Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

miércoles, 5 de octubre de 2011

SER GRANDE O CHIQUITO... "he ahí el dilema"...


El mundo en el cual vivimos está construido o cimentado sobre el pensamiento masculino y por lo tanto es un mundo que sustenta la falocracia. Desde el principio el hombre tomo el poder y sometió a su poderío y tiranía a todos aquellos que fue diferente o se oponían a su filosofía o pensamiento. Lo masculino se hizo Dios y como Dios, el hombre decidió someter a los más débiles. Sólo habría que repasar la Historia del hombre y sus religiones para aceptar este enunciado: Todos los grandes Dioses son hombres: Jehová, Ala, Buda, Krisna, Jesucristo, entre otros muchos.

Este hecho tan palpable ha traído otro fenómeno: la Genitofilia, que no es más que la obsesión por los genitales y su tamaño. En los últimos tiempos, la publicidad ha bombardeado y acrecentado la preocupación por la sexualidad masculina y su tamaño a todos los públicos convirtiéndola en una verdadera obsesión.

Desde muchísimo tiempo atrás nos venden la idea de que mientras más grande es mejor, una casa más grande, un carro enorme, una nevera gigante y por supuesto un pene más grande. Pero la pregunta esta desde los tiempos más remotos ¿Mejor cantidad o calidad? Lo ideal sería ambos, pero todo no se puede tener en la vida y tenemos que conformarnos con lo que tenemos y con lo que hemos encontrado o mejor dicho con lo que nos ha tocado a nuestro lado.

Se han hecho muchas investigaciones sobre el pene y su tamaño, y todos concuerdan en una media o promedio aunque los resultados varían en cada estudio, pero se cree que el tamaño del pene erecto es, en promedio, de aproximadamente de 12,9 a 15 cm de longitud, con un intervalo de confianza que va de 10,7 a 19,1 centímetros, mientras que el perímetro (circunferencia) promedio se ha establecido cerca de los 12,6 cm (4,97 pulgadas), con una desviación estándar de 1,29 cm. 

Mientras que se acepta comúnmente que existen diferencias físicas entre los grupos humanos de distinto origen étnico  por ejemplo, el color de los ojos o la textura del pelo, entre otras diferencias, el tema de la variación del tamaño del pene ha sido un tabú porque podría hacerse una lectura que implicara que un grupo étnico o raza específica es "superior" o "inferior" a otro. La cuestión de la correlación entre el tamaño del pene y el origen étnico es por lo tanto muy controversial, y no se ha establecido definitivamente. El intelectual Franz Fanon  se inclina hacia la opinión de que la supuesta correlación positiva entre los penes grandes y la ascendencia africana es un mito. En cambio, un estudio estadístico llamado Raza, evolución y comportamiento: Una perspectiva de la historia de la vida” de 1995 defiende lo contrario de Fanon. 

La regla de Allen y la regla de Bergmann formulan que los hombres en climas más calientes tienden a presentar un cociente superficie-volumen más alto, para ayudar a la disipación del calor. Es decir a medida que nos acercamos a los trópicos y el ecuador los hombres son más dotados.

Los argumentos culturales implicados en la relación entre el tamaño del pene y el origen étnico son muy complejos. Por ejemplo,  en la Historia los esclavos africanos se percibieron a menudo como animales sexuales, convirtiéndose en un mito que todavía persiste. Hasta la fecha, no hay pruebas definitivas de que el origen étnico y el tamaño del pene estén relacionados, y todos los estudios correlativos que se han realizado han sido rechazados por la comunidad científica debido a su falta de rigor metodológico o a la ausencia de datos verificables. 

Sin embargo a lo anteriormente dicho y mientras se ponen de acuerdo los científicos y especialistas en este tópico, las  estadísticas (no aprobadas aún por la comunidad científica) arrojan que un 0,5% de los hombres tienen medidas inferiores a 10cm y un 32% más de 15cm; parece que hay hombres que superan estas cifras y pueden sus penes medir hasta 35 cm de largo, como es el caso del actor pornográfico John Holmes. Estas cifras o datos anteriores son estudios o investigaciones hechas o válidas en hombres caucásicos o blancos occidentales. La media de los asiáticos u orientales es de unos 10cm de largo y las indagaciones en las etnias  de los negros va entre 16 y 20cm.

Todos estos estudios e indagaciones científicas y “morbosas” siempre se refieren  a los tamaños del pene erecto. Sobre el pene dormido o flácido no hay estudios fiables, ya que hay penes pequeñísimos que experimentan un crecimiento, en estado de erección, de más del 260%, mientras que otros mucho más aparentes, no llegan al 160%. Igualmente, un hombre grueso u obeso puede dar la impresión de tener un pene pequeño, solo porque parte del miembro queda escondido bajo la grasa del abdomen, de igual forma hombres con el pubis rasurado, dan la impresión de tener un pene más grande, solo porque no hay vello que oculte centímetro alguno.

Así las comunidades científicas se han preocupado mucho tiempo y gastado fortunas de dinero a investigar sobre el tamaño del pene, acrecentando aún más la falocracia y Genitofilia en la sociedad mundial. Muchos tratados de psicología se han atrevido afirmar  que un hombre provisto con un falo o pene de dimensiones enormes ha de ir por la vida pisando fuerte y de manera desenvuelta y que los que tienen proporciones más pequeñas o modestas al promedio se han de comportar de manera insegura, así como presumida y egocéntrica, para ocultar su carencia fálica.

Quizás esto suena difícil de creer y debería ser solo una falacia, no obstante las constantes influencias externas, culturales y tradicionales, parece que nos comunican en la calle y los medios, lo contrario. Los complejos suelen empezar en la pubertad, cuando en las duchas de la escuela o instituto, las comparaciones son inevitables. 

El universo de la comunicación y los medios, y en especial el dirigido a la colectividad gay, vende perennemente medidas más que considerables desde los anuncios de ropa interior, donde abultados slips que cubren la entrepierna de Dioses Modernos, nos hacen pensar en generosidades fálicas de ensueño,  hasta el cine porno, donde las dimensiones ponen, en muchos oportunidades, al público a suspirar y aullar. Esto provoca que los consumidores o público prefiera tener como objeto erótico un pene grande, tal como lo estipula o sugiere el bombardeo mediático. Sin embargo, la realidad es otra, y por lo general la gente se conforma con lo que tiene y encuentra.

Concluyentemente, lo importante es el conjunto, un cuerpo agradable, una cara bonita, saber moverse con soltura y sensualidad y saber usar lo que la naturaleza a provisto. Si eres de aquellos que tienen el pene por debajo del promedio utiliza tu imaginación, date al morbo, al jugueteo amoroso y erótico, si eres de aquellos que tienen el pene enorme y sobrepasa la media, que suerte la tuya, pero también debes utilizar tus mañas porque muchas veces no correrás la suerte de conseguir a alguien capaz de saber utilizar y aprovechar tus generosidades (claro, de seguro tendrás más público) pero en muchos casos no será de tu agrado tanta atención y más aún cuando tanto miembro sólo lo utilizas para expeler la orina.

Existen aparatos en el mercado que juran y prometen alargar y engrosar los penes, igualmente existe una operación de alargamiento que pueden arreglar los problema de pequeñez de nuestro “amiguito”, pero personalmente creo que el problema del tamaño se acaba cuando aceptamos nuestras virtudes y defectos, cuando conocemos nuestras gracias y talentos, cuando nos sentimos bien con nosotros mismos y nuestros dones a pesar que sean pequeños.Es evidente que todos queremos tener sexo y pensamos mucho en eso, entonces dale rienda suelta a tu imaginación y veras que el mejor órgano sexual que podemos y tenemos es el cerebro.

Por Félix Esteves

3 comentarios:

  1. Eso mismo me dijo mi padre hacia la mitad del siglo pasado.

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  2. Hace unos años, hubo un programa de TV conducido por Javier Sardá que tenía una sección de sexualidad asistido por una sexóloga de edad más que avanzada. Preguntaba a la especialista si el tamaño del pene importaba con la displicencia que caracteriza a quien ya da por consabida la respuesta: aquello de que lo importante es el juego que se le da, etc..
    NATURALMENTE QUE IMPORTA -fue su respuesta. Y a continuación: Quien tenga un pene chico, tiene un problema...!! La cara de estupefacción del presentador permanecerá grabada en mi memoria sine die. Todavía me río cuando lo recuerdo.
    Muy bueno tu artículo. Un saludo.

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  3. Me ha encantado tu publicacion.. Sigue escribiendo asi, hay muchas creencias que han limitado a las personas a lo largo de la historia y va siendo hora de cambiarlas para progreso y desarrollo del ser humano en si. Los tiempos han cambiado, ademas ¿Quien fue el que dijo q eso del tamaño importaba? y mas importante aun...¿Quien le creyo a ese q lo dijo?. Bendita sea la diversidad, asi hay manera de elegir, y para todos hay, es lo bello de este asunto. ¡No lo creen?
    Felicidades por la publicación. Saludos

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