viernes, 16 de mayo de 2014

VENEZUELA O LA DIVISIÓN DE LOS MISERABLES.


Venezuela atraviesa una de sus etapas más “miserables”, y utilizo esta palabra, porque aunque parece mentira, en un país tan rico se pueda dar el lujo o la desfachatez de dividirse en Miserables: Los primeros miserables son aquellos que sufren, los desdichados, los infelices, los abatidos sin valor ni fuerza. Los segundos miserables son los canallas, los mezquinos, los abyectos y los viles. Los segundos miserables destruyen las riquezas del país, parasitan sobre los primeros miserables y construyen sus cicateras riquezas basándose en la ruina de todo aquello que no les es conocible, palpable, o connotado a su idea o pensamiento roñoso y bellaco. Los pocos miserables enriquecidos a la fuerza de la aniquilación del país van agigantando la clase de los primeros miserables, porque cada vez el pueblo venezolano se hace más pobre, más infeliz; y es que los primeros miserables son aquellos que padecen la escasez de los alimentos, los que sufren la carestía  de medicamentos, los que tienen que lidiar con la delincuencia.

Víctor Hugo en su libro Los Miserables escribió “En tiempo de revolución, la miseria es a la vez causa y efecto.” (1) Estas palabras más ciertas no pueden ser, la Revolución Chavista producto de las miserias de gobiernos pasados ha sabido resaltar en sus efectos, las más miserables situaciones de pobreza, marginación,  y de las desigualdades sociales que ha vivido el país a pesar de su renta petrolera. Los nuevos ricos (miserables) del chavismo y de su elongación “madurista” han sabido crear, además de los ya conocidos primeros miserables, a otro tipo de miserables - porque los pobres son y han sido necesarios siempre para la supervivencia del mundo de los segundos miserables - aquellos que defienden con su silencio las miserias, a los que aunque no comen y sufren las miserias siguen apoyando a los canallas y viles.

Pero en tanta oscuridad miserable, hay una luz, los estudiantes luchan por un futuro sin miserias, ellos son de los miserables como Jean Valjean que a pesar de la penumbra perenne siempre ven un mañana feliz, los jóvenes estudiantes ya llevan más de tres meses de lucha contra el régimen de los miserables chavistas y maduristas, soportando vejaciones y encarcelaciones, y la violación al derecho constitucional a la protesta pacífica.  La juventud venezolana no se rinde, los estudiantes no dan un paso atrás porque como los miserables de Cosette y Marius, nuestra juventud universitaria cree siempre que la “Noche… deja entrever el día”. (2)

Venezuela, un país de miserables, yo elijo ser de los primeros, de los que sufren, de los que padecen, de los infelices, porque no hay cosa más triste y dolorosa que ver esta Tierra de Gracia convertida en la miseria que los miserables chavista la han convertido. Yo decido ser de los primeros miserables, de los que alzan su voz contra la dictadura como los estudiantes, de los que no les importa padecer de las vilezas del tirano por gritar sus miserias.

Ya Jean Valjean lo dijo antes de partir “Nada importa morir, pero no vivir es horrible.” (3)


(3) Ibídem.

Por Félix Esteves. 

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