martes, 5 de abril de 2011

FRÍA Y BLANCA. Por Haydée

Yo siempre se lo pedía, su alma no se resignaba.
Atada a sus pensamientos, no decía una palabra.
Se iba por el senderito, ese que lleva a su casa,
rodeado de madreselvas de verbenas y de malvas.
Cuando sentía su voz, recién llegada a su casa,
se terminaba la angustia que mi alegría opacaba.
Siempre me rondaba el miedo, el miedo y la desconfianza
de saber que estaba sola, solita en aquella casa,
donde amor, luz y alegría, hace tiempo no moraban
Recuerdos que se diluyen con el agua de las lágrimas,
de saber que ya no está, que se fue muy de mañana.
Atada a ese sueño eterno en que sumen las sustancias,
cuando se busca evadir la realidad que traspasa.
Sobre la mesa de noche, un vaso con algo de agua,
frascos vacíos, algunos, abiertos sobre su cama
y ella, aferrada a una foto que en su pecho, reposaba.
Así la encontré esa tarde, fría y blanca, fría y blanca.
La arrebujé entre mis brazos, con mi cuerpo la hamacaba.
Le cantaba las canciones que de niña le gustaban.
No sonreían sus labios, ni sus ojos me miraban.
Fría y blanca, de mi abrazo, vinieron a despegarla.


Por Haydée.

Sobre Haydée.
El trabajo poético de la escritora argentina Haydée (Haydée Magdalena López Carusillo) se puede vincular por el tono melancólico de sus versos, por la recurrencia del pasado y por el lirismo existencial dentro del movimiento post neorromántico argentino iniciado a finales de los 70s del siglo pasado por Olga Orozco (La Pampa, 1920 - Buenos Aires,1999).
En esta ocasión el poema "Fría y Blanca" nos enfrenta a la muerte, pero no a la muerte como el fantasma oscuro y malvado, sino como el episodio inevitable que en algún momento esperamos con calma, y que aunque es recibida con la tristeza y el dolor de la partida del ser querido siempre queda la paz y la armonia del amor que se vivió en vida.
"Fría y Blanca" resuena cuando lo leemos como una tranquila premonición, y hasta como un dejavú, porque todos hemos tenido en nuestra historia la partida de un amor, de una querencia, que tristemente a volado a etéreos mundos donde la paz es el alimento de las almas.

Otro poema de Haydée publicado en este blog:
El Angel del Columpio.

1 comentario:

  1. Gracias Felix...!! Viniendo de ti es todo un honor el comentario que me has dejado en "Si los espejos hablaran..."

    Te leo. Un abrazo.

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