viernes, 13 de enero de 2012

EL ABRAZO


Solo quiero ese abrazo
que me calme de mi espíritu el hambre.
El sonido de un leve ronquido
que arrulle mi espiga
que solitaria se yergue 
en mis madrugadas.
Quiero ese aroma de aliento nocturno
que embriague mi campo, ahora yermo
que llueva sobre mí de nuevo
garúa de mis mil deseos
o como los torrenciales
que surgen en un invierno feroz.
Quiero dormir…  no a solas…
que importa que como las estrellas
en la aurora también se marche
que arrope mi sueño de apego
que aunque con mentiras alimente
esta  vaga ilusión.
No quiero la carne
ni el beso lascivo
quiero el tierno abrazo
aquel que quieto y sereno
aunque sea pagado… me llene de amor.

Por Félix Esteves

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