viernes, 27 de abril de 2012

DANIEL ZAMUDIO... DACHAU...


Daniel...
Dachau...
Holocausto...
Homofobia...
Horror...
Humanidad...

Muchos jóvenes como muchos adultos en la actualidad tienen tan sólo una limitada noción de la Historia… los grandes sucesos del pasado parecen desdibujarse porque lo remoto no tiene relevancia y significación.

De manera similar el futuro parece tan lejano e incierto como para convertirse en una guía para la humanidad… y por lo tanto esa humanidad la estamos perdiendo, se nos escapa, o lo que es peor aún, la abandonamos y dejamos como único compañero la desesperanza, el miedo, la cobardía, el odio, la negligencia, el desparpajo, el egoísmo y la crueldad.

Estos terribles compañeros que nos hemos ganado y que hemos aceptado como nuestros ha traído un renacimiento de algunas visiones del pasado que pensábamos habían desaparecido… pero no fue así… no desaparecieron, sólo se olvidaron, se quedaron dormidas y parecen despertar.
Cada vez parecen más ciertas las palabras de Hegel:

…“lo único que la gente y los gobiernos aprenden de la historia es que no se aprende nada de la historia”[1]

¡Qué terrible enunciado! ¡Casi como una profecía! El hombre no ha aprendido de su pasado y vuelve a tropezar con la piedra, con esa piedra que también cargamos a cuesta y que es simplemente el olvido. Pero ese olvido lo propiciamos nosotros mismos como si nos tomáramos algún bebedizo para no enfrentarnos con nosotros mismos…

“Somos
un inofensivo
té de amapolas
para enfrentarnos
a un mundo de opio.”
 Un Té[2]

Aun en este siglo lleno de optimismo, Clío[3] desaparece y con su desaparición viene la decadencia y la desintegración de las almas, el mundo se llena de adelantos médicos, de tecnología de punta, de progreso y prosperidad virtual… porque la ciencia da sus beneficios, cierto, pero la mayoría de las veces son utilizadas para borrar el espíritu de la humanidad. Se nos congela el alma, la carne se endurece y el tiempo no avanza… porque repetimos y repetimos los mismos pecados que nos hunden y nos hunden… Henry Adams busco la forma de interpretar la historia y una vez dijo:

“que la civilización del hombre occidental gastaría su fuerza vital y moriría de agotamiento en 1932.”[4]

Quizás no acertó del todo, pero un año después de 1932, el 30 de Enero de 1933 el presidente alemán Paul von Hindenburg nombra canciller a Adolf Hitler. En aquél momento Hitler era el líder del Partido Nacional Socialista Alemán de los Trabajadores (partido nazi). Empezando lo que todos querían evitar… pero hasta la historia reciente se olvida y Europa desechó los tantos cuerpos que quedaron tendidos en sus campos en la década de la Gran Guerra (1914-1919)…

El hombre no aprende del pasado… No se hace interrogantes del por qué de su desdicha… no se pregunta el por qué de la muerte de sus hermanos, de sus hijos, de sus vecinos… del por qué de las armas… como si el tiempo no existiera…

“La majestuosidad de la tarde
otorgaba inocencia
a la vegetación y a las sombras.
Con ágil pie la ninfa recorría
el bosque.
El sol penetraba por los huecos
y dibujaba duendes en el pasillo.
Mis pies apisonaban hojas que crujían
y el arroyo cercano
cantaba en signos.
No recuerdo el tiempo
PORQUE NO EXISTIA.”
Interrogantes[5]

Parece no haber duda alguna de que las civilizaciones envejecen y mueren por una cantidad de razones. Yo sólo veo una: el no querer aprender de sus errores, que simplemente es no hacerle caso a la Historia.

El odio sigue… y el genocidio armenio se repitió veinte años después… el holocausto judío junto con el holocausto de gitanos, gays, comunistas, y tantos otros crímenes perpetrado por los alemanes y también por la comunidad mundial que se hizo la sorda, la ciega y la muda por tanto tiempo, supuso el fin del odio… pero olvidamos… y ese odio quedo dormido, pero latente, respirando… y nos seguimos matando, asesinando, exterminando…

1945: Hiroshima y Nagasaki (por sendas bombas nucleares)
1947: masacre de Rincón Bomba, soldados argentinos contra la etnia pilagá.
1960-1996: genocidio guatemalteco contra los indígenas quichés.
1968: masacre de Tlatelolco en Mexico
1971: genocidio bengalí en Pakistán Oriental.
1975-1979: genocidio camboyano.
1980-2000: genocidio en Ayacucho.
1986-2001: masacre de la Unión Patriótica en Colombia.
1992-1995: genocidio en Bosnia, incluyendo la masacre de Srebrenica.
1994: Genocidio de los tutsis en Ruanda.
1998-2004: genocidio congoleño.
2003-2010: Genocidio de Darfur.

Hicimos un pacto con el Odio… con la Muerte… contra nuestra propia humanidad…

“Anacrónicamente
se esfumó la vida
en el desdén.
Y la sombra errática
reclama
  UNA MUERTE FEROZ.”
El Pacto[6]

A pesar de todos los esfuerzos, la espantosa amenaza de la aniquilación humana depende todavía sobre la raza humana. Y nadie puede medir o tasar la extensión y el peso de esta terrible amenaza… nos matamos con bombas… con armas… con microbios construidos en laboratorios… nos matamos a golpes… Pobre Daniel Zamudio que murió producto del odio… de la Homofobia… Daniel no llevaba una estrella bordada en su ropa, mucho menos un triangulo rosa… porque supuestamente ese odio había terminado, acabado, y más en este siglo XXI…  Pero no fue así…

"Aquel que salva una vida, es como si salvase al mundo entero"[7]

El que asesina una vida… me mata a mí, asesina a la humanidad.

Las palabras de paz no llegan…

“A veces los vocablos
navegan
EN UN MAR SIN PUERTO
junto a brisas
tejedoras de balsas
que no llegan
A DESTINO.”
Los Vocablos[8]


No hay aliento… no tenemos Fe porque la hemos perdido en un océano de maldad… espero que este texto sea una balsa y te invito a pescar conmigo esa Fe en los hombres, para que no suceda lo que un Treblinka, un Dachau... para que no suceda lo de Daniel Zamudio... ayudame a recuperar aquello que nos queda de Humanidad.

Para ti Daniel... para ti Dachau... no te podremos olvidar... se nos hace necesario no olvidar.

Por Félix Esteves.
Textos Poéticos de Beatriz Iriat. 


[1] Darnay, John. ¿El fin de Argentina o una nueva república? / Córdoba:  Editorial Brujas, 2004.-- p. 11
[4] Burns, Edward McNall. Western Civilizations: their history and their cultura / New York: W.W. Norton and Company, 1947.—p. 981.
[5] Iriart, Beatriz. Ibídem.
[6] Iriart, Beatriz. Ibídem.
[8] Iriart. Beatriz. Ibídem.

3 comentarios:

  1. Muy bueno, de verdad muy bueno. Si me estremeció la muerte de David Zamudio en Chile. Recuerdes la maldad se paga muy caro.

    Un besito para ti.

    Manry

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  2. Está de más decir que tus palabras llegan y me uno a ti en la búsqueda de esa humanidad que hemos perdido. Hermoso de verdad.
    Bechito Bechito
    Yoyoma

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  3. El asesinato de este joven chileno, a manos de una pandilla con tendencias neonazis, nos alerta sobre nuestro lugar en el mundo.

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