domingo, 3 de enero de 2010

A LOS SOLDADOS QUE NO VOLVERAN


El alma quebrada
un sueño perdido
el corazón roto
y el espiritu herido

Un campo minado
el bosque encendido
la llama que arde
el verbo se ha ido

Al grito del hombre
sonaron trompetas
y mil marionetas
partieron triunfantes

Se bañan de sangre
bailando la muerte
las gélidas Parcas
sedientas de hambre.

El suelo rendido
abraza a sus hijos
que ahora reposan
en territorio enemigo.

Una cruz se levanta
en un puerto olvidado
donde llora una madre
a su hijo adorado.

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