sábado, 4 de junio de 2011

MARINA TSVETÁIEVA: la más olvidada de todos los poetas.

Mis versos, escritos tan temprano


Mis versos, escritos tan temprano
que no sabía aún que era poeta,
inquietos como gotas de una fuente,
como chispas de un cometa,

lanzados como ágiles diablillos al asalto
del santuario donde todo es sueño e incienso,
mis versos de juventud y de muerte
-¡mis versos, que nadie lee!-,

en el polvo de los estantes dispersos
-¡que ninguna mano toca!-
como vinos preciosos, mis versos
también tendrán su hora.



Libertad Salvaje


Amo los juegos en que todos
son arrogantes… son malignos,
en que son tigres y águilas
los grandes enemigos.

Libertad salvaje
Que grite una voz altiva:
"¡Aquí, muerte! ¡Allí, presidio!"
¡Luche la noche toda,
la misma noche conmigo!

Volando voy… tras de mí van las fieras
y con el lazo en las manos yo me río...
¡Ojalá la tormenta
me haga añicos!

¡Que sean héroes mis enemigos!
¡Acabe en guerra el convite!
Que sólo quedemos dos:
¡El mundo y yo!



Yo Te Reconquisto 


Yo te reconquisto de toda tierra  
y celestial altura, 
 porque me es cuna el bosque,  
y el bosque sepultura, 
 porque en la tierra estoy, con un pie sólo,  
uno, porque voy a cantarte 
como no canto a ninguno.  
Yo te reconquisto de todo 
tiempo y de toda espada,  
de toda noche y de toda bandera dorada,  
arrojaré las llaves y los mastines del umbral,  
pues perro fiel soy yo en la noche terrenal. 
 Te reconquisto de todos los demás, de la otra,  
de la una no seré yo esposa de ninguno,  
ni serás tu esposo de ninguna,  
y en la última lucha te sacaré, no reproches, 
 calla, del que en la noche estuvo 
con Jacob en la batalla.  
Pero hasta que en tu pecho  
los dedos cruzar pueda 
- oh maldito seas tú- en ti mismo te quedas, 
 tus dos alas dirigidas al espacio profundo, 
pues el mundo es tu cuna y tu sepulcro el mundo.



MARINA TSVETÁIEVA. 
Marina Tsvetáieva fue una poeta rusa nacida en Moscú en 1892. Hija de un profesor especializado en Bellas Artes, estudió en Moscú y en la Sorbona y vivió muchos años en Praga y Francia por motivos de la Revolución Rusa. Tuvo dos hijas, Irina y Ariadna, y un hijo, Gueorgui. Tsvetáieva volvió a la Unión Soviética para reunirse con su marido Sergéi Efrón, quien había regresado a Rusia, y con su hija, en 1939. Pero en el mismo año su marido Sergéi Efrón y su hija Ariadna fueron arrestados, y Sergéi Efrón fue fusilado en 1941. Ariadna fue rehabilitada en 1955.

Marina Tsvetáieva padeció la desaprobación oficial, no pudo encontrar vivienda ni trabajo. Era tan pobre que su hija Irina tuvo que ir al orfanato, donde dadas las malas condiciones murió de hambre. Cuando comenzó la Gran Guerra Patria, Marina fue evacuada a Yelábuga,Tartaristán, donde se suicidó en 1941.

Pese a todas esas desdichas y de la conciencia escrita de ellas, dejó una obra viva, de impresionante calor, intransigente y llena de valentía, que fue salvada de la destrucción y del olvido por su hija Ariadna Efrón. En la Unión Soviética permaneció casi inédita hasta después de la Segunda Guerra Mundial, cuando comenzó a ser conocida a través de la publicación de literatura en hojas clandestinas.

"Nabókov rectificó sus prejuicios sobre la difícil Tsvetáieva: ('leerla sólo causa estupor y dolor de cabeza'), pero se negó a encabezar su rehabilitación, que no ha llegado del todo hasta hace unos días cuando se ha publicado en Rusia su obra completa", escribe Vila-Matas (1)

Su lírica es un gran tesoro de literatura rusa y ha sido vertida al español recientemente por la eslavista Selma Ancira. Marina Tsvetáieva Es considerada como una de las figuras más relevantes de la literatura rusa del siglo XX. Fue una mujer de pasiones categóricas, voluntariosa y resuelta, que arrancó bruscamente de su corazón todo aquello que la había desilusionado y no podía ya aceptar.

La poeta rusa Marina Tsvetáieva también imaginó la literatura y la vida como experiencias  inherentes e inseparables.  Mujer  de  temperamento  sumamente  sensible,  tuvo siempre  grandes  dificultades  para  adaptarse  a  la  “realidad”,  y  en manera extrema, cuando la realidad es tan excepcionalmente dura y despiadada como la que le toco vivir. En  el  caso  de  nuestra  escritora,  la  fusión  entre  vida  y  arte  (de  fuerte reminiscencias románticas) constituyó una auténtica manera de ser, de sentir, de pensar y de morir, absolutamente incontaminada por ningún tipo de exageración. Esta  tendencia  insoslayable  a  hacer  desaparecer  las  fronteras entre  realidad  y  obra  de  arte  crea  un  espacio  y  un  estilo  propios.  En  muchas ocasiones se encuentran mezclados los motivos autobiográficos en su obra, ya sea ésta poética, ensayística, teatral, o la epistolar.

Su  estado  espiritual  era  el  de  un anhelo permanente, imborrable e indisoluble, una dolorosa insatisfacción, pues estaba dominada y poseída por un deseo de libertad irreflexiva, en un mundo de conformidades obtusas y de terror. Por tal razón tuvo que reinventar la realidad en el mundo ideal de su escritura, que fue el eco prolongado y sostenido de sus sueños.

Marina Tsvetáieva vivió y se debatió  entre estos dos puntos extremos, el amor no  satisfecho,  en  cualquiera  de  sus  dimensiones,  y  el  inventado  mundo  ideal  que plasmó en sus textos literarios. Esta dualidad que no supo muchas veces soportar o ligar la llevaron al terrible suicidio.

Últimamente el trabajo poético de Tsvetáieva ha sido tomado en cuenta y ha vuelto hacer motivo de estudio por los investigadores literarios, filólogos y editores que se han acordado de la más olvidada de los grandes poetas rusos de todos los tiempos, ahora es el tiempo de Marina Tsvetáieva.

(1) Enrique Vila-Matas. La Galaxia Tsvetáieva. http://www.letraslibres.com/index.php?art=6197

Por Félix Esteves

1 comentario:

  1. hola , mi nombre e s carlos moreno, tengo que hacer un documental sobre esta gran poeta , quien me puede ayudar con una informacion o un video sobre ella
    gracias

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