Pierre Puvis de Chavannes. ESPERANZA. Oleo/Tela. Museo de Orsay, Paris
Sobre las ruinas de la guerra
donde habita la maldad y la ambición...
En las mazmorras malolientes
donde envejecen los culpables e inocentes...
Sobre los techos caidos
de los perseguidos y refugiados...
En los barcos sin capitan ni vela
donde viajan sin rumbo los desterrados...
En los campos áridos y secos
donde yace la penuria y el hambre...
Sobre las colinas de cruces
donde mora a sus anchas la parca...
En la desolación y tristeza guardada
de las cuatro paredes de un orfanato...
En el olvidado lazareto
donde se escuchan los suspiros de los condenados...
Sobre el quicio de una ventana
donde espera la amante abandonada...
Estas tu
erguida como una lanza
desnuda y pura
como una paloma blanca.
Con tu eterna juventud
y tu sonrisa de alba clara.
Con tu dulce fragancia
a rosas de Francia.
Llevando sobre tu frente
una corona de esmeraldadas ramas
tan verdes... verdes... verdes...
como tu nombre...
Esperanza... Esperanza... Esperanza...
donde habita la maldad y la ambición...
En las mazmorras malolientes
donde envejecen los culpables e inocentes...
Sobre los techos caidos
de los perseguidos y refugiados...
En los barcos sin capitan ni vela
donde viajan sin rumbo los desterrados...
En los campos áridos y secos
donde yace la penuria y el hambre...
Sobre las colinas de cruces
donde mora a sus anchas la parca...
En la desolación y tristeza guardada
de las cuatro paredes de un orfanato...
En el olvidado lazareto
donde se escuchan los suspiros de los condenados...
Sobre el quicio de una ventana
donde espera la amante abandonada...
Estas tu
erguida como una lanza
desnuda y pura
como una paloma blanca.
Con tu eterna juventud
y tu sonrisa de alba clara.
Con tu dulce fragancia
a rosas de Francia.
Llevando sobre tu frente
una corona de esmeraldadas ramas
tan verdes... verdes... verdes...
como tu nombre...
Esperanza... Esperanza... Esperanza...
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