Al-Mutamid. Rey de Sevilla cuyo objeto de su afecto fue el poeta Ibn Ammar. |
La recuperación de las grandes ciudades después de la caída del Imperio Romano de Occidente y Oriente se dio primeramente en la Península Ibérica gracias a la conquista islámica. Esta restauración urbana y cultural condujo a que aparecieran los gays en las dichas ciudades. El Corán como los primeros textos religiosos sostenía actitudes moderadamente negativas hacia el homoerotismo u homosexualidad, pero no eran prohibitivas ni excluyentes, la sociedad islámica trató con indiferencia a la homosexualidad, aunque muchas veces con admiración.
Existen algunos testimonios literarios que nos hablan de la homosexualidad en la época del Islam, uno de ellos es Al-Tifasi que nació en Gafsa (Túnez) en el año 1184, este hombre de letras nos narra en su libro “Esparcimiento de corazones” la vida de prostitutas, homosexuales y travestis en el Islam, siendo una maravillosa y anecdótica recopilación de la vida sexual y homoerótica de aquella época, donde el escritor hace una diferencia entre homosexuales activos y pasivos. Al-Tifasi nos relata que los activos para ser exitosos tienen que hacer regalos y tener un lugar a su disposición para invitar a sus amantes, mientras los homosexuales pasivos suelen ser jóvenes muy hermosos, y excesivamente arreglados, por lo general se maquillaban, se afeitaban y se depilaban. El escritor nos relata también en muchos de sus cuentos o anécdotas la existencia de hombres que vendían sus cuerpos para vivir y nos habla del DABB, que es el aprovechamiento de la oscuridad para sodomizar al dormido sin que este se de cuenta o percate.
Paio, joven cristiano que desperto un fuerte deseo homoerótico en Abderraman III y que fue torturado hasta la muerte por no someterse al amor del cruel Califa. |
Al-Hakem II. Este califa murio en los brazos de sus mancebos y amantes Fagil y Djahad. |
La permisividad y las actitudes positivas respecto a la sexualidad homoerótica no solo se circunscribía a la cultura islámica de la Península Ibérica, existía una gran cantidad de cristianos y judíos que vivían en las ciudades españolas conquistadas por los musulmanes y que por otra parte muchos compartían el estilo de vida homoerótico.
Por Félix Esteves
Por Félix Esteves
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