Son tus ojos mi azul
firmamento
aunque tus pupilas se
vistan de castañas.
No he de
preocuparme por el alimento
con tus besos tengo y
tu fruto abierto.
Me sosiego el alma en
tu abrazo tierno
mientras juego a escondidas
en las marañas
de tu dulce pecho.
Tu eres mi iglesia
mi fe y mi credo.
Por ti pelearía guerra
santa
como cualquier caballero
y moriría en la
batalla
sabiendo que aún así
te pierdo.
Es tu boca mi profundo
océano
donde navego hasta
cuando sueño.
No he de preocuparme
por aprender
tú me das lo que he saber, eres libro abierto.
Te descifro cada
noche, y cada día aprendo algo nuevo
mientras reviso tu
rincón más oculto
de tu floreciente
huerto.
Tú eres mi ley
mi juez, mi policía y mi carcelero.
Por ti iría a la inhóspita
cárcel
como cualquier reo
con tal que tú esposes
mis manos
y me aprisiones con
tus muslos de hierro.
Tu sexo es el paraíso
donde estoy más cerca
del cielo.
Tú eres el ángel
que me obliga a pecar de nuevo.
Y me votas de tu Edén
con tu serpiente en mi cuello
y voy rogando como un mártir
hasta volver a tu elíseo cuerpo .
Tú eres el ángel
que me obliga a pecar de nuevo.
Y me votas de tu Edén
con tu serpiente en mi cuello
y voy rogando como un mártir
hasta volver a tu elíseo cuerpo .
Por Félix Esteves
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