La Piedra de la Locura. El Bosco. |
Las culturas clásicas consideraban que la locura o enfermedades mentales tenían un origen de “Otro Mundo”, es decir sobrenatural, y que estas expresaban el disgusto de los dioses, o que pertenecían o eran una forma de posesión diabólica. Los antiguos creían que la única solución a este mal no era el tratamiento médico, sino el castigo.
Hipócrates (Grecia, 400 a.C.) fue el primero que le dio un enfoque
científico a la Locura al suponer que podía tener un principio fisiológico. En
siglos ulteriores algunos galenos latinos acompañaron su punto de vista y trataron
a los enfermos con terapia ocupacional y el uso de la herbolaria.
Detalle de pintura de Angelo Bronzino. |
Durante la Ilustración europea se enfocó la locura ya no como un estado
sobrenatural o demoniaco, empezó a verse o abordarse como una enfermedad, dándole
una aproximación científica. En otro aspecto, se demostró que existían alternativas
de racionalidad distintivas a las reconocidas hasta entonces.
Después de la Revolución Francesa, Phillippe Pinel, director del
Hospital Bicetre (Institución psiquiátrica para varones) y dos años más tarde
director de Salpetriere (Hospital psiquiátrico para mujeres) hizo reformas
importantes, y liberó a los pacientes encadenados que habitaban terribles mazmorras.
Pinel rompió para siempre con la idea de la posesión diabólica y desde su perspectiva
la Locura era el resultado o la suma de tensiones sociales y psicológicas
combinadas con factores biológicos.
Phillippe Pinel publicó en 1798 “Nosographie philosophique” que era un
manual que distinguía y describía objetivamente diversos trastornos mentales.
Pinel descartó los métodos crueles e inútiles como las sangrías y las purgas,
optando por una aproximación psicológica, expuesta más tarde en el “Tratado
médico-filosófico sobre la alienación mental o la manía” en 1862, Pinel en el
propone la terapia ocupacional, las actividades físicas, pero sobre todo el
contacto cercano, humano y amistoso con los enfermos.
Phillippe Pinel. |
En el siglo XIX diversos médicos europeos, inspirados por la filosofía positivista
que sólo reconocía la validez de los conocimientos científicos, trataron de
sentar sus bases mediantes la experiencia clínica. La figura clave fue el
médico alemán Emil Krapelin (1856-1926) que estudio los efectos de las drogas, el alcohol y el cansancio en el
cerebro, y halló que determinadas enfermedades infecciosas podían tener
impacto en la conducta. En 1883 Krapelin publica “Compendio de Psiquiatría”,
una completa clasificación de los trastornos. El renombrado médico alemán en su
obra divide las enfermedades mentales en dos tipos: los trastornos exógenos que
están causados por factores externos y responden al tratamiento, y los
trastornos endógenos que son el resultado de un problema biológico y que no
tienen cura.En la sexta edición de este mismo libro en 1899 ya incluía términos
como la psicosis maníaco-represiva y la demencia precoz, denominada más tarde
esquizofrenia.
Por Félix Esteves
Bethlem Royal Hospital, grabado del siglo XIX |
Krapelin asentó el enfoque biológico de la Locura el cual estimulo la
investigación en ese campo. Diversos médicos y científicos se avocaron a hallar
una base fisiológica para entender los trastornos mentales. En muchos casos la
hallaron, en otros no. Retomando la antigua dualidad de los clásicos, muchos
médicos creían todavía que la mayoría de las enfermedades mentales provenían
del alma, y que otras, puy pocas, provenían de la mente u eran originados en el
cuerpo.
Tuvo que aparecer Sigmund Freud para cambiar la forma de ver la Locura…
pero esto lo dejo para la próxima entrega.
Por Félix Esteves
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