jueves, 12 de enero de 2012

EL MAR TRISTE


Ha de ser de sal mi presencia
Que se borra con el torrencial que emano
Soy así mar encerrado
Charco espacial de miedos
Donde no navegan felices barcos
Sino aquellas naves fantasmas
Que atracan en tristes puertos
Donde no se espera nadie
Donde ni los vientos soplan
Ni donde reposan las tranquilas aves.
Donde siempre es muy tarde
Para embarcar alegrías nuevas
Donde siempre hay  tinieblas
Que emboban los buscados faros
Donde siempre hay remolinos
Que confunden mi rendida brújula.

Aguas de olvido
De fracciones de  volátiles regocijos
Pero de millonésimas tristezas
Soy mar confundido
De olas que no llegan jamás a la arena
Que ni la luna buena
En mi océano de angustia se refleja.
Y bramo embravecido
Tratando de tocar con la espuma
El cielo que se ha ido
Y en vano es el esfuerzo
De alcanzar aquello que se me ha prohibido
Y voy hundiendo los rancios botes de minúsculas dichas
que quedaron varados en mi vil condena 
y que van poblando en mi profundidad ya muerta
falsos tesoros... recuerdos mínimos sin gloria y sin pena.

Por Félix Esteves

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