domingo, 10 de abril de 2011

DE PUTAS EN EL ARTE: La Cruel Marginación de la Mujer en el Arte.

María Magdalena. Tiziano.
María de Magdala fue la primera prostituta representada en el Arte. 

A lo largo de toda la historia del arte la mujer ha sido asignada a tres roles o papeles sociales: el de madre, el de virgen y el de puta. Son pocos aquellos donde se ve a la mujer como heroína, y si es así, esta es representada semidesnuda, o enseñando una teta, como es el caso del famoso cuadro de Delacroix “La Libertad guiando al pueblo”. O las que se presentan dentro de los grados sociales de la decencia se le han atribuido connotaciones proféticas negativas como es el caso de la pobre  Gioconda de Leonardo Da Vinci, cuando simplemente ella sonríe y nada más.

Cleopatra. Guido Reni
La más famosa de las reinas egipcias era una mujer inteligente, que hablaba varios idiomas
y fue una gran estudiosa, sin embargo en el arte nunca fue representada entre libros, el imaginario
patriarcal siempre la plasmo en la alcoba o en pleno suicidio como en este caso.
Y es que el arte como las otras ramas del saber y el conocimiento siempre estuvo en poder del hombre, y por lo tanto el imaginario patriarcal represento tradicionalmente a la mujer partiendo de la rígida dicotomía virgen-puta, o para ser más decente Santa-Venus. Así la mujer no solo fue despreciada, vilipendiada en su vida diaria, en el trabajo, en el hogar y tratada como un ser inferior, y el arte, que se supone es el resultado subliminal del alma y el espíritu, no escapo de toda la misoginia reinante por siglos.

El Nacimiento de Venus. Sandro Botticelli.
Quizas este sea uno de las obras más hermosas del Renacimiento y de toda la Historia del Arte donde se presenta
la belleza y el ideal de la belleza femenina.


Nastagio degli Onesti. Sandro Botticelli.
En este hermoso cuadro, pero terrible al mismo tiempo, vemos como una joven es atacada por un perro de caza y el cazador. Según la historia, la muchacha se negó a las pretensiones amorosas  y lujuriosas del caballero del blanco
caballo, el cual después de muerto decide torturarla.
La representación de la prostitución se transformó en una de las imágenes recurrentes en el arte y mucho más a partir del impresionismo hasta las más recientes obras derivadas de la estética de la computadora y el internet, de esta manera, las otrora Venus de la llamada más vieja profesión del mundo aparecieron en las sensibilidades artísticas de la contemporaneidad. Este hecho en el arte moderno se debió en el gran aumento de la prostitución en las grandes ciudades europeas a partir de la segunda mitad del siglo XIX que contribuyó a que este tema fuera ampliamente reflejado en la literatura contemporánea y paralelamente en las artes plásticas.

Salomé con la cabeza de San Juan Bautista. Andrea Solari.
Durante la Edad Media, la concepción de la mujer en el arte se limitaba más aún a la dicotomía Santa-Venus, con la singularidad de que la puta siempre aparecía redimida, salvada, librada, exonerada y dispensada de sus pecados, claro esto era solo posible, porque Dios y Cristo se lo permitía y por supuesto el era “Hombre”.

La Bella Romana. Modigliani.

Una Loca. Delacroix.
Durante el Renacimiento esto cambio, pero no crean que mucho, empezaron aparecer las grandes cortesanas, amantes, barraganas, meretrices, prostitutas y demás hetairas disfrazadas de Diosas de la Mitología. Claro esto era preferible y más aceptado, se imaginan un cuadro llamado “Puta Cazadora” en vez de “Diana Cazadora”, o el famoso cuadro de Tiziano “Venus recreándose con la música” como “La barragana del Duque de Venecia recreándose con la música”, imposible para aquella época.

Egon Schiele siempre retrato a mujeres en posiciones y formas algo diferentes para su época.
Muchas de sus modelos eran prostitutas conseguidas en la calle.
El renacimiento dio hermosos cuadros de bellas mujeres, el caso del “Nacimiento de Venus” y “La Primavera”, ambos de Botticelli, pero ni Sandro Botticelli se escapo de la misoginia imperante, en su obra “Nastagio degli Onesti” vemos como una joven bella y desnuda es mordida y atacada por un perro de caza y detrás de tan terrible escena el hombre que la tortura, simplemente por el hecho de que la joven no acepto el amor del caballero; así que aquellas mujeres liberadas y que no se sometían al poder masculino, tenían como única alternativa  meterse a  Santa o terminaban en putas, sino les esperaba el cruel castigo o la muerte.

Las Señoritas de Avignon. Pablo Picasso.

Tristeza. Vincent Van Gogh.
Sien Hoornik, la mujer aqui representada, fue la prostituta
que Van Gogh amó por mucho tiempo y con quién intento
una vida familiar.
Esto perduro por mucho tiempo, basto solo los aires románticos para cambiar de Diosas Mitológicas y Abnegadas Santas a Exóticas Odaliscas, pero también aparecieron retratos como las “locas” y no porque fueran casquivanas, sino locas de verdad de la cabeza. En el siglo XIX, de seguro cien mujeres que eran pintadas, a lo máximo, diez eran normales, comunes y corrientes, mujeres sencillas o damas de la sociedad, el resto ya saben ustedes, fueron inmortalizadas como objeto de deseo o como parias de la sociedad.

Olympia. Manet.

Inspección Médica en Rue des Moulins. Toulouse Lautrec.
Un tema muy recurrente en el francés: las prostitutas.
Navidad en el Burdel. Edvard Munch
En la Historia del Arte, siempre desde su miserable ambigüedad y desde el deseo o el repudio, hay una única constante: la representación de la mujer con una connotación negativa, su exclusión como sujeto y su conversión en mero objeto sexual.  Si hiciéramos un cálculo de las obras inspiradas en mujeres, o bien en las que se las representa, notaremos que en la mayoría de ellas aparecen representadas desnudas, pero eso en todo caso no es malo,  el desnudo  es un género pictórico como cualquier otro, como la naturaleza muerta o el paisaje, el hecho es que siempre esta bajo los parámetros dados por el hombre como dueño y como Dios. Claro, hay sus excepciones, y hay obras de esmerada belleza sobre la mujer y su especial naturaleza, pero realmente muchas veces esas obras son pocas veces valoradas.

Jorge Luis en el Burdel. Alvaro Izurieta.

Boda en el Burdel. Abelardo Favela
Por Félix Esteves

3 comentarios:

  1. Me encantó tu post. Bueno es que se reconozcan estas cosas y que no se salte a la defensiva, pues la única manera de superarlas es estudiándolas y tomando conciencia.
    A mí siempre me parecieron injustos los cuadros de los pecados capitales, representados siempre por mujeres... Sólo la "Ira" suele ser ilustrada con un hombre, a menudo con espada...

    Saludos

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  2. Quien no ha deseado una protituta alguna vez??
    aunque este en un burdell,algunas de estas pinturas son el reflejo de la lujuria interior que como un chispazo viene a nuestra mente en muchos momentos que por suerte o desdicha sabemos ocular muy bien.
    Mujeres al fin y al cabo,con anhelos,sueño y que dieron mas que solo placer sexual,quizas por eso no es dificil enamorase de ellas.
    Sldos

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  3. ¡Qué ignorancia e injusticia, contra María Magdalena! Decir que era una prostituta, o que un soldado romano la violó. Veamos, Jesús había sacado de Mará Magdalena a siete demonios. María Magdalena era una mujer muy rica, según la Biblia, ella tenía muchas posesiones materiales. Antiguamente, y, en la época de Jesús y de María Magdalena, los ricos eran educados y cultos. No existían ricos analfabetos, ni patanes, ni malhechores. Hoy cualquiera es rico. Hoy hay " burros con plata" y “patanes idiotas y narcotraficantes con oro”, antiguamente no era así. María Magdalena, según la Biblia, se juntaba con Juana, la esposa de Chuza, pues eran grandes amigas; y también algunas mujeres que habían sido sanadas de espíritus malos y de enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, y Juana, esposa de Chuza, procurador de Herodes, y Susana, y muchas otras que de sus bienes personales contribuían al sostenimiento de Jesús y de Sus apóstoles. Chuza era un hombre muy rico, un político muy respetado y venerado, en la época de Jesús, pues era el procurador de Herodes, entonces, Juana, la mujer de Chuza era una mujer muy rica y muy honorable, y nunca por nunca Juana se iba a juntar con una prostituta o ramera. Alguien podría decir que “¿acaso haber ido poseída por siete demonios no era tan vergonzoso como ser una prostituta?”; por supuesto que sí, pero eso, de ninguna manera, nos da ningún derecho para tildar, de prostituta, o ramera, a la honorable María Magdalena.

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