Ella se viste aún desnuda de ternura
e inspira un letargo resignado y maleable;
Se despierta con ella sin hastío ni pesares,
con su música al alma que viajaba sin viaje.
e inspira un letargo resignado y maleable;
Se despierta con ella sin hastío ni pesares,
con su música al alma que viajaba sin viaje.
Es un mimo divino, un beso de diamante
que recibe la tierra como de un amante.
Es el puente que existe entre el cielo y la tierra
Y es como el copular que da paso a la carne.
que recibe la tierra como de un amante.
Es el puente que existe entre el cielo y la tierra
Y es como el copular que da paso a la carne.
Es el alba del fruto, de la vida abundante;
El abono del río, alimento de mares.
Es la voz de la tierra, que secretea al follaje
la extraña melodía de una pauta sin clave.
El abono del río, alimento de mares.
Es la voz de la tierra, que secretea al follaje
la extraña melodía de una pauta sin clave.
Y se nublan las almas con un gris insondable
reflejando el empaño de los claros cristales,
con la nota nostálgica de quien oye y no sabe
como es que ha revivido un deseo irrealizable.
reflejando el empaño de los claros cristales,
con la nota nostálgica de quien oye y no sabe
como es que ha revivido un deseo irrealizable.
Se desteje el silencio entre tus secretos
y de antiguas heridas brota viva la sangre.
Es como si su canto retorciera en la base
la saeta dorada que nos vulneró antes.
y de antiguas heridas brota viva la sangre.
Es como si su canto retorciera en la base
la saeta dorada que nos vulneró antes.
Son tus piedras preciosas, mil ojos de cristal
que caminan traviesos hasta que el sol levante.
Son poetas del cielo que escriben en las almas
de un tintero luctuoso, que no quiere usarse.
que caminan traviesos hasta que el sol levante.
Son poetas del cielo que escriben en las almas
de un tintero luctuoso, que no quiere usarse.
¡Oh lluvia serenata, que no traes tempestades!
¡Que eres germen de vida y nostalgia iguales!
¡Oh lluvia apacible que sobre las cosas caes!
¡Veme cual tierra infértil o romped tus bozales!
¡Que eres germen de vida y nostalgia iguales!
¡Oh lluvia apacible que sobre las cosas caes!
¡Veme cual tierra infértil o romped tus bozales!
Más puedo yo gritarte y sabré que es en vano,
pues ante tu caricia aun los lirios se abren
y aun llueve en los ojos cuando suave tu caes
con tu rastro de gotas muertas en los cristales
pues ante tu caricia aun los lirios se abren
y aun llueve en los ojos cuando suave tu caes
con tu rastro de gotas muertas en los cristales
Por Francisco Perez
Sobre Francisco Perez
Francisco Perez nació en Cojedes,Venezuela el 30 de Julio de
1990. Es estudiante de Medicina de la Universidad de Carabobo,
Venezuela. En su poco tiempo libre que le deja sus estudios se dedica a las artes pictóricas y gráficas compaginándola con una de sus mayores pasiones que es la escritura. Esta vocación por las letras y en especial por componer poesía le viene desde muy pequeño, cuando lee los grandes clásicos de todos los tiempo, hoy día aun sigue siendo un asiduo lector en especial de los libros de suspense y el thriller.
El joven escritor recuerda en sus hermosos textos a las letras de maestros como Becquer, Darío e Ibarbourou, sin embargo su búsqueda rompe las reglas métricas clásicas, pero conservando de ella el divino halo de las viejas escuelas.
Podemos decir que Francisco Perez es un poeta en nacimiento, pero con un desorbitante crecimiento, que se debate entre las aguas de las vanguardias y el difícil arte de la construcción poética de los grandes de principios del siglo XX y finales del XIX.
Podemos decir que Francisco Perez es un poeta en nacimiento, pero con un desorbitante crecimiento, que se debate entre las aguas de las vanguardias y el difícil arte de la construcción poética de los grandes de principios del siglo XX y finales del XIX.
Por Félix Esteves
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