Casi toda la prensa coincide que esta entrega de los premios Oscar fue un rotundo fracaso y muy aburrida. Mil veces de acuerdo con que este enunciado, la ceremonia de los Oscar fue lo bastante sosa y además estuvo completamente desordenada en lo que se refiere a sus presentadores y a los elegidos en nombrar los nominados y ganadores. Los anfitriones aunque jóvenes y bellos no estaban a la altura, no tenían la experiencia, ni la química que se necesita para hacer pareja y llevar la animación del programa.
La elección de los presentadores a los premios estuvo muy desacertada, pero es que desde un principio se vio venir el desastre cuando salió el señor Kirk Douglas a entregar un premio al de mejor actriz de reparto con un discurso tan ridículo y pobre, de igual manera que Matthew McConaughey y Scarlett Johansson, o los muñequitos de torta de Javier Barden y Josh Brolin, parecían ir vestido a su matrimonio gay, si ese fuese el caso; o la Sra. Oprah Winfrey en documental cuando su programa debería ser motivo de estudio y hasta de un mismo documental de cómo se hace mal televisión. Pero ya nada de eso me asombra porque la decadencia hollywoodense es eminente desde hace ya mucho tiempo y más aún de el Oscar como premio. Un ejemplo es que el año pasado como mejor actriz se le haya otorgado a Sandra Bullock por su mediocre actuación en “Blinde Side” cuando estaban en el mismo renglón una impecable Meryl Streep por “Julie and Julia” o una conmovedora actuación de Gabourey Sidibe en “Preciosa”, o a Russell Crowe hace ya tiempo por “Gladiador” cuando ese año debió ganárselo Javier Barden por “Antes que Anochezca”, o cuando se lo dieron a Gwyneth Paltrow por “Shakespeare enamorado” cuando se le debió dar a Fernanda Montenegro por “Estación Central” o a Kate Blanch por “Elizabeth”, pudiera seguir poniendo ejemplos, pero sería tan largo como la misma historia del cine y de los Oscar.
Con respecto al posible Oscar al mejor film a “Red Social”, realmente mucho ruido para tan pocas nueces, el film de Facebook me pareció una cinta fría, que simplemente narra la historia de un joven nerd con resentimiento social que les roba la idea a unos niñitos de papá. De que esta bien escrito el guión y que contiene diálogos muy inteligentes, es cierto. Que esta bien actuada, es verdad. Que tiene buen ritmo, completamente de acuerdo. Pero la película no va más allá. Se queda en la simple narración de la intimidad de sus creadores y sus pormenores y peleas internas. Que las redes sociales son importantes medios de comunicación, si es muy cierto, y más hoy en día cuando se quiere coartar la libertad de expresión, pero en la película nunca se deja asomar una pizca de eso. Creo que la fama de la cinta “Red Social” está en la magnitud de su campaña publicitaria muy bien orquestada por sus productores que se han valido del éxito de Facebook en el mundo para promocionar el film. El apego del público con esta cinta se debe a que Facebook se ha adentrado tanto dentro de nuestro subconsciente que ya es parte de nuestra vida y cualquier cosa mala que le suceda a la red es como si nos hirieran en carne propia.
El Oscar dado a “El discurso del Rey” me pareció acertada, primero porque es una película preciosista en todos los sentidos, hermosa en su elaboración y en su contenido, no es simplemente la historia del rey Jorge VI de Inglaterra, es la historia del valor de un hombre por cambiar su condición de tartamudo y como venció sus temores y sus miedo, además de ser una película que confronta la verdadera realidad del poder del discurso y el discurso del poder (hoy en día muy en boga con los discursos presidenciales y por el exacerbada utilización del poder para disfrazar por medio de un discurso la realidad de un país).
En todo caso, sí el Oscar a mejor película no hubiese recaído sobre “El Discurso del Rey” mi otra favorita era “El Origen”, una película arriesgada con ciertos tonos surrealistas y futuristas, este film de ciencia ficción nos presenta como un hombre entra en el subconsciente de sus victimas para implantar recuerdos (No sé pero me parece que eso ya sucede: cuando en Facebook te llega una invitación de amistad de alguien desconocido y te cuenta una historia, y uno se queda con la duda y acepta la invitación, sin saber quien “carajo” será el fulano o la fulana. O cuando te repiten tanto en la televisión y otros medios una historia de que todo esta bien y perfecto que hasta uno se lo llega a creer; instituyo que estos son dos buenos ejemplos del drama de “El Origen”.
Los niños del coro, me pareció una forma bonita y acertada de cerrar el programa, lo mejor de la noche, después de tanta banalidad, oropel y sobrevaloración del mundo Hollywoodense, los niños ofrecieron frescura y una muestra de que se pueden hacer cosas buenas con el arte. Esta coral de niños pertenece a una Escuela pública de la ciudad de New York, para ser más exactos de la Escuela Pública 22 con sede en Staten Island. En este colegio estudian los hijos de la clase obrera, de los marginados, de los refugiados, de los inmigrantes, estudian y comparten su tiempo niños que no saben si van a seguir estudiando el día siguiente, porque a lo mejor son deportados a sus países, o porque quizás tengan que ir a trabajar con sus padres, o porque no tengan con que ir al colegio, o simplemente porque los atrapo el mundo de la delincuencia y las drogas. Pretender que salieran vestido como los hijos de Angelina Jolie o Brad Pitt, o tal vez que Donatella Versace, o quizás Vera Wang o Armani diseñaran un vestuario para la ocasión me parece estúpido e inmaduro, salieron vestido como se visten como Coral, como se presentan en su colegio cuando tienen un acto cultural, pretender lo que no son era seguir el juego ridículo de la frialdad y la decadencia de un cine que se ahoga en su propia podredumbre.