Fotomontaje de carácter caricaturesco presentado por el semanario Sexto Poder que le valio el cierre a la empresa comunicacional y el encarcelamiento y penalización a su directora Dinora Girón. |
El venezolano es por lo general una persona con muy buen humor, muchas veces por no decir todas las veces, le buscamos el lado cómico a los problemas, tratamos de disimular las circunstancias desfavorables bajo la risa y la broma, escapando muchas veces de la cruel realidad. Y en la actualidad el venezolano vive inmerso en problemas sociales, económicos, culturales y por supuesto de problemas políticos que nos agobian hasta cansarnos… sin embargo siempre tratamos de reírnos a pesar de ellos, y una forma de quizás de hacer catarsis es la caricatura política que tanto vemos y leemos en la prensa nacional.
La comicidad que muchas veces presenta la caricatura política, está llena de sátira y burla ante los personajes políticos que ocupan los cargos públicos, entendido éste como el ámbito de la vida privada social, en la que se puede construir la opinión pública; legítimamente en este sentido, los periodistas y caricaturistas de política venezolana han adoptado por este espacio para expresar abiertamente una pequeña parte de la cultura construida a través de la imaginación y pensamiento de aquellos ciudadanos, que en el terreno académico como en el terreno institucional, establecen relaciones -como sujetos productores de signos- con la esfera política.
Nuestra escala de conocimientos, discernimientos, apreciaciones y sensaciones están envueltas en las esferas públicas y privadas, los caricaturistas y periodistas creadores de todas estas figuras ilustradas y fotomontajes caricaturescos escogen y montan lo que diligentemente y estudiosamente forma la imagen periodística de la realidad que ellos ofrecen: su imagen del presente social.
Nuestro país, la Venezuela donde los poderes públicos pierden su autonomía para arrodillarse frente al exacerbado presidencialismo, y que es visible y notado tanto en las grandes ciudades y en las zonas rurales, ha estado rodeado de ciudadanos inquietos por expresar sus pensamientos en torno al terreno político y en especial en este fenómeno de extraño caudillismo del siglo XXI, y ha encontrado su modo de reacción en las líneas de expresión de las caricaturas políticas que aparecen en los periódicos y revistas de corte nacional como local y que de una u otra manera están erigiendo una cultura política, donde se esculpe y forja el interés por encontrar la verdadera sustancia, la cara real de los personajes políticos como los principales actores de la esfera política y por lo tanto los hacedores o destructores de la nación.
La cultura política de nuestro país, que se construye bajo los criterios y opiniones de los ciudadanos comunes y principalmente de los medios de comunicación, mediante la apreciación de las actuaciones de nuestros políticos tanto sean oficialistas o de oposición, están bajo la mirada insistente del caricaturista y esto es indestructible, todos somos susceptibles a la sátira y por lo tanto a la mofa y la burla política.
La parodia, hipérbole, historieta política es un modelo de breviario y extracto de la realidad política, es el simbólico reemplazo de la complejidad de los procesos políticos y sus actores, así como la revelación y afirmación de un periodismo de crítica que interpreta las distintas caras de la realidad. La caricatura es una manifestación legítima de la sociedad y por lo tanto un fenómeno de lo social, es un producto y consecuencia de la realidad en que vivimos, donde como dice Thomas Kuhn (1922-1996) existe una transformación de ver, de aprender y hacer el mundo.
De esta manera se están acordando y organizando los modos de ver e interpretar lo político a través de lo sarcástico, lo mordaz y lo humorístico; si bien afrontamos una época de caos, en especial de debilidad en la libertad de expresión, la caricatura de la cual los medios de comunicación hacen uso para criticar y plasmar la realidad nos permite ir entendiendo con locuciones u enunciados cortos e imágenes claras y cómicas cómo podemos construir una cultura política en Venezuela.
Muchas veces las caricaturistas políticas ofrecen a los ciudadanos comunes el conocimiento de lo social y también de lo político, nos toca ahora nosotros como ciudadanos el turno de recapacitar, deliberar, ponderar, meditar y reflexionar acerca de lo que nuestra esfera política nos demanda y relacionar esas demandas hacia el espacio de lo público.
Los caricaturistas son parte de los que escriben la historia y que tienen el poder de mirar y visualizar detrás del hecho social, y la habilidad, mediante el dibujo y por supuesto del humor, de enseñarnos, de describirnos, de valorar y de denunciar la realidad de nuestro tiempo. Nosotros - después de admirar y visualizar, de entender y de recapacitar sobre la caricatura- tenemos que tomar una decisión y por lo tanto elegir sobre qué bando tomar. A nosotros nos toca ir más allá de la caricatura publicada, nos toca construir nuestra esperanza, tomar las riendas de nuestro futuro y dibujar con nuestras acciones el germen de una Venezuela Plural y Libre, donde la Libertad de Expresión no sea mermada y disminuida, nos toca a nosotros dibujar las acciones positivas, los diálogos comunicativos, una conciencia social que nos libere de la crisis total en que está sumergida nuestra nación desde ya bastante tiempo.
Por Félix Esteves
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