El día de ayer, 29 de noviembre
de 2012, la ONU otorgó el reconocimiento de Palestina como un Estado no miembro
observador, otorgándoles una victoria al
Presidente Mahmud Abbas y a su pueblo palestino, después que había sido debilitado
por los recientes ocho días de enfrentamientos en Gaza. Los grandes perdedores
fueron por supuesto Israel y Estados Unidos, si bien podemos decir que el
pueblo palestino merece este nombramiento y la paz como todos los pueblos del
mundo, este “éxito” viene también a reforzar al terrorismo de Hamás y pone más
tensa la delgada línea roja entre la gran división de poder ya existente entre
los dos bandos y por lo tanto la paz en el Cercano Oriente, y que por supuesto
también repercute en todo el mundo.
Tal vez muchos piensen que este
nuevo panorama refuerce o consolide a Abbas como líder político frente la
creciente influencia de Hamás, que ha ganado popularidad en los territorios
palestinos y en todo el mundo árabe - gracias en gran parte a sus ataques con
cohetes contra el pueblo de Israel. Pero en la práctica, sin embargo, Abbas
probablemente tendrá que ahogar las esperanzas de paz, pues los
fundamentalistas de Hamas de seguro se crecerán con el éxito del pueblo palestino
y volverán a sus tareas terroristas y el Primer Ministro israelí Benjamín Netanyahu,
quien esta en temporada de elecciones, tomará represalias económicas e
imposiciones fiscales que debiliten a Abbas, dejando a los islamistas de Hamás
sin moderado rival de impugnar su reclamación como líder del pueblo palestino.
Como sabemos desde hace tiempo la Autoridad Palestina ya está en crisis, apenas
puede pagar a sus empleados y ha estado luchando contra las protestas desde que
la guerra de Gaza comenzó; Abbas ha amenazado en repetidas ocasiones en
renunciar.
Abbas es reconocido
internacionalmente como el principal líder palestino elegido, aunque ha sido
opacado en la región por el más radical de los movimientos palestinos e islámicos
del Cercano Oriente Hamás. Ojalá que después de esta victoria en la ONU, crezca
suficientemente su credibilidad entre su gente y pueda hacer las concesiones
necesarias para la paz. Ahora Obama y Netanyahu tendrían que ser prudentes y apoyarlo y tratar de darle forma
mientras toma el centro de atención fuera de Gaza y así culminar en conjunto
con Hamas.
Si Mahmud Abbas pierde fuerza y
Hamás se consolida como poder político y como autoridad del pueblo palestino,
Israel se enfrentará a un Estado Islámico constituido no solo por los
palestinos sino también por los árabes que apoyan a Hamás y que superaran a los
israelitas en número, y que es justamente lo que quiere Hamas y sus
patrocinadores iraníes.
Por otra parte el nuevo status de
Palestina podría facilitar perseguir a Israel en los foros internacionales
legales, pero no quedó claro qué efecto tendría en la consecución de lo que
ambas partes dicen que quieren - una solución de dos estados. Sin embargo, el
voto ofreció un escaparate de una extraordinaria alineación internacional de
apoyo a los palestinos y constituyó un logro profundamente simbólico para su
causa, hace aún más peso al llegar en el 65 aniversario de la votación de la
Asamblea General, que dividió el antiguo mandato británico de Palestina en dos
estados, uno judío y el otro árabe - una vez que Israel considera el sello
internacional de aprobación de su nacimiento.
La cuenta en la que 138 miembros
votaron a favor, 9 no y 41 se
abstuvieron, se llevó a cabo después de un discurso de Abbas ante la Asamblea
General, en el que pidió una “última oportunidad” para salvar la solución de
dos estados en medio de una ventana estrechamiento de oportunidades. Pero Ron
Prosor, el embajador israelí ante la ONU, dijo antes de la votación que la
resolución de Naciones Unidas no haría nada para hacer avanzar el proceso de
paz:
“The
truth is that Israel wants peace, and the Palestinians are avoiding peace.
Those
who are supporting the resolution today are not advancing peace. They are
undermining peace.
The UN
was founded to advance the cause of peace. Today the Palestinians are turning
their back on peace. Don't let history record that today the UN helped them
along on their march of folly.” (1)
Una de las primeras inquietudes
para los americanos e israelitas es que los palestinos puedan utilizar su nueva
condición para tratar de unirse a la Corte Penal Internacional, ya que temen
que los palestinos podrían presionar para una investigación de sus prácticas en
los territorios ocupados. Otra cosa que pode nervioso a la alianza americana-israelí
es que los palestinos podrían usar el voto a solicitar su admisión en los
organismos especializados de las Naciones Unidas, una medida que podría tener
consecuencias para la financiación de las organizaciones internacionales, así
como la propia Autoridad Palestina. Pero primordialmente el problema
para Israel no es el Estado Palestino como tal, sino el poder que puede
alcanzar el grupo terrorista Hamas en dicho Estado, recordemos que el grupo
militar Hamas ha gobernado Gaza desde que tomó el control de la Autoridad
Palestina en 2007.
La Autoridad Palestina fue creada
por los acuerdos de Oslo de 1993 por parte de Israel y la OLP (Organización de
Liberación de Palestina). Se suponía que debía ser un gobierno provisional de
los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, lo que eventualmente sería
reemplazado por un estado palestino soberano después de un acuerdo final con
Israel. Pero este acuerdo no se alcanzó, sin embargo, y en 2007 la Autoridad
Palestina perdió el control de la mitad de su territorio. El partido Fatah,
fundado por Yasser Arafat, presidente de la Autoridad hasta su muerte en 2004,
fue derrotado en las elecciones parlamentarias de 2006 por parte de Hamas, el
grupo militar-terrorista, y los siguientes años hombres armados de Hamás establecieron
sus comandos gubernamentales y de ataque en Gaza, que propiamente dicho era una
zona exclusivamente civil.
Desde entonces la Autoridad
Palestina ha estado en lucha no sólo con los israelíes sino también con el
grupo extremista de Hamás. Con los años, las reiteradas rondas de negociaciones
destinadas a lograr la solución final han hecho pocos progresos, aunque el ex
primer ministro israelí Ehud Olmert y Abbas, el presidente palestino actual, estuvieron
a punto de llegar a un acuerdo final que dejaba a las dos partes conformes, no
obstante el señor Olmert fue forzado a dejar el cargo en 2008. Las
conversaciones con Israel se estancaron de nuevo en septiembre de 2010. Abbas
dijo que no iba a negociar mientras Israel continuó construyendo en los terrenos
ocupados, y el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, se negó a renovar
una moratoria de la construcción que expiró tres semanas después de que
comenzaran las conversaciones.
En 2011, como las revueltas de la
Primavera Árabe se extendieron por la región, el Sr. Abbas prácticamente
abandonado la posibilidad de negociaciones productivas con Israel y se centró
en dos temas nuevos - ganar en las Naciones Unidas el reconocimiento de un Estado
palestino completo y sanar las desavenencias con Hamás.
Así en mayo de 2011, el Sr. Abbas
y los líderes de Hamas firmaron un acuerdo de reconciliación histórica,
prometiendo causa común contra la ocupación israelí. Luego, en febrero de 2012,
el Sr. Abbas y Meshal Khaled, el líder de Hamas, anunciaron que habían roto un
largo estancamiento político para formar un gobierno de unidad nacional
interino encabezado, por lo menos al principio, por el Sr. Abbas. Sin embargo,
como se acercaba la primavera de 2012, los dirigentes palestinos se encontraron
huérfanos en la región, marginado por la atención prestada por las revueltas
árabes y las crecientes tensiones sobre el programa nuclear de Irán.
La primavera árabe puede haber
aumentado la atención popular a la causa palestina, pero en realidad las cosas
se le han hecho más difíciles a la Organización de Liberación de Palestina, el
conflicto árabe solo aumento el
antisemitismo en dichos países y el poder de Hamas. No podemos olvidar
que Hamás empezó una campaña de atentados terroristas suicidas en 1994 con una
frecuencia sin antecedentes. Arafat tuvo una actuación dubitativa, sin saber si
enfrentarse abiertamente a Hamas o no, pensando que el aumento de la violencia
impediría obtener nuevos compromisos de Israel a favor de la causa palestina.
Los oponentes derechistas israelíes, que subieron al poder con Benjamín
Netanyahu, las actividades belicosas de Arafat mismo, la ola de crimen
palestino en Israel después de los acuerdos y los hombres bomba de Hamás, todos
estos elementos sumados, sabotearon las negociaciones entre Israel y la ANP.
Hamás como vemos desde entonces es el principal saboteador de la paz en dicha región,
tanto con Arafat y Abbas en el poder y como líderes del pueblo palestino.
Y es que Hamás no reconoce la legalidad
del Estado de Israel, ni admite la resolución que la Asamblea General de la ONU
propuso el 29 de noviembre de 1947 mediante la cual se establecía la partición
de Palestina en dos estados, uno árabe y otro judío. Hamás razona que Israel
fue edificado a partir de la usurpación de la Palestina histórica y no acepta
ninguna mediación con los judíos que no incluya su renuncia a cualquier
pretensión sobre Palestina, incluyendo la totalidad del actual territorio del
Estado de Israel. Igualmente, en muchas ocasiones los líderes de Hamás han
calificado a los diálogos entre árabes e israelíes (como los terminados en los
Acuerdos de Oslo) como una pérdida de tiempo y apoyan la lucha armada y los
ataques suicidas contra civiles como medio para el logro de sus objetivos. Pero lo que es peor aún utilizan a civiles
palestinos como escudos contra su guerra contra Israel, pues la mayoría de sus
asentamientos están en zonas pobladas de civiles y por lo general cerca de
escuelas u hospitales.
Durante toda su historia Hamás ha
recibido apoyo económico de muchas partes, que incluyen a jeques petroleros del
Golfo y a gobiernos como el de Irán (su mayor aliado), Arabia Saudí o Siria. Se
dice que también otros gobiernos, como el de Venezuela o el de Cuba, han sido
acusados de prestarle ayuda.
Es necesario un acuerdo de paz
entre palestinos e israelíes, no obstante tanto Abbas como Netanyahu tienen su
peor enemigo en Hamás, Abbas necesita acabar con Hamás para consolidar el
pueblo palestino como Estado y País, Netanyahu necesita acabar con Hamás para
proteger a su pueblo y negociar en paz, ahora sólo nos queda esperar los últimos
acontecimientos y ver como los hombres hacen historia… una historia que puede
de ser de paz o una historia aún más manchada de sangre.
Por Félix Esteves