Ethel Walker nació en Edimburgo el 9 de junio de 1861. Recibió su educación secundaria en Brondesbury, Londres, donde su maestro de dibujo, Héctor Caffieri, alentó a desarrollar su talento artístico. Después de la escuela secundaria, Walker asistió a la Escuela de Arte. Sin embargo, aún no mostraba ningún interés especial en el arte, hasta que formó una estrecha amistad con Clara Cristiana y de la cual se enamora en la década de 1880. Las dos mujeres asistieron a la Escuela de Arte Putney y, a continuación, vivieron, estudiaron y trabajaron juntas como compañeras artistas y como pareja.Walker también asistió a la Escuela de Arte de Westminster, donde Frederick Brown fue su maestro. Alrededor de 1893, ella lo siguió a la Slade School of Art para sus estudios posteriores. Walker produjo una gran cantidad de trabajo en distintos géneros; ella pintó retratos, flores, marinas, paisajes y temas míticos. Walker tiene una fuerte influencias del impresionismo y del arte griego y renacentista.
Walker es quizás mejor conocida por sus retratos de mujeres en la que se capta los temperamentos individuales, expresiones y estados psicológicos de sus modelos. Igualmente Walker pintaba a sus modelos sin ningún artilugio de maquillaje, además era conocida por reclamarles a sus modelos y hasta a extrañas por el uso del mismo, era bien conocido que sus modelos tenían prohibido llegar a su estudio aunque sea con un poco de lápiz labial en los labios. Ethel Walker nunca reflejo en su pintura femenina sus gustos neoclásicos y renacentistas, ella pintaba a las mujeres de una manera espontanea y natural, quizás con la visión posmodernista del feminismo, captaba las angustias de la opresión masculina sobre las mujeres sin llegar a convertir su obra en melodramática y exagerada, era simplemente que podía percibir y plasmar con sutileza y gran elegancia casi tacita los sentimientos, ansiedades y sueños de la mujer en la era post-industrial y de la preguerra.
Walker es quizás mejor conocida por sus retratos de mujeres en la que se capta los temperamentos individuales, expresiones y estados psicológicos de sus modelos. Igualmente Walker pintaba a sus modelos sin ningún artilugio de maquillaje, además era conocida por reclamarles a sus modelos y hasta a extrañas por el uso del mismo, era bien conocido que sus modelos tenían prohibido llegar a su estudio aunque sea con un poco de lápiz labial en los labios. Ethel Walker nunca reflejo en su pintura femenina sus gustos neoclásicos y renacentistas, ella pintaba a las mujeres de una manera espontanea y natural, quizás con la visión posmodernista del feminismo, captaba las angustias de la opresión masculina sobre las mujeres sin llegar a convertir su obra en melodramática y exagerada, era simplemente que podía percibir y plasmar con sutileza y gran elegancia casi tacita los sentimientos, ansiedades y sueños de la mujer en la era post-industrial y de la preguerra.
Vannesa,1937
Ethel Walker muere en Londres en 1951, su obra supo captar el espíritu humano y la celebración de la belleza del cuerpo femenino y aunque no fue considera un gran artista, gracias al movimiento feminista y lésbico que ha sacado a la luz pública su trabajo hoy se ha descubierto y comprendido la importancia de su obra y del vigoroso estimulo que ha causado positivamente en las nuevas generaciones de artistas y del trascendente impacto que ha tenido sus pinturas sobre el arte en conjunto.
Por Félix Esteves
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