Caín y Abel
Trepado en mí
....casi no hacía ruidos,
pero desaforadamente
....su bestia comía de mi culo.
Un hombre silencioso en tiempos de guerra.
Este hambriento — dije — es mi hermano.
Y me abrí delicadamente
....como un jacinto a la pisada del buey.
Le di agua de mi boca,
manos que fueron pañuelos para su frente,
mi espalda como un pan
y ojos que supieron cerrarse a tiempo.
Trepado en mí,
dije este hombre es mi hermano
y lo quiero
porque somos igual de pobres
y estamos igual de hambrientos.
Por Juan Carlos Bautista
RECINTO
XVIII
¿Dónde pondré el oído que no escuche
mi propia voz llamarte?
¿Y dónde no escuchar este silencio
que te aleja espaciosamente triste?
Yo camino las horas presenciadas
por los dos, en nosotros.
Sé del fruto maduro de las voces
en campos de spetiembre.
Sé de la noche esbelta y tan desnuda
que nuestros cuerpos eran uno solo.
Sé del silencio ante la gente oscura,
de callar este amor que es de otro modo.
Mientras llueve la ausencia yo liberto
la esclavitud de carne y sola el alma
cuelga en los aires su águila amorosa
que las nubes pacificas igualan.
Por Carlos Pellicer
PRONUNCIO
Dime que estas allí
donde siempre te he buscado
en la esquina oscura de la noche
en la oculta mesa de un bar
en los tupidos bosques de un parque
en las vidrieras frías de una tarde
en la verde humedad de las almas de un sauna
en las largas barandas de un centro comercial
en las largas barandas de un centro comercial
o en la soledad perpetua de mi alcoba
cuando el insomnio ya no me deja soñar.
Pronunciare tus nombres mil veces
como si desearte fuera la única verdad
¡Qué fácil es sentirte!
¡Qué sencillo es amar!
No obstante…
¡Qué difícil es hallarte!
¡Qué complicado es mantenerte!
En este mundo ciego y cruel
donde se permite y se perdona hasta el odio
pero tu verbo no se debe pronunciar.
Por Félix Esteves
Interesante este blog... Lo he encontrado buscando una imagen del dibudo que hizo Rembrandt del Rapto de Ganímedes. Seguiré visitándolo.
ResponderEliminarSaludos desde Madrid, España.