Hay un refrán muy antiguo que dice: “Sí un hombre tiene hambre, no le des
un pez, enséñale a pescar”. Traigo esto a colisión por un enunciado del
Presidente de la Republica de Venezuela Hugo Chávez emitido esta semana cuando
dijo que las familias pobres recibirían 300 bolívares por hijo y en el caso de hogares con hijos
discapacitados se dará 600 bs. Cada vez más el gobierno pretende tener personas
atadas a las misiones y edictos como este, acostumbrar al pueblo a recibir
becas sin ningún tipo de esfuerzo. Es más fácil controlar a una masa pobre y
embrutecida que un pueblo digno con trabajo y sabiduría.
En primer lugar Venezuela es un país inmensamente rico y no debería
haber pobres como los existentes en la actualidad, tenemos una entrada de
capitales por el petróleo única en el mundo, igualmente Venezuela posee unas tierras fértiles
y un país hermoso digno de ser explotado turísticamente, además de otros tantos
recursos. En segundo lugar es tanto el desespero del oficialismo por ganar puntos
que inventan cada locura, cualquier patraña para ganar votos, especialmente en
la población más pobre y sin educación.
La frase o refrán expuesto al principio (“Sí un hombre tiene hambre, no
le des un pez, enséñale a pescar”) nos indica que en lugar de darle las cosas de
manera fácil a los hombres se le debe enseñar a obtenerlas con su propio
esfuerzo, con su trabajo, ya que aprendiendo siempre sabrán hacerlo y
dignificará su vida. Es decir, que de nada sirve que le des algo pues de nada
le serviría, que es mejor que le enseñes como obtenerlo pues así no solo podrá
obtenerlo por esa sola vez sino que ya sabrá que hacer para después. Es
preparar para el futuro.
La aplicación de este refrán o pensamiento está lleno de sabiduría, es
universal, invariable e inquebrantable. Esa es la única forma como los ciudadanos
y los pueblos pueden alcanzar el progreso y el desarrollo. Educar significa limpiar
de la ignorancia a la persona. Educar es preparar para el trabajo, es
dignificar, pero para eso es imprescindible el más incondicional respeto por la
personalidad del individuo, para que sea el mismo quien logre su propio
perfeccionamiento y desarrollo, y por lo tanto ejerza su libertad de
pensamiento, su poder de elección, la potestad de reflexionar y tener libre albedrío.
La función del Estado es la de contribuir con su mediación, participación
y arbitraje determinante la vida
política, económica y social de la colectividad a crear las condiciones
externas necesarias para que los ciudadanos, libremente, puedan buscar con
facilidad, por sí mismos y de acuerdo con sus respectivas capacidades, la plena
realización de su ser integral. Al crear seres o ciudadanos integrales hacemos
mejor una sociedad y por lo tanto un mejor país.
El gobierno de Hugo Chávez pretende, en mi parecer, “enseñar” a los
venezolanos a supeditarse, a depender, y subordinarse a los “regalos” y “dadivas”
de un Estado paternalista, populista, y demagógico y cuyo objetivo principal no
es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas
y políticas sino el preservar el poder y
la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas.
Un verdadero hombre de Estado hubiese enunciado nuevos planes
educativos, proyectos de enseñanza de artes y oficios en las zonas populares,
cursos y talleres de carreras técnicas, el incremento de escuelas e institutos
para el desarrollo educacional y del trabajo. Un verosímil y efectivo estadista, presidente o gobernante hubiese
anunciado la apertura de nuevas industrias y fábricas que generarán nuevos
empleos. Un positivo, autentico y buen presidente hubiese anunciado becas de
estudios para aquellos niños y jóvenes pobres que muchas tantas veces tienen
que desertar de lo único que les debe pertenecer: El Derecho de Educarse.
Señor Presidente no nos regale 300 bolívares, denos la oportunidad de
educarnos para el futuro.
Por Félix Esteves
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