PREAMBULO.
Contar la historia de la
homosexualidad en Estados Unidos resulta un tanto complicada y hasta aburrida
porque es mucho lo que se ha escrito y dicho sobre la comunidad LGBT de este
país que ha sido pionero de las libertades y derechos civiles. No obstante conseguí
una manera de contar la historia algo diferente y tal vez más interesante para
aquellos que empiezan a indagar sobre el proceso histórico vivido por el
colectivo LGBT en los últimos 100 años, y es narrar la historia a través de los
iconos pop que se han convertido, no solo para los gays y lesbianas de
Norteamérica sino también de todo el mundo, en sus portavoces y miembros
honorarios y que fueron y son Iconos Gays.
Los iconos siempre han sido un
componente importante de la cultura gay en Estados Unidos. Ellos han inspirado e influenciado a
generaciones de lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros. Esta pequeña
investigación la hemos divido en tres partes, debido a los tres grandes iconos
en que basamos la exploración como son Judy Garland, Madonna y Lady GaGa. Cada
una de estas mujeres y artistas ha tenido un gran impacto en la cultura gay en
sus generaciones, así como las generaciones después de sus grandes éxitos.
En el estudio de estas tres
mujeres, Iconos por excelencia del grupo LGBT, analizamos no sólo la
perspectiva de cómo han evolucionado los iconos, sino también como ha evolucionado la comunidad
gay junto a ellas. Tratare de mezclar momentos históricos importantes de la
comunidad gay con algunos sucesos personales de estos iconos, como al igual
mencionare algunos otros iconos u otros artistas que han marcado la comunidad.
Espero no equivocarme, deseo que esta historia contada a mi manera, no se
convierta en un eufemismo sino más bien un metáfora que ayude a comprender de
una manera grata y hermosa la triste historia de lucha, sacrificio y esfuerzo
de los hombres y mujeres, gays, lesbianas, transexuales y tantos otros que
sueñan con una vida feliz “en algún lugar sobre el Arco Iris”.
JUDY GARLAND.
Cada artista abrazado por la comunidad LGBT tiene su propia historia,
única y compleja con dicha comunidad. No es una coincidencia que el colectivo LGBT
norteamericano haya abrazado a Judy Garland en un momento cuando estaban
buscando alguien que podría relacionar, considerando sus propias luchas y
dificultades.
Para comenzar a entender el icono
pop gay, uno debe descubrir los orígenes.
Para muchos, Judy Garland se considera el icono gay americano por
excelencia y el primogénito de su lucha, la Diosa del culto gay. Si la cultura
gay norteamericana tuviera un Dios, ese Dios fuera Judy Garland, el Paraíso
fuera el Arco Iris (Rainbow), la Biblia fuera “El Mago de Oz”, la oración
“Somewhere over the Rainbow” y los Apóstoles fueran el León, el Espantapájaros
y el Hombre de Hojalata. Y es que Judy Garland socorrió a muchos homosexuales a
descubrir su propia sexualidad, a través de su música, de su propia lucha; era
muy común además en aquella época, que los mismos gays se identificaran como
“Amigo de Dorothy” para hablar de su homosexualidad, para explicarme mejor, en
vez de decir “yo soy gay” decían “Yo soy amigo de Dorothy” o “aquellos
muchachos parecen ser amigos de Dorothy”.
Muchos hombres gays se sentían temerosos de hablar de su homosexualidad,
pues además de ser un estigma, los homosexuales eran considerados promiscuos,
personas débiles mentales, y es allí su relación con el León (Cobarde), el Hombre
de Hojalata (Sin corazón) y el Espantapájaros (Sin cerebro), todos los
adjetivos descalificativos a los que la sociedad norteamericana achacaba, entre
otros, a los miembros de la comunidad gay.
Judy Garlanda (Frances Ethel Gumm),
nace en Grand Rapids, Minnesota el 10 de
junio de 1922. Ella comenzó su carrera en el mundo del espectáculo a la
temprana edad de tres años como una de las Gumm, junto a sus dos hermanas
mayores. Ella cambió su nombre mientras
estudiaba en la escuela de teatro en Los Angeles. En 1929 aparece cantando en una película “The
Big Revue” y cinco años más tarde fue contratada bajo por la productora
MGM.
Vemos que Judy pasa su infancia
en los locos años veinte que fueron un momento próspero para la comunidad
LGBT. Barrios gay, como Greenwich
Village en Nueva York, el Near North Side de Chicago y North Beach en San
Francisco comenzaron a surgir por toda Norteamérica y en especial en las
grandes ciudades, y el mundo se dio cuenta de ello. Era común ver hombres de
pelo largo y mujeres de cabellos cortos, que fueron duramente criticados por
los conservadores, no obstante los bohemios, eufemismo por homosexuales en
aquel entonces, proliferaban por todos lados, otro adjetivo con que eran
calificados burlonamente era “hadas”.
En los años 30 la comunidad gay se
hizo dueña de la noche citadina, la nocturnidad de las metrópolis eran
gobernada por los hombres y mujeres LGBT que asumieron el control de los bares y clubes. En 1933 con la
finalización de “La ley seca” los centros nocturnos tuvieron mayor éxito y los
vaudeville estaban llenos de artistas travestidos, no obstante la libertad
duraría poco con el comienzo del acoso policial, en especial en la ciudad de
Nueva York y Chicago.
En 1939, Judy Garland se
convirtió en una estrella con su actuación en “El Mago de Oz”, ganando un
premio de la Academia y robando el corazón de su público con lo que sería su
melodía de firma, "Over the Rainbow”. Pero anterior a ese glorioso momento
para Judy, en un acto de autocensura
preventiva, la industria del cine se comprometió en 1934 a cumplir el Código
Hays, que fijaba los contenidos que eran moralmente aceptables para el público.
El punto 2-4 del código que decía que toda “perversión sexual o cualquier
referencia están prohibidas”, excluía la
muestra de contenidos homosexuales. Debido a que la prensa y la radio también
ignoraban el tema y —con la excepción de la literatura médica especializada—
los libros tampoco se ocupaban de ello, durante toda la época anterior a la
Segunda Guerra Mundial se podía vivir sin llegar a tener noticias de la
existencia de algo como la homosexualidad.
A lo largo de la década de 1940, Judy
Garland protagonizó muchas películas
entre ellas “ Meet Me in St. Louis” y “In the Good Old Summertime”. Fue durante este tiempo que ella comenzó a
experimentar problemas psiquiátricos, impulsados por la adicción a las drogas,
que desembocó que la MGM terminara con su contrato. Comenzó una carrera en presentaciones como
solista, cantaba a delirar en conciertos a reventar por un público que ya la
adoraba en el London Palladium y el Palace Theatre de Nueva York. La entrada de
EE. UU. en la Segunda Guerra Mundial en 1941 tuvo un peso enorme en la creación
de una identidad de grupo dentro de los homosexuales. El 13% de la población total estadounidense
entró a formar parte del ejército durante la Guerra. Ninguna otra institución
del país había conseguido tal concentración de hombres homosexuales y la
paradoja fue que, mientras los jefes militares intentaban reprimir y
estigmatizar la homosexualidad, los homosexuales estaban impresionados por su
propio número. Debido a que dentro de los espectáculos que ofrecían a las
tropas no había suficientes mujeres, la dirección militar impulsó la
realización de espectáculos de Drag queen, que fueron aprovechados por muchos
homosexuales para establecer y cuidar de forma disimulada una cultura gay.
Surgieron imitadores de Judy Garland por doquier que entonaban “Over de
Rainbow” con el mismo entusiasmo con que eran aplaudidos por los soldados que
luchaban en Europa y en el Pacífico. Mientras tanto en las ciudades de
Norteamerica, carente de hombres porque estaban en la guerra, floreció la
cultura lésbica.
En 1944, cuando Judy filma “Meet
me in St. Louis”, se casa con el director Vicente Minnelli que era conocido por
su homosexualidad, muchos dicen que este matrimonio fue propuesto por la misma
Judy para proteger a su amigo que era acosado por la policía y por los
conservadores que evitaban la proliferación de los hombres gays en el mundo del
espectáculo y la cultura. En numerosos Estados se aprobaron las leyes que
prohíben la suplantación de identidad femenina, y en Hollywood se estableció un
código que prohibió cualquier referencia a la homosexualidad en películas; También se aprobaron leyes en muchos estados
de la unión americana que permitió el confinamiento involuntario de “psicópatas
sexuales”, y esto condujó a la policía a
arrestar a personas del colectivo LGBT. Todas estas políticas fueron
promulgadas para lograr un objetivo: eliminar gays de la esfera pública.
Durante los años 30, alrededor de
setecientas personas eran detenidas al año solamente en Manhattan por
participar en actos homosexuales; por los años 40, ese número se había
convertido en 3 mil. Los años cincuenta
vio crecer los escuadrones establecidos en numerosas ciudades para acosar y
detener a hombres en las zonas de cruising o cancaneo y fueron muy comunes las redadas policiales en
los bares gay que aumentaron drásticamente. Desde 1950-1954, el Macartismo
barrió el gobierno de Estados Unidos, y una caza de Brujas comenzó a tomar
forma que reclamaría muchos homosexuales, o “pervertidos sexuales” como eran
conocidos. La Ley Walter McCarren junto
con el Macartismo empezó a violentar las libertades de los hombres y mujeres
LGBT. Muchos homosexuales fueron acusados de
“psicópatas sexuales” y otros de comunistas, muchos fueron internados en
pabellones psiquiátricos, otros apresados y otros tantos expulsados del país.
En 1954, ella hizo una
reaparición en el cine en la que es considerada su mejor actuación, en “A Star
is Born”. Una batalla con hepatitis, dos
divorcios y otros problemas plagaron los próximos años de su vida, culminando
en "la noche más grande de la historia del mundo del espectáculo" el
23 de abril de 1961 en el Carnegie Hall. Más tarde comenzó a viajar con su
hija, Liza Minnelli, y a vivir el resto de sus días en giras exitosas y
fracasadas. El 22 de junio de 1969, Judy
fue encontrada muerta en su casa alquilada en Chelsea, Londres, después de una
sobredosis accidental de barbitúricos.
En el cine hubieron dos grandes
film donde se tocaba sutilmente la homosexualidad, en primer lugar la cinta de
Alfred Hitchcock “La Soga” (1948) y de Vicente Minnelli “Té y Simpatía” (1956),
no obstante en ambas películas los homosexuales son considerados como personas
insanas. Fueron momentos duros para la
comunidad LGBT, que llevaba una doble vida, a finales de los 40 o principios
del 50 “amigo de Dorothy” comenzó a tomar forma dentro de la comunidad gay y
los años 60 se consolido ese argot para identificar si alguien era en realidad
un miembro de la “community of rainbow” es decir gay. La frase, como dije antes, alude tanto a su
ídolo, Judy, así como la aceptación del carácter de Dorothy de “El mago de Oz”,
que es abierta y amable con personas que son diferentes.
En la etapa en la que Judy estaba
cantando más que nunca, ella habló directamente a la comunidad gay. Ella era
vulnerable cuando cantaba, y cuando ella cantó su dolor, era el dolor de los
hombres gays. La vida de Judy era auténtica y real, y la lucha contra las
drogas, rumores, matrimonios fracasados y problemas psiquiátricos, hizo que
muchos gays se identificaran con ella, igualmente
su vulnerabilidad en el escenario y la forma de interpretar con marcado dolor y
drama las canciones reflejaban igualmente el dolor de la comunidad gay.
Otra conexión importante Garland
tuvo con la comunidad gay era su exagerado amaneramiento en escena, su
sobreactuación, a esta forma los americanos le llaman “Camp” Para entender lo
que esto implicaba, debemos definir primero lo que es el “Camp”, según el
erudito Richard Dyer dice:
…"es una característica o
manera muy gay de manejar los valores, las imágenes y los productos de la
cultura dominante a través de la ironía, la exageración, la banalización, la teatralización
y una forma ambivalente que hace divertido lo serio y lo respetable.” 1
El término “Camp” es complejo, ya
que ha llegado a significar muchas cosas diferentes desde muchos puntos de
vista, y todavía hoy día existen debates sobre lo que es “camp”. El “Camp” está
definido o explicado en Wikipedia de esta forma:
…“es una sensibilidad estética
que se refiere a algo tan atractivo o humorístico debido a su ridiculez al
espectador. El concepto se relaciona con el kitsch”… “puede ser descrito como
‘cursi’. Cuando apareció el uso, en 1909, se denota: comportamiento ostentoso,
exagerado, afectado, teatral, y afeminado, y, a mediados de la década de 1970,
la definición comprende: la banalidad, el artificio, la mediocridad, y la
ostentación tan extrema como para tener perversamente un atractivo
sofisticado.” 2
El “Camp” a principios del siglo
XX fue conectado en gran parte a la forma de vida doble y por
emergente dentro de la cultura de sus contrapartes heterosexuales, los
homosexuales pudieron contemplar las contradicciones que conforman su vida
doble. Esto les permitió percibirse a sí mismos dentro de la sociedad, y
comienzan a desafiar el orden social que los había marginado, así en el argot gay
el “camp” se convirtió en el medio de expresión de la crítica de la
cultura de la heteronormativa, a menudo en forma de exceso, de exageración. Por
ejemplo, las Drag Queens son versiones “over-the-top”
de la feminidad, lo que socava la percepción social de los homosexuales por ser
demasiado femenino para su género. Los hombres gays y por supuesto las Drag
Queens empezaron a imitar a estrellas como Garland, porque que era fácilmente
copiable, Judy Garland era la máxima expresión de la exageración en escena.
Así que, cuando Judy actúa como una chica adolescente normal, común y
corriente en “Meet Me in St. Louis”, que tiene un romance/pelea todos los días con su vecino, la comunidad gay
ve cuán maravillosamente ordinaria y falsa es el personaje de Judy, y por lo
tanto la forma artificial de vivir lo ordinario, y de la falsedad del estilo de vida heterosexual. Por
ejemplo, cuando Judy cantó "Smile" en “The Judy Garland Show”, no
podemos dejar de notar cómo la
cantante/actriz plantea su performance, toma el micrófono antes de
cantar, vacila, como si no está segura de si debe o no seguir adelante,
comparte una rápida sonrisa nerviosa, aún confundida que a su vez confunde a la
audiencia, todo esto lo realiza para transmitir el tema de la canción pero a su
vez para reflejar su estado emocional. Este performance le dio un sentido
profundo y ambiguo, se paseó entre la alegría y la tristeza, de lo desorientado
a lo lúcido y esto habló directamente a los corazones de muchos homosexuales que
se sentían así, además que su actuación antes de cantar demostró claramente una
sobre-exageración.
Por último, Judy adquirió papeles
que expresaban la androginia, rompiendo además las normas de la sociedad de la
expresión de género, que es esencial en el “camp”. En concreto, en el número
"Get Happy" de Stock Summer, Judy luce una chaqueta de esmoquin,
sombrero, medias de nylon negro y zapatos de tacón alto. Mientras que ella está
bailando alrededor, ella empuja repetidamente la cadera hacia adelante, e imita
los movimientos de su danza comitiva masculina, casi perpetuar la idea de que
ella es, de hecho, uno de los chicos. En total, Garland se travestía y no sólo eso
sirvió para asumir la ambigüedad de su canto y actuación, ella se expresaba con
el “Camp”, y mucho más importante, tomó y acepto los valores del “Camp”, que la
hizo a fin con la comunidad gay y su forma de lucha.
La canción más importante de su
repertorio para la comunidad LGBT fue, por supuesto, "Somewhere Over the
Rainbow". Con música de Harold Arlen y letra de EY Harburg, la canción
ganó un Oscar por El Mago de Oz, pero lo más importante es que se ganó el
corazón de las personas LGBT. La melodía principal toma la forma de un arco
iris, aunque imperfecta, con un pico rápido en la segunda sílaba de
"Somewhere", entonces caen suavemente hacia abajo hasta la última
línea “Once in a lullaby” (una vez en
una canción de cuna). Las imágenes de esta primera estrofa es de alguien
volando hasta las nubes, y luego caen suavemente de vuelta a la Tierra. Este
patrón refleja el estado de ánimo de la pieza: espero anhelante, pero en última
instancia triste. En la canción, Judy habla de una tierra “sobre el arco iris”,
donde los “pájaros azules vuelan” y “los sueños que te atreves a soñar se hacen
realidad.” La conexión con la comunidad
gay es tácito pero claro, es una tierra de la aceptación por ahí, donde se
puede tener la libertad de ser uno mismo y no tener que preocuparse por la
amenaza de la sociedad.
Judy Garland sigue afectando a la
comunidad LGBT hasta el día de hoy, sobre todo porque "Somewhere Over the
Rainbow" está siendo considerada “el himno de la comunidad”. No solo en
Estados Unidos de Norteamerica sino en varias partes del mundo; un ejemplo
reciente es que después de la cadena de suicidios de seis adolescentes en el otoño
de 2010, se realizó una vigilia que se
llevó a cabo en memoria de las víctimas de la intimidación y la homofobia (“You
Are Loved Glowlight Vigil ‘Over the Rainbow’. Stop the Bullying. Save our Youth”)
y al final todos los asistentes que se habían reunido en Washington Square Park
comenzaron a cantar la canción en masa. También, la canción inspiró
parcialmente a Gilbert Baker, cuando creó la bandera del arco iris en la década
de 1970, un importante símbolo de la LGBT comunidad.
Judy, como un icono, refleja una
compleja relación entre ella y su público gay. El período en el que saltó a la
fama los homosexuales vivían momentos
preocupantes, se sentían aislados, solos, y así era la vida de Judy, estaba
sola bajo los dominios de la MGM, que la utilizó, la manipuló, la drogaba para
que pudiera cumplir con los extenuantes compromisos cinematográficos y
musicales; muchos homosexuales se sentían identificados, pues muchos eran
sometidos a ser y hacer lo que no eran, a permanecer
oculto dentro de la sociedad de la heteronormativa que dominó sus vidas
cotidianas. Estaban solos en el mundo como una minoría, y vieron que el
aislamiento de Judy era como el suyo
Su fragilidad, su exagerado dramatismo,
su forma de moverse en la escena era fácil de imitar por el “Camp”, muchos artistas
del travestismo la imitaron; pero su vida y las luchas personales añadieron
complejidad a las actuaciones de arrastre típico, que sirve como un espejo para
que la comunidad mirara fijamente. Su batalla constante con los medios de
comunicación, las drogas, los matrimonios, y ella misma, con sus derrotas, así
como victorias, todas mientras que transportaba un canto de esperanza en su
canción “Get Happy” en las estrofas “Forget your troubles / Come on get happy”
(“olvida tus problemas / Vamos a ser felices”), fue vista como un reflejo de
los éxitos y luchas dentro de la la comunidad LGBT.
Como se dijo anteriormente, el
período posterior a la Segunda Guerra Mundial era hostil hacia la comunidad
LGBT. El historiador Barry Adam afirma que “el fin de la guerra trajo presiones para
restaurar el orden social anterior a la guerra” ... “y mantener a raya las
fuerzas del cambio.” 3 Institucionalmente,
políticamente y socialmente, varias tácticas fueron utilizadas contra las
personas homosexuales para acabar con ellas de la cultura americana. Así hubo
más arrestos, las leyes aprobadas, la caza de brujas (específicamente durante
el macartismo), y las únicas representaciones de personas “extrañas” en la
cultura eran los estereotipos negativos, como en “Té y simpatía” y “La cuerda”.
No obstante, no todo era
oscuridad, el movimiento LGBT estaba en camino. Ya en noviembre de 1950 Harry
Hay funda en Los Ángeles la primera organización homosexual de Norteamerica,
que tendría continuidad: la “Mattachine Society”. Oficialmente, no sería hasta
1954, bajo otro equipo directivo, que se fundaría la organización. El objetivo
principal de la asociación, que pronto tendría sucursales en otras ciudades
estadounidenses y editaría una revista, la “Mattachine Review” (1955-1966), era
hacer propaganda para conseguir el reconocimiento social de los homosexuales.
También en 1950, en Los Ángeles, se fundó la “Knights of the Clock” cuyo
objetivo era apoyar a parejas homosexuales interraciales.
En 1952, un grupo de ex miembros
de la “Mattachine Society” fundaron ONE, Inc., una organización LGBT basada en
Los Ángeles. ONE, Inc. editó a partir de 1953 la exitosa revista ONE Magazine y
fundó en 1956 el ONE Institute, que a partir de 1957 ofrecía cursos sobre la
historia de la homosexualidad. El One Institute, a su vez, editaba la primera
revista científica a nivel nacional cuyo tema principal era la homosexualidad,
el One Institute Quarterly. ONE,
Inc. se fusionó en 1996 con el ISHR (Institute for the Study of Human
Resources). En 1955 se fundó en San Francisco la primera asociación
lésbica para la defensa de sus derechos civiles. Con la creación de DOB
(Daughters of Bilitis), que pronto tendría sucursales en otras ciudades
estadounidenses y que desde 1956 publicó la revista The Ladder; se pretendía
organizar un foro social que, al contrario que los bares para lesbianas, fuera
seguro frente a las razzias policiales.
Kameny y Nichols fundaron en 1961
la Mattachine Society of Washington, que, al contrario que su equivalente de
Nueva York, pretendía conseguir cambios políticos y comenzó a hacer trabajo de
lobby, que se centraban sobre todo en conseguir el fin de la prohibición para
homosexuales de trabajar en el funcionariado público. En 1963 algunas de las
mayores organizaciones homosexuales se unieron en la ECHO (East Coast Homophile
Organizations).
El 19 de septiembre de 1964 se
produjo la primera manifestación a favor de los derechos de los homosexuales en
la historia de los Estados Unidos; un grupo de unos diez manifestantes
protestaron ese día en Whitehall Street (en la ciudad de Nueva York) contra la
discriminación de los homosexuales en el ejército. En el verano de 1965 se
produjeron manifestaciones parecidas por primera vez en la capital, Washington.
En 1966/67 se creó la NACHO (North American Conference of Homophile
Organizations), la primera federación de organizaciones de EE. UU., que tenía
más de 6000 miembros, pero que se disolvió en 1970. La primera universidad
estadounidense que reconoció una asociación estudiantil homosexual fue la
Universidad de Columbia (Nueva York) en 1967. En enero de 1967 varios cientos
de personas protestaron en el Sunset Boulevard (en Los Ángeles) contra las
razzias policiales contra bares gays; fue la mayor manifestación de
homosexuales hasta la fecha. Ese mismo año, en el Greenwich Village, en Nueva
York, el activista Craig Rodwell abrió la primera librería de temática LGBT del
país, la Oscar Wilde Memorial Bookshop. En 1969 vendría Stonewall como el catalizador,
o mejor dicho la chispa que prendió la pólvora para que explotara la comunidad
LGBT y se diera a conocer la realidad de otra manera: dejamos de ser invisibles
y comenzó otra era para todos.
Lo interesante a destacar es la
coincidencia de los disturbios de Stonewall ocurridos en la noche después de
propio entierro de Garland. Si bien se propone a menudo que efectivamente
existe una conexión entre los dos, el estudioso David Carter presenta una serie
de argumentos que apuntan en la dirección opuesta. En concreto, Carter atribuye
este mito a un artículo del Village Voice escrito sarcásticamente por un
heterosexual que se burla de la comunidad gay y los disturbios. Además, los
Carter apunta al hecho de que los combatientes en los disturbios eran jóvenes,
que no eran de la generación que veneraba a Judy Garland. Sin embargo, su
entierro fue visto como un funeral simbólico del movimiento anterior, derechos
de los homosexuales, y el nacimiento de una nueva era.
Aunque la muerte de Judy Garland
no fue una principal causa de los disturbios de Stonewall, es difícil ignorar
el hecho de que algo tan rutinario como una redada policial en el momento, en
la noche después del funeral de uno de los principales iconos de la comunidad
gay, tal vez la muerte de Garland como cuando mueren los Dioses es una metáfora
que se puede comprender o entender como la reencarnación de ese movimiento que
nació después del entierro de su ídolo: el nacimiento moderno del movimiento
por los Derechos Gay.
Hoy todavía cantamos y deseamos
vivir en aquel “Arco iris” donde queremos “olvidar los problemas y comenzar a
ser felices.”
1 Richard Dyer, Heavenly Bodies: Film Stars and Society, 2nd ed. (London: Routledge, 2004), 176.
2 http://en.wikipedia.org/wiki/Camp_(style)
3 Barry Adam, The Rise of a Gay and Lesbian Movement (New York: Twayne
Publishers, 1995), 60, 66.
Por Félix Esteves
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