Bebemos de nuestras deliciosas pócimas
se hace una sola carne... somos solo gotas de sudor
y cae la noche con su hermosa luna de melón
que nos vigila celosa
que ninguna estrella o un vagabundo lucero
nos distraiga de este embrujo sensual.
Enredados como ovillos rodamos en el cielo
entonces maúlla la luna
que con nosotros también quiere jugar
y como gata de la noche nos acompaña
en este repertorio sibarita, lujurioso y carnal
de besos
de arrumacos
de coitos lúbricos y mentales
a este sortilegio
que nos ata y nos devora
y al que no queremos escapar.
Maúlla una gata enamorada
montada sobre una luna de cristal.
Por Félix Esteves
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