La victimización y
discriminación de los gays, lesbianas, bisexuales, transexuales en base a su
orientación sexual incluye el acoso, vandalismo, robo, asalto, violación y
asesinato. El espacio o ubicación de estos crímenes no se limita a las calles
oscuras que van desde establecimientos gays o a la noche underground y
clandestina que supone la heteronormativa. la violencia contra el colectivo o comunidad
LGBT se produce en todas partes: en las escuelas, los lugares de trabajo,
sitios públicos y en el hogar; los que cometen estos actos delictivos y
punibles proceden de todos los estratos socioeconómicos y representan
diferentes grupos de edad. No obstante según un estudio realizado en los
Estados Unidos de Norteamérica la mayoría de los actos violentos tienden a ser
cometido por hombres jóvenes y de acuerdo
a este informe el perfil general de un “Gay-Basher” ... “es un hombre joven,
actuando a menudo junto con otros hombres jóvenes, todos los cuales son ajenos
a la víctima (s)”[1].
Este comportamiento
violento no es más que homofobia y tiene una relación o es consecuencia de la “memoria
colectiva” arraigada desde muchísimo tiempo por la heteronormativa o
heterosexismo imperante. La heteronormativa o heterosexismo lo podemos definir
como el sistema ideológico que niega, denigra y estigmatiza cualquier forma
no-heterosexual de la conducta, la identidad, la relación, o de la comunidad
como el racismo, el sexismo, y otras ideologías de opresión, el heterosexismo
se manifiesta tanto en las costumbres sociales y las instituciones.
La homofobia es
entonces un comportamiento aprendido que se remonta a la aprobación de la “sociedad
sutil” enmarcada y soportada en el heterosexismo[2].
La homosexualidad en la memoria colectiva y que genera la homofobia tiene su
raíz principal en la religión judeocristiana que ha prevalecido desde los
tiempos más remotos y que sigue siendo el peor enemigo de las sociedades libres
de odio hacia la diferencia heterosexual.
Pero la homofobia
es más que una fobia, es odio. En las fobias, la emoción primera y cardinal es
el miedo, mientras que en la homofobia es el odio. Alguien que sufre de
homofobia puede sentirlo como algo contenido o ponderado (sensaciones
corporales de rechazo y repulsión al estar en presencia de homosexuales,
incomodidad psicológica frente a gays y sus vivencias) o severo (agitación
psicomotriz que obliga a quien la padece a insultar, herir, golpear, e incluso
asesinar a los homosexuales). En las fobias, el individuo enfermo o aquejado de
este trastorno busca huir de aquello que le causa miedo. Alguien con
ailurofobia, por ejemplo, siente pavor ante los gatos y, por esto, se aleja de
ellos. Por el contrario, en el caso de la homofobia, los homofóbicos favorecen
y propician activamente el encuentro con homosexuales, como una forma de
confirmarse y reafirmarse a sí mismos que están en lo correcto padeciendo el
trastorno, los homófobos u homofóbicos buscan callar, denigrar, maltratar,
herir, humillar o destruir tanto simbólica o físicamente a los homosexuales y
lesbianas o mejor dicho o explicado a todo aquel que se separa del
heterosexismo y la heteronormativa.
Pero peor aún, a diferencia de los sujetos con una fobia, que mantienen
su trastorno como algo privado y que por lo general buscan ayuda médica, el homofóbico busca reconocimiento social,
pues los homofóbicos quieren convencerse a sí mismos y a los demás de que su
odio es útil y valioso, el homófobo ve su odio como una “catequesis” que debe ser enseñada y promovida para el bien
de la humanidad. Por regla general, los individuos que viven con la homofobia
se vuelven aliadas unos de otros. La cultura heterosexista los hace y ellos se
juntan. Así pueden sentir, promulgar y enseñar que son los demás los que están
mal. El grupo homofóbico se vuelven “Cruzados”, “Templarios” y su actividad terriblemente
delictiva se convierte para ellos en una “Cruzada”.
Una persona con una fobia comúnmente tiene
conciencia de su enfermedad o trastorno, puede hablar de aquello que le causa
fobia y comprender que es un miedo irracional. Una persona con homofobia no
suele tener conciencia de vivir con un trastorno; por el contrario, busca
naturalizar su odio; incluso puede llegar a decir cosas tan inconexas y
desatinadas como “yo no me considero homófobo… es sólo que no soporto ver a dos
hombres juntos, los maricos no deben existir” o “Eso no es natural” o “Todos
los homosexuales son unos enfermos y deben estar encerrados” o peor aún y es
muy común en las mujeres homofóbicas “Pobrecitos, ellos no tienen la culpa,
ellos son buenos amigos, pero no los metas en tu casa”.
La homofobia no
sólo actúa en forma grupal o individual, la homofobia esta también dentro de
las instituciones tanto privadas como gubernamentales, según Gary David Comstock informó que de acuerdo a
una encuesta de The Wall Street Journal, que más del 66 por ciento de los
directores ejecutivos de las empresas son reacias a promover los homosexuales a
los puestos de gestión y, en su propia encuesta, el 77 por ciento de los
varones estudiantes universitarios de primer año desaprueban la homosexualidad.[3]
Comstock también
apunta a los datos que describen los autores y sus escenarios de violencia
descrito en su libro que los adolescentes varones necesitan “recognizing and conforming to the cultural
stereotype of masculinity” … “high sex-role identification”[4],
dicho en español o castellano que la heteronormativa obliga a los jóvenes
adolescentes “reconocerse y ajustarse al estereotipo cultural de la
masculinidad" y a los “predominantes
roles sexuales de identificación”. Estas
etapas de desarrollo dentro del modelo de heterosexismo puede tener peores
resultados que una mente cerrada, especialmente en lo que algunos científicos
sociales explican la identificación social: … “anti-gay violence
can help in-group members to feel more positive about their group and
consequently about themselves as well”[5]
[6]
Las víctimas del
delito homofóbico pueden percibir a sus agresores como representante de la
cultura dominante en la sociedad, y en cierta forma como agresores de la
cultura gay, y aunque la homosexualidad
en sí misma no está vista por la heteronormativa como suficiente para componer una cultura separada,
los heterosexuales alimentan la homofobia al considerar la “cultura
gay” como clandestina, underground, inexistente,
o hasta subordinada a la cultura de la heteronormativa. La homofobia ataca no
solo a los gays o la comunidad LGBT por lo que son sino también por lo que
hacen y representan. La homofobia es un “crimen de odio”[7]
como lo es el racismo, y por lo tanto estos crímenes de odio anti-gay pueden
ser considerados como un tipo de terrorismo.
La violencia contra
los homosexuales, lesbianas y demás miembros del colectivo LGBT pueden
enfrentar a las víctimas en contra de ellos mismos. Los sentimientos de
vulnerabilidad debido a las reacciones criminales por parte de los demás pueden
llevar al estrés y la propia deshumanización. La víctima viéndose a sí mismo
como causantes de esa violencia y de ese odio, crean estados de autoculpa
siendo una forma muy dañina de la personalidad, incluyendo desde la homofobia
interiorizada hasta el homicidio por sentirse único culpable de su situación.
La memoria
colectiva - alimentada por la religión y el heterosexismo - tienes que ser
cambiada, modificada y revisada. Si sigue el camino de la heteronormativa seguirán
los monstruos del machismo, de la misoginia, del asesinato como castigo y de
los odios ya existentes y entre ellos el rechazo al amor entre personas del
mismo sexo. Primero para todos la homosexualidad era un pecado, después una
terrible enfermedad, ahora una "falla de la voluntad". Las personas
que sufren de homofobia, y también el heterosexismo y por lo tanto la
heteronormativa busca cualquier argumento para convencer al resto del mundo de
que la homosexualidad no debería existir.
No obstante la homosexualidad es una de las tantas expresiones de la
sexualidad humana y del sexo en general. Ha estado desde siempre, visible o no,
escondida o a gritos y el gran cambio es que, finalmente, el colectivo LGBT
está logrando derechos reclamados desde hace al menos dos siglos, tal como los
negros y las mujeres lograron alcanzar sus derechos y reivindicaciones sociales
en su larga lucha.
Se debe recordar
que vivimos en una sociedad secular y de grandes avances científicos y
tecnológicos que no puede pretender usar todavía la biblia y retrógrados
pensamientos filosóficos del pasado o doctrinas avejentadas o hipótesis médicas
equívocas para negar el acceso a derechos humanos y civiles de grupos distintos
a los de la heteronormativa. La comunidad LGBT tienes tanto derecho a sus
creencias, a su cultura, a su modo de vida, a su amor como lo tienen los otros y a llevar la vida
como mejor les parezca, siempre y cuando no alteren la libertad de los demás.
La homofobia no sólo afecta a los gay, lesbianas, bisexuales, transexuales y transgéneros,
la homofobia afecta a todos y altera por lo tanto la vida y la libertad de
todos, pues el odio no trae la paz a nadie, ni al que siente el odio ni al
odiado, ni al ejecutor del delito ni a sus víctimas.
Hoy 17 de Mayo se
celebra en todo el mundo el Dia Internacional contra la Homofobia y Transfobia coincidiendo
con la eliminación en 1990 de la listas de enfermedades mentales por parte de
la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la
homosexualidad. Sin embargo, la transexualidad aún es parte de los manuales de
psiquiatría, en donde se define como "trastorno de la identidad
sexual".
Hoy alrededor de 80
países en el mundo criminalizan la homosexualidad y condenan los actos sexuales
entre personas del mismo sexo con penas de prisión y nueve de estos países, que
son Afganistán, Mauritania, Nigeria, Pakistán, Arabia Saudí, Emiratos Árabes y
Yemen, mantienen para estos casos la pena de muerte. La discriminación basada
en la orientación sexual y en la identidad de género no está oficialmente
reconocida por los estados miembros de las Naciones Unidas, a pesar de que
organismos de derechos humanos como el Comité de Derechos Humanos han condenado
repetidamente la discriminación basada en la orientación sexual y la identidad
de género.
Es hora de parar el
Odio… dile no a la Homofobia y a todos los crímenes que se cometen en contra de
la diferencia.
Por Félix Esteves
[1] Herek, Gregory M. And Kevin T. Berrill. Hate
Crimes: Confronting Violence Against Lesbians and Gay Men / Newbury Park, CA:
Sage Publications, 1992.—p. 29
[3] Comstock, Gary David. Violence
Against Lesbians and Gay Men / New York: Columbia University Press, 1991.
[6] “la violencia anti-gay puede ayudar a miembros de grupos que se
sienten más positivos acerca de su grupo y por lo tanto se acerca mayormente de
este modo”
La homofobia es un verdadero crimen que hay en la Humanidad. Por eso gracias a la información que emerge con muchas fuerzas.
ResponderEliminarSaludos
Manry de Panamá
Ciudad de Panamá