Con tu verso de hombre me has desvestido
Preparado, deseoso y listo para
mí destino
Me contengo, jadeo más no respiro,
he sido envestido
Brutal caricia que ha hecho de mi carne tu nido.
Eterno instante que me
hace perder el sentido
Repite y empuja, que
de nuevo quiero ser poseído
Concédeme el placer de
lo que se me ha prohibido
Y que por tanto tiempo
los otros han maldecido.
Bravío placer,
doloroso y divino
Que nos hace
unicornios, cada uno con su cuerno erguido
Preparados para
saborear el espeso y opalino vino
Que emana de nosotros
por este amor contenido.
¡Qué la noche en su
silencio siga con su febril sonido!
Repitamos… que cansado
estoy de no haberlo vivido
Ahora renazco, soy árbol
seco que ha florecido
Con el rocío violento que tu miembro me ha ofrecido.
Repite y empuja… no
hagas caso de los maullidos
Que es la luna que
esta celosa y los luceros confundidos
Por la noche de los unicornios unidos.
Por Félix Esteves
espectacular poema amigo
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