La Dama del Armiño (retrato de Cecilia Gallerani). 1489-1490. Leonardo Da Vinci. |
Margaret (Mujer del Pintor) 1439. Jan Van Eyck |
Retrato de una Dama. 1465-1470 Antonio del Pollaiuolo. |
Autorretrato. 1439? Jan van Eyck. |
Retrato de una Dama. 1490. Ghirlandaio. |
Francesco Giamberti da Sangallo, Músico. 1485. Piero di Cosimo. |
Un hombre sosteniendo una moneda del Emperador Nerón. 1473-74. Hans Memling. |
Retrato de una Mujer, "La Bella", ca. 1525. Palma Il Vecchio. |
Retrato de Giovanni della Volta con su esposa e hijos. 1547. Lorenzo Cotto. |
Retrato de Giuliano d'Medici. 1478. Botticelli. |
Retrato de un Muchacho. 1495-1500. Andrea d'Assisi. |
Retrato de una Joven Dama, (Simonetta Vespucci). 1476. Botticelli. |
Retrato del Cardenal Ludovico Trevisano. 1459. Andrea Mantegna. |
La rostros de la
realeza y de la Iglesia “cedieron” sus puestos a los burgueses, ya que estos descubrieron el placer de dejar su
efigie para la posteridad y de paso verse a sí mismos, como seres humanos
individuales, a través de los diestros ojos de genios de la pintura como
Botticelli, Lippi o Mantegna, capaces de desvelar y dejar en evidencia los más
ocultos aspectos del carácter y el espíritu. Pero más allá del retrato de un individuo, estos cuadros suponen la
expresión de una nueva forma de ver el mundo, un gran ejemplo es que la mujer
empieza a ser retratada como individuo, en coincidencia con el momento en que empiezan a tener dinero
e influencia en la sociedad. La belleza entonces exigía contención y distancia,
por eso el ojo se convirtió en el órgano privilegiado. El mundo renacentista se
había convertido en un objeto de la empresa humana, un objeto de conquista, en
una transformación y conocimiento. El mundo dejó de ser ese lugar mágico del
Medievo, cuya naturaleza era inabarcable. Por primera vez, el hombre se
considera maestro y dueño de sí mismo y del mundo.
Retrato de Federico Gonzaga. Francesco Francia. |
Retrato de Dama. Ambrogio de Predio. |
Doble retrato. Filippo Lippi. |
El Renacimiento – traducido como "nuevo comienzo" - se asocia
hoy con el auge del individualismo, la auto-conciencia y el arte que celebra
estas cualidades, junto con la belleza y la plenitud de la naturaleza. El
período se produjo la inclusión de la perspectiva geométrica en la pintura y un
renacimiento del retrato, un género que apenas había jugado un papel en el arte
desde la antigüedad tardía. Los comerciantes, los príncipes, banqueros,
clérigos, académicos y artistas comenzaron a hacer cola para inmortalizarse en
el lienzo, Dios dejo de ser retratado, el Hombre le ganaba su puesto aquí en la
tierra.
Autorretrato. Alberto Durero. |
Retrato de Balduino de Borgoña. 1530-40. Jan Gossaert. |
Martin Lutero. Lucas Cranach El Viejo. |
Los primeros retratos del Renacimiento se iniciaron simplemente con la cara; a continuación, se mueve hacia abajo, los artistas incluyeron los hombros. Más tarde, “ma non troppo”, los artistas comenzaron a darse cuenta de que la inclusión de las manos y los gestos, el movimiento de un brazo, la sugerencia de la inclinación de la cabeza, pues todo eso sugería o comunicaba la personalidad del retratado. Además que incluía la vestimenta y esto su riqueza en el mundo.
Retrato de Dama. Filippo Lippi. |
Cardenal. 1510-11. Rafael Sanzio. |
Lorenzo de Medici, Duque de Urbino. 1516 Rafael Sanzio. |
En general, en el Renacimiento los artistas hicieron retratos precisos más de las riquezas y del poderío político que de los propios rostros; se añadieron más pestañas de las existentes, más cabellos de los que existieron, se duplicaron las telas, los brocados y las sedas en los vestuarios, con el propósito de impactar y de engrandecer la imagen. Tal como lo afirma el curador de Arte Stefan Weppelmann:
"Let's say you had a young woman who was supposed to look virtuous, then you would paint her skin whiter than it was and her hair lighter. Even if she was very much a brunette, suddenly she became a blond because lightness in the skin and hair was supposed to reflect inner purity, according to Renaissance ideals,"[1]
Francesco Sassetti con su hijo. Ghirlandaio. |
Retrato de una Dama con ardilla y estornino. 1526-8 Holbein El Joven. |
Retrato de Muchacho sosteniendo un dibujo infantil. 1515. Giovanni Francesco Caroto. |
En el retrato del renacimiento las deformidades fueron suavizadas, muchas
curvas enderezadas y muchas líneas suavizadas, todo con la intención de sugerir
las cualidades que el artista ha querido
poner de relieve; el ideal de belleza de
la época era el clásico grecolatino, así que los pintores quitaron el exceso de
peso, alargaron los cuellos de las damas, afinaron rostros, pero no sólo para falsificar
la realidad un poco y para mejorar la imagen de su patrón. Dentro de tanto
retocamiento se vislumbraba el espíritu de la filosofía humanista de aquel
entonces, el hombre a par de Dios, tan bello y poderoso como él.
Al plasmar los rostros de la gente, el artista debía provocar en el espectador un sentimiento de veneración por la persona representada. Según Stefan Weppelmann … “en el Renacimiento se puso mayor énfasis en las caras de las personas, porque se consideraba que eran el medio de comunicación del alma. No se retrataba a cualquiera.”[2]
Pasaría mucho tiempo para que el retrato se democratizase, aunque muchos
pintores pintaron al pueblo común y corriente, pero su principal motivo no eran
ellos, tuvo que llegar la fotografía en el siglo XIX para retratar la realidad
de la gente tal y como era y para que los comunes y el vulgo pudieran ser
protagonista de un retrato.
[1] Weppelmann, Stefan, http://www.dw.de/dw/article/0,,15343544,00.html
[2] Ibidem, http://www.lamajadescalza.com/rostros-del-renacimiento/
[2] Ibidem, http://www.lamajadescalza.com/rostros-del-renacimiento/
Félix, me ha gustado mucho esta entrada porque adoro el arte. Ver semejante recopilación de cuadros es fantástico, y también tus apuntes. Muchas de las ideas que recoges las conocía, no así el detalle del espacio a retratar: ese primerísimo plano que se va abriendo. Y es cierto, porque ya en el barroco los retratos muestran hasta la cintura.
ResponderEliminarRespecto a la posibilidad de ver estas pinturas en directo, bueno, yo vivo en Barcelona y tampoco aquí han llegado (aunque es cierto que llega bastante cosa: hace unos meses una exposición de lo mejor del modernismo pictórico europeo y en estos momentos una exposición sobre Delacroix y otra sobre Goya). Pero aunque los rostros del Renacimiento no ha llegado a Barcelona he visto muchas de las pinturas, no todas, indudablemente, pero sí bastantes en los diferentes museos de la vieja Europa. Y cuando vengas a Europa, que no sé si has estado pero seguro que vendrás, también tú las verás. Firenze, Milano, Roma también, Flandes, y ya para el barroco Madrid.
Y ya de paso te acercas a Barcelona y nos conocemos, jaja, que aquí tenemos interesantes muestras de modernismo. Te mando un abrazo.
¡¡¡¡¡Fabuloso reportaje!!!! De verdad me has cautivado bastante al leer. Hace unas semanas estuve en Italia, si la bellisima Italia, al pisar la tierra de los Cesares, mi vida se transformó en un sueño. Siempre me ha gustado el Renacimiento, por eso quiero ir de nuevo a la tierra de los Medicis a disfrutar sus bellas artes renacentistas. Mil feliciades por su escrito y de verdad estoy muy cautivado cada palabra que escribes.
ResponderEliminarSaludos desde Panamá
Luis
Simplemente una entrada genial. Bs.
ResponderEliminar