sábado, 1 de enero de 2011

EL OSITO/ THE TEDDY BEAR

EL OSITO

Extrañamente el niño soñaba todas las noches con el miedo. Gritaba y se levantaba bañado en sudor, y con su escaso vocabulario no podía hacerse entender, sus padres como único remedio lo llevaban a su cuarto y entre sollozos se quedaba dormido entre el calor de los cuerpos de sus padres, sin embargo muy adentro proseguía el miedo. Los padres preocupados llevaron al niño a psicólogos, psiquiatras, y muchos especialistas, no obstante las pesadillas seguían, hasta que un día un médico psiquiatra muy joven por cierto le recomendó a los preocupados progenitores que le compraran un oso de peluche, que trataran al felpudo muñeco como alguien más de la familia, que lo sentaran a comer con ellos, que vieran la televisión con él, de manera que el niño sintiera al oso como parte viviente del conglomerado familiar, y que al final del día acostaran al peluche de grandes ojos plásticos con el niño. Basto solo menos de una semana para que aquel inusual remedio diera efecto, el oso se convirtió en el mejor guardián y velador de los sueños de la asustada criatura.

Paso el tiempo, ya el niño se había convertido en todo un joven, viajaba a Caracas, empezaba su primer año de estudios en una prestigiosa universidad, dejaba el nido materno y se enfrentaba solo ahora a la vida, claro sus padres le alquilaron un cómodo apartamento cerca de la universidad, pero era un gran paso para aquel muchacho que paso toda su infancia y pubertad con el cuidado extremo y sobre protector de los padres. Llegado al apartamento el joven bajo sus maletas y efectos de mudanzas, arreglo el apartamento a su gusto y cuando en la noche se acostó, se percato que no se había traído su oso... el sueño fue lento... durmió con la luz encendida, los fantasmas volvieron... corría y gateaba por la casa, sus padres dormían o estaban fuera de casa, iba detrás del tio que jugaba con él, la luz se apago y ahora estaba dentro de un closet, solo siente las manos frias y heladas que lo tocan, que le hacen daño... el corazón le palpita fuertemente, suda, su cuerpo se hace agua mientras su garganta se seca... despierta y el miedo prosigue alli... toma las llaves del carro y se lanza en un viaje de ocho horas.

La casa lo espera, silenciosa como si supiera lo que fuera a ocurrir. Entra y sube las escaleras que dan a su cuarto, va directamente a buscar a su oso, llega a la habitación y allí esta él, si él, oliendo con lascivia al osito, tratando de desprender las sustancias odoríferas que quedaron atrapadas en su felpa, mientras con su mano manosea rítmicamente su miembro, el tío no se dio cuenta de la presencia del joven, solo siente el golpe en el cráneo que se divide y baña de sangre al osito, mientras la pesadilla se reafirma en el subconsciente. La noche llegó rápidamente. El matrimonio corrió escaleras arriba al ver estacionado el auto del hijo que solo ayer partió para la gran ciudad... en la habitación yace en el piso sobre el charco de sangre el tío, el joven se encuentra en su cama dormido placidamente con su oso abrazado.

Extrañamente el niño sueña... ya no sueña con el tío que lo profana... ya no suda, ya no llora, sueña con su osito de felpa de grandes ojos de brillante plástico, sueña que el oso lo protege, que se venga, que es feliz... y ya nadie puede despertarlo.



THE TEDDY BEAR

Strangely, the boy dreamed every night with fear. He shouted and stood bathed in sweat, with his limited vocabulary and could not make himself understood, his parents took him as the only remedy to his room and fell asleep sobbing in the heat of the bodies of their parents, but went deep into the fear. The worried parents took the child psychologists, psychiatrists, and many specialists, despite the nightmares continued, until one day a very young psychiatrist certainly recommended to concerned parents bought him a teddy bear, which treated the mat doll as someone else in the family, who sit and eat with them, they saw him on television, so that the child felt the bear as a living part of the family cluster, and at the end of the day to go to bed stuffed with big eyes plastics with the child. Only need less than a week to give effect this unusual choice, the bear became the best guardian and keeper of the dreams of the frightened creature.

Time passed, and the boy had become a young man, traveled to Caracas, began his freshman year at a prestigious university, left the maternal nest and facing life alone now, of course her parents rented a comfortable apartment near the university, but it was a big step for the boy who spent his childhood and puberty with extreme care and protective parents. Arrived at the apartment the young with their luggage and effects of removal under the apartment to your liking and when at night he went to bed, she realized that she had brought her teddy bear ... the dream was slow ... slept with the light on, the ghosts ... He ran and crawled back through the house, her parents slept or were away from home, went behind the uncle who played with him, the light went out and was now in a closet, just feel the icy cold hands and touched, ... that hurt his heart pounding, sweat, your body is water while your throat is dry ... wake up and there goes fear ... take the car keys and jumps on a journey of eight hours.

The house is waiting, silent as if he knew what would happen. Sign in and up the stairs leading to his room, goes directly to find his bear, comes into the room and there is he, if he, smelling the bear with lust, trying to dislodge the odorants were trapped in their plush, while with his hand rhythmically grope his member, his uncle did not notice the presence of the young, just feel the beat in the skull that is divided and blood bathes the bear, while the nightmare is reaffirmed in the subconscious. The night came quickly. The marriage ran upstairs to see the car parked the son who only yesterday departed for the big city ... in the room lying on the floor pool of blood on the uncle, the boy found peacefully asleep in his bed with his bear embraced.

Strangely, the boy dreams ... the dreams is no longer his uncle who no longer profane... the sweat, not crying, dreams about his big teddy bear of shiny plastic eyes, dreams that protects the bear, which comes, he is happy ... and no one can awaken.

Por Félix Esteves

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