martes, 25 de enero de 2011

EL DISCURSO DEL REY

El Discurso del Rey nos narra los desabrimientos y mortificaciones de Jorge VI por superar sus limitaciones verbales antes de acceder al trono del Reino Unido de Gran Bretaña por la abdicación por amor de su hermano el Príncipe heredero Eduardo VIII. Pero esta soberbia película británica es más que eso, es la historia de la superación personal de un príncipe de perfil bajo, carisma opaco que no se siente preparado para ser el Rey de la cuarta parte del mundo de aquel entonces, y que ha pesar de todos los pronósticos supero su gaguera o tartamudez y que inspiro a todo un imperio en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.

Helena Bonham Carter, Colin Firth y Geoffrey Rush en "El Discurso del Rey"

Colin Firth logra interpreta a Jorge VI de manera que siempre veas al hombre no al rey
o al príncipe. En su mirada, sus gestos y sus palabras ves sus miedos, y además consigue
 un creíble tartamudeo.
El director Tom Hooper (responsable del drama deportivo "The Damned United" y de la serie de televisión "Elizabeth I") logra convertir esta historia de salón real en una tragicomedia brillante donde el grisáceo monarca británico gana su confianza y vence su problema de lenguaje a través de la constancia. Hooper convierte así esta historia en un film emotivo, lúcido, excelentemente narrado y sin mácula, en la mejor película quizás de este 2011. El cineasta británico hurga, indaga escudriña y escruta en la psicología compleja y trastornada de un dúo asombroso, maravilloso y asimétrico (en el poder político pero inverso en el poder del discurso y de la palabra) unido en la fatalidad, el rey tartamudo (Poder Político) y su logopeda (Poder de la Palabra o el Discurso), que se inventan una amistad insólita y desesperada, testigo de tiempos oscuros, fatales que deslumbran o auguran los desastres de Hitler y la Segunda Guerra Mundial.

Sin palabras la excelente actuación de Rush como el logopeda. Un actor que hace brillar
todo lo que toca o interpreta.

Helena Bonham Carter vuelve en este film a sus papeles que le dieron grandes frutos en su
juventud. El drama histórico o de época son indiscutiblemente el fuerte de esta actriz, que ha
sido relegada y olvidada por las grandes compañías cinematográficas y sus directores que
prefieren muchas veces una cara bonita y no el verdadero talento.
Hooper perfila el contexto socio-histórico para proyectar un libreto absolutamente genial, que actuado entre la risa y el llanto por dos geniales Colin Firth y Geoffrey Rush (ambos merecedores sin discusión del Oscar), emerge entre luces y sombras de unas incoherentes pero muy humanas y reales situaciones. Así el discurso histórico se minimiza, se vuelve minúsculo y emerge una grandiosa ficción que derrama sentimiento y lógica en proporcionado equilibrio. Geniales diálogos, sublime y pintoresco humor, junto con una banda sonora preciosa, una fotografía de primera, una dirección artística espectacular y muy bien lograda, además de las superiores y maravillosas actuaciones no solo de Firth y Rush, sino también de una Helena Bonhan Carter que desborda talento como la singular esposa del Rey, hacen de esta producción la verdadera merecedora del Oscar como mejor película, a pesar de que no es la favorita del público.

Por Félix Esteves

No hay comentarios:

Publicar un comentario