Fuimos a conocer al bebe. Mi prima murió en el parto. Mi tía nos contó que durante el embarazo mi prima solo comía porquerías. En ese momento llego la niñera, nos hizo pasar al cuarto donde dormía la criatura, nos inclinamos para ver bien de cerca... de repente el bebé abrió los ojos que eran rojos, retrocedimos y vimos con asombro que el párvulo nos mostraba unos afiladísimos dientes. Empezó a llorar, pero más que un llanto era como un rugido de rabia... la niñera corrió y lo tomo entre sus brazos y en ese mismo instante el pequeño le mordió el cuello, asustados tratábamos de quitarle la criatura a la muchacha pero la fuerza de aquel monstruo era sobrenatural, se soltó y se incorporo en el piso y con agilidad salto hacia la ventana perdiéndose en la oscuridad de la noche. Desde aquel día nadie sabe del monstruo, nadie habla de eso, pero desde entonces ninguno de la familia duerme tranquilo.
Por Félix Esteves
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