jueves, 2 de julio de 2009

VIH y Deporte.

Magic Jhonson, uno de los primeros deportitas en declarar su estatus de VIH
No hay evidencias de que exista el riesgo de transmisión del VIH cuando las personas infectadas que practican un deporte no muestran heridas sangrantes u otras lesiones. No existen casos documentados de infección por VIH adquirida a través de la participación en alguna actividad deportiva.
Las personas infectadas por VIH pueden participar en deportes. De hecho, el ejercicio suele ser recomendado. Además se sabe que mucho de los medicamentos para el control del VIH tienden a crear lipodistrofia en los pacientes y por eso el médico les recomienda la práctica de algún deporte, de todas maneras un paciente es un caso aislado y único y el médico tratante debe diagnosticar y recomendar algún deporte según las características del paciente y del deporte que más se adecue a las necesidades y requerimientos del proceso de curación, es decir que cada caso de infección por VIH de cualquier persona o un atleta infectado debería ser juzgado individualmente, de acuerdo al estado físico y mental de cada paciente o deportista y a la naturaleza del deporte que él o ella practiquen.
Basándose en la evidencia de que el VIH no suele transmitirse durante las prácticas o en las competencias, los expertos coinciden en afirmar que los deportistas infectados por VIH no deberían ser excluidos de las prácticas y de las competencias. Las organizaciones deportivas, como otras que patrocinan eventos deportivos, deberían desarrollar lineamientos para sus equipos, colegios u organizaciones, como la Organización Mundial de la Salud y varios entes deportivos como el Comité Olímpico Mundial han publicado trabajos científicos de peso con referencia a la práctica deportiva y VIH. Establecer políticas con respecto al status del VIH, participación, testeo y le manejo de la sangre permite tomar decisiones objetivas a quienes deben confrontarse con estos hechos. Los miembros de un equipo y sus entrenadores deben estar informados acerca de las políticas a seguir, de tal manera que pueden conocer las normativas, especialmente si durante la competencia o la práctica deportiva sucede un accidente donde haya sangre. Este riesgo teórico de transmisión del VIH a través de la actividad deportiva debe ser tenido en cuenta. Cualquiera que entre en contacto con sangre a partir de una herida producida durante una competencia o actividad deportiva debe seguir lineamientos universales.
El tema del test obligatorio del VIH para los deportistas y atletas ha desatado fuertes discusiones con respecto al deporte y al VIH. Varias asociaciones profesionales deportivas sugieren, pero no exigen, el test. Sin embargo la excepción se da en el boxeo, cuando la Comisión de Boxeo de Nueva York anunció el 14 de febrero de 1996 que todos los boxeadores debían hacerse un test anual de anticuerpo del VIH antes de permitírseles competir en Nueva York, desde entonces muchas organizaciones boxeísticas han implantado el test como requisito obligatorio. Para la Organización Mundial de la Salud, un test de rutina para todos los atletas es innecesario, poco práctico e inmanejable, como también costoso. Pero si recomienda el test a los deportistas que participan en deportes que implican entrar en contacto como la lucha y el boxeo. El riesgo primario para los atletas de contraer la infección por VIH son los mismos que enfrentan aquellos que no son atletas, es decir, tener sexo sin protección y compartir agujas.
El deporte es salud, y sea el caso de ser VIH positivo o no, no limita a nadie a la práctica de algún deporte o actividad física y no se debe temer jugar o practicar un deporte con nuestros amigos o familiares que posean el VIH y viceversa.


Por Félix Esteves.

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