Los felices ganadores entusiasmados subieron a las cápsulas, más de un millón de personas se habían ganado el viaje a los anillos de Saturno. De la nave madre, que llevaba ya más de tres mil años navegando por la galaxia, se desprendieron el centenar de miles de cápsulas que se dirigían a la magnetosfera de Saturno.
Poco a poco los cinturones de radiación toroidales fueron atrapando a cada una de las pequeñas naves. Apenas entraron todas ya a los hermosos anillos fueron conducidas a Titán donde el metano y otros gases del gigante satélite eliminaron a todos los viajantes. En la medida que las cápsulas regresaban a la nave nodriza se despojaban de los cuerpos que quedaban flotando en la División de Cassini. Ahora, había que esperar por lo menos un siglo más para continuar con el genocidio disfrazado de feliz viaje a “Los Espectaculares Anillos de Saturno.”
Por Félix Esteves
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