lunes, 26 de septiembre de 2011

LA MUERTE DE MARAT. Por Jacques-Louis David. Una pequeña aproximación crítica...


LA MUERTE DE MARAT. 1793
Jacques-Louis David.

Jacques-Louis David, el pintor de este cuadro, no era sólo un artista, sino además el creador de las celebraciones revolucionarias, las cuales tenían como  propósito servir como instrumentos de difusión de la ideología de la revolución francesa o mejor dicho como propaganda del nuevo régimen. El estilo de David estaba marcado por el Renacimiento, pero su mayor  influencia estaba dictada por la Antigüedad RomanaEl artista tenía una predilección por los temas antiguos ya antes de la Revolución.

Todo lo que Jacques-Louis David había ejercitado con los temas antiguos o clásicos, lo utilizó y aprovechó en 1793 con la representación de la muerte del diputado Marat. Este revolucionario francés fue asesinado en una bañera por la joven Carlota Corday, a partir de ese hecho concibió un cuadro inigualable y extraordinario tanto por su calidad artística como por su efecto propagandista. Jean- Paul Marat, un jacobino obsesivo con la Revolución Francesa, sufría una enfermedad de la piel que le obligaba a realizar la mayor parte de su trabajo político en las calmantes aguas de su bañera. El 13 de julio de 1.793, Carlota Corday, una adepta de sus enemigos políticos, los girondinos, consiguió entrar en su casa y matarle con un cuchillo de carnicero.

La muerte violenta de Marat  convirtió al criticado y malmirado revolucionario en un héroe del pueblo. David en su obra le da un rostro dulce, nada se aprecia de la pasión del demagogo,  otorgándole al filósofo lo que el artista quiere reflejar para su propaganda: revelar y exponer los rasgos sublimes del heroísmo y la virtud. Cuando Marat fue asesinado, era un hombre enfermo, sufría  de constante fiebre y se sentía acosado por una erupción de la piel que hoy día es conocida como    Dermatitis Herpetiforme. Por tal razón permanecía largas horas del día sumergido en su bañera, el agua le aliviaba un poco de los picores de las pústulas , y llevaba la cabeza muchas veces envuelta con paños empapados en vinagre.

Jacques-Louis David tenía que idealizar al enfermo de Marat que en la realidad se había convertido en un desecho humano para que el público pudiera admirarlo. Exceptuó todos ls desperfectos, manchas y llagas de la piel y situó el cuerpo en un espacio imaginario. Dejó el plano de fondo en la oscuridad, sugiriendo no sólo a la austeridad, sino que además coloca al personaje histórico en un espacio indefinido que se puede entender como la eternidad.

Al mismo tiempo David coloca en el cuadro objetos como una carta y un billete (no existentes en la realidad o en el hecho del crimen). La carta en cuestión dice: “Entregue este billete a la madre de cinco hijos, cuyo marido ha muerto por defender la patria”. Como se pudo demostrar estos dos objetos son una invención de David que lo usa para manifestar o proclamar a Marat como un amigo y defensor del pueblo. De igual manera David elige para Marat la pose  que evoca la imagen que durante siglos se empleó para representar a Cristo tras el descendimiento de la cruz: brazo colgando, la cabeza inclinada, sostenida únicamente por el hombro y los paños blancos.

El artista no hace referencia iconográfica a Carlota, la única alusión es el cuchillo tirado en el suelo y la carta que tiene Marat en la mano que dice“El 13 de julio de 1793. Marie-Anne Charlotte Corday al ciudadano Marat. Es suficiente que me sienta tan desdichada para tener derecho a vuestra benevolencia”. Jean Paul Marat nunca recibió dicha carta, pero al ser apresada  Carlota Corday encontraron en su poder una carta igual pero sin la palabra “benevolencia”.

El estilo es el del Neoclasicismo o lo que muchos críticos o historiadores del arte han llamado "Clasicismo revolucionario". Jacques-Louis David concierta la habilidad para la estilización y la simplificación que su aprendizaje clásico le había enseñado. Se  fijo una impresión directa y concluyente con la más simple de las formas y un mínimo de medios. La totalidad superior del cuadro se ha dejado extraordinariamente vacía, al más puro estilo de Caravaggio. El espacio en que tiene lugar el hecho está resuelto de manera concisa y con voluntariosa sinceridad.

Una gran  caja de madera con la escueta y breve inscripción "A MARAT/DAVID/se l'an deux" adelanta hacia el marco del cuadro; detrás en segundo y último plano, se despliega la bañera de color pardo grisáceo,  la cual está cubierta por un tablero de madera y los paños. La cabeza y los hombros de Marat  sobresalen de la larga y estrecha caja. El pecho, con una pequeña herida, está en sombra. La cabeza del obsesionado revolucionario está ladeada hacia atrás por la agonía de la muerte al más puro estilo de “La Piedad” de Miguel Angel.  Su rostro emerge entre luz y sombra, los ojos cerrados, la boca aunque apenada o mortificada muestra una leve sonrisa que en conjunto con todo lo anteriormente dicho le da una  fuerza plástica extraordinaria y plena la obra  de una manera apasionante, inquietante  y conmovedora.

Los hermosos tonos grises, pardos y verde petróleo aplicados en planos lisos son sencillos y su austeridad y su calculada posición es una derivación del gusto de David por la escuela de Caravaggio. La composición está también muy estructurada, lograda con unas líneas geométricas simples, con  una sobriedad y desnudez abandonada de todo elemento  innecesario o accesorio, enfatizando así rigurosa y magistralmente la claridad visual.

David creó una figura puramente ideal emplear solamente el material que le permitía realizar su idea. La definición del lugar, tan precisa en primer plano, va perdiendo su precisión a medida que se va más allá: más de la mitad del cuadro está vacía, es un fondo abstracto. El borde de la bañera, la mitad está cubierta por una tela verde y la otra mitad por una sábana blanca. El espacio queda definido por la sobria, casi esquemática, contraposición entre horizontales y verticales. En esa zona exigua, zona intermedia, muere Marat. En esta pintura Marat se despoja de lo narrativo (muy frecuente en otras de sus obras) y solo plasma el hecho de la muerte del protagonista, sin aditivos y sin falsos o excesivos ornamentos.

Quizás lo más dramático es el contraste entre sombra y luz, pero no hay ninguna fuente de luz que justifique ese contraste como algo natural. La luz es simbólica. La firmeza y la frialdad del contraste entre luz y sombra dan al cuadro una tonalidad uniforme, lívida y apagada, cuyos extremos son la sábana blanca y la tela oscura. En medio de este colorido tan bajo destacan, sobrecogedoras, unas cuantas gotas de sangre sobre la sábana.

La simplicidad y sencillez del conjunto es notable. Parece como si a David sólo le interesara destacar al protagonista y su obra; todo lo demás es marginal y absolutamente fútil. No hay figuras secundarias que nos pudiesen distraer del hecho "sagrado" y del personaje idealizado.

Sobre Jean Paul Marat.

Marat fue uno de los dirigentes más extremistas o fundamentalistas de la Revolución Francesa, compartiendo con Danton y Robespierre el reino del terror. Jean Paul Marat (1743-1793) estudió medicina y en 1789 había sobresalido ya en esa profesión, la Universidad escocesa de St. Andrews le había otorgado un grado honorífico. Casi desde el principio de la revolución se erigió como un defensor de los más humildes. En la Asamblea rechazó casi todas las propuestas dogmáticas de sus colegas de la clase media y su lengua mordaz le granjeo muchos enemigos dentro de sus mismos colegas o compañeros. Marat no tardó en ser perseguido y tuvo que esconderse en alcantarillas y sótanos pero esto no mermo su capacidad para incitar al odio entre las clases sociales.

Sus virulentas críticas le obligaron a exiliarse en muchas ocasiones. Sin embargo, sus ideas y su defensa de los derechos del pueblo lo convirtieron en un personaje muy apreciado y popular. En 1792 tomó parte en las matanzas de septiembre y fue elegido miembro de la Convención y de la Comuna de París, pero tropezó con la animadversión de los girondinos al incitar al pueblo a usar la fuerza y la violencia extrema al reclamar por la dictadura revolucionaria.

Durante la crisis de la primavera de 1793, los girondinos consiguieron que la Convención le acusase de incitar al pueblo a la violencia, pero fue declarado inocente. La caída definitiva de los girondinos se produjo el 2 de junio de 1793, pero Marat, enfermo y exhausto tras años de lucha, abandonó la Convención. Poco después, el 13 de julio, fue asesinado por la girondina Carlota Corday.

Sobre Jacques-Louis David.

Jacques Louis David fue el pintor que mejor encarna el espíritu del neoclasicismo y de la pintura neoclasicista francesa. Nació en 1748 y a temprana edad estudió en la Academia de París. Sus viajes a Italia donde halló los restos de la civilización romana antigua fueron conformando su pintura. La vida de David estuvo vinculada a los avatares políticos de la época. Participó activamente en la Revolución Francesa, pero su relación con Robespierre le condujo a la cárcel.

Al salir de ella se convirtió en el retratista oficial de Napoleón y tras su caída fue desterrado a Bruselas. Jacques Louis David ejerció con su obra una magna influencia en la pintura europea de la época. Su escuela fue afamada y recibió pintores de todas las naciones entre los que hay que reseñar los españoles José de Madrazo y Juan Antonio Ribera.

David fue el verdadero fundador del Neoclasicismo francés. Sus creaciones pictóricas de rasgos estatuarios y colores pulidos fueron el más grande paradigma del siglo XVIII. Boucher y Vien fueron sus maestros, se vio influenciado por ellos en sus primeras creaciones marcadamente sensualistas. Después irá evolucionando hacia un estilo más personal. David en 1774 gana un premio con la presentación en la Academia de la Lucha entre Minerva y Marte. El premio le permitió realizar su primer viaje a Italia, allí contactó de un modo decisivo en su carrera con la Antigüedad Clásica. Al volver a París, se le acepta como miembro de la Academia, expone El Juramento de los Horacios. Con esta obra se concreta su reflexión en torno al concepto de lo clásico.

En la Revolución Francesa David era partidario de Robespierre, motivo por el cual conoció la cárcel. Al subir Napoleón al poder su situación se vio transformada. En 1800 se le nombra retratista oficial de la corte. Así, en este periodo, abundan los retratos del emperador. Al caer Napoleón, David pasaría sus últimos años en Bruselas. 

David es uno de los pintores más valorados dentro del ámbito artístico internacional por sus transcendentales aportaciones en el campo de las artes. Debemos distinguir tres grandes ejes que articulan el quehacer davidiano: Es el artista que eleva al Clasicismo a la cota más alta. Además del Clasicismo cultiva un Realismo teñido de sensaciones táctiles y sensoriales. Son numerosas las obras de David que emanan un claro pathos romántico por lo que anticipa el Romanticismo.

 Por Félix Esteves

Fuentes: 

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