NEGOCIO NAVIDEÑO.
La cananíta estaba preocupada, su marido la había abandonado, y a punto de parir no sabía qué hacer. Decidió vender su hijo a los primeros que ofreciera algo por él. Unos judíos compraron a la criatura, le dieron a la mujer unas pocas monedas, la mujer pensó que había realizado un buen negocio y entrego feliz el bebé a los hebreos que se dirigían a Belén. Los judíos estaban contentos, sabían que habían hecho el negocio de la historia. Pero no contaban que en el futuro los cristianos le quitarían el negocio.
BOLAS NAVIDEÑAS.
Su plan fue perfecto. Convocó a cada uno de los hombres que amó antes de diciembre. Habían sido mucho los machos que la usaron, que se aprovecharon de su gentileza y que después la desecharon como un pañuelo sucio. A cada uno le preparo una cena que terminaba con un licor aderezado con un veneno. Al llegar Diciembre empezó a adornas su casa por la natividad, cosa extraña, pues odia la navidad. Y aunque no gano el concurso al mejor árbol navideño. Todos se maravillaron por las extrañas bolas que ostentaba su pino.
LA EX NARIZ ROJA.
Ese año los niños se quedaron sin regalos. San Nicolás no pudo arreglar el trineo con tiempo. Rudolph no le aviso de su rinoplastia.
Por Félix Esteves
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