Hablar de homosexualidad en la España Franquista es hablar tristemente de la homofobia, y no de cualquier homofobia, sino la peor de todas, la homofobia institucionalizada, es decir la Homofobia de Estado. El gobierno del Dictador Francisco Franco unido a la recalcitrante Iglesia Católica hizo de España un país mojigato, puritano, gazmoño y homófobo, donde cualquier libertad sexual era vista como una perversión. Pero esta historia comienza realmente con la sublevación militar en España contra la Segunda República el 18 de julio de 1936, debido al triunfo inminente del Partido del Frente Popular en las elecciones de febrero de ese mismo año.
Si bien es sabido,
que en España, país profundamente católico, ha existido desde muchísimo tiempo
la homofobia, a principios de siglo XX, existía una subcultura gay bastante
fuerte, consolidada, y lo que es mejor aún plena de maravillosos creadores
artísticos, como poetas, músicos, pintores, cantantes, actores, arquitectos que
si bien no competían con los mundos homoeróticos de Berlín, Paris y Londres,
daban la lucha y formaron un exquisito foco de cultura que contribuyó en el
crecimiento artístico de Europa e Hispanoamérica.
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Francisco Franco junto con sus secuaces de la Iglesia Católica. |
Tanto de Madrid
como Barcelona existían cafetines y cabaret, donde los hombres homosexuales se
reunían para socializar y también para “acomodar el mundo” con los ideales que
se levantaban a principios de la nueva centuria. También los cabarets y las
revistas fueron importantes centros de entretenimiento y arte gay musical,
principalmente shows de transformistas como Edmond de Bries.
Otro de los grandes
focos de la vida homosexual española de ese entonces fueron los centros de
estudios y universidades, los jóvenes españoles de los años 1920 y 1930 estaban abiertos a las corrientes estilísticas,
científicas y sociales que se expandían por el mundo, y en especial hay que
nombrar a la Residencia de Estudiantes de Madrid, que fue un centro fundado en
1910 por la Junta para Ampliación de Estudios, producto directo de las ideas
renovadoras que había iniciado en España el krausista Francisco Giner de los
Ríos con la fundación en 1876 de la Institución Libre de Enseñanza. Desde el
primer momento quiso ser un complemento educativo a la universidad. Algunos de
los residentes eran homosexuales conocidos, como el gran Federico García Lorca.
Igualmente existían agrupaciones, clubs y círculos de intelectuales
donde la mayoría o parte de ellos eran homosexuales como es el caso de la Generación
del 27, a la que pertenecían Luis
Cernuda, Juan Gil-Albert, Emilio Prados, Vicente Aleixandre, Rafael de León y el mismo Garcia Lorca. No
podemos dejar de nombrar al club sáfico de Madrid donde se reunían mujeres como
Carmen Conde, Victorina Durán, la periodista Irene Polo o Lucía Sánchez
Saornil.
En España, inspirado en los preceptos franceses, no contempló el delito
de “pederastía”, pero la reforma hecha bajo la dictadura del General Primo de
Rivera en 1928 castigó la homosexualidad entre mayores con multa e inhabilitación
para ocupar cargos públicos. El nuevo Código Penal republicano de 1932
despenalizó los contactos homosexuales entre personas mayores que había
contemplado el Código de la dictadura de Rivera.
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Alvaro Retana y una de sus personificaciones travestis "Lagoya". |
Con la llegada de la II República la sociedad española se introducen
medidas de abierta tolerancia a la homosexualidad, y es que en el nuevo Código
Penal publicado en 1932, se suprime los agravantes de homosexualidad incluidos
en el Código de 1928. Además, en la Ley de Vagos y Maleantes de 1933 tampoco se
mencionaba la homosexualidad. La homosexualidad, por tanto, deja de ser un
delito y una conducta peligrosa, salvo entre los miembros del ejército.
Aunque no consta
que hubiera una persecución abierta hacia los homosexuales por el mero hecho de
serlo, sí parece que la homosexualidad podría haber sido un factor a favor de
su encarcelamiento y ejecución en lo concerniente a los hombres gays que pertenecían
al ejercito. No obstante durante casi treinta años hubo cierta paz, fueron
pocos los casos de persecución y sometimiento, pero la paz duro poco. La
homosexualidad, a pesar de no estar criminalizada, empezó a ser fuertemente perseguida y marginada por la sociedad
española y en especial por los sectores más conservadores y ultracatólicos de
la iglesia y durante la Guerra Civil la
homofobia fue empleada por ambos bandos para atacarse y fue mucho el daño hecho, pues en los civiles se enquistó aún más el odio hacia los
homosexuales llegando a prevalecer y afianzar en el inconsciente colectivo la
homofobia ya generada por siglos y siglos de existencia.
Durante la Guerra
Civil Española muchos homosexuales apoyaron el bando republicano, que estuvo
constituido en torno al gobierno legítimo de España y el del Frente Popular (una
coalición de partidos marxistas, republicanos, anarquistas y nacionalistas,
apoyado por el movimiento obrero) ya que esta coalición era liberal y en la
parte sexual defendía los derechos de los homosexuales, la liberación de la
mujer y el aborto, pues su ideología se fundamentaba en los estatutos y
pensamientos primarios de la revolución sexual contenida en la Revolución Rusa.
También hay que agregar que muchos homosexuales de la nobleza apoyaron a los
del bando sublevado, pues estos seguían en el closet, y no querían perder sus
privilegios como aristócratas
Sin embargo,
tenemos también que nombrar a Álvaro Retana,
que a pesar de su condición de aristócrata, apoya al bando republicano,
y durante la Guerra Civil Española acudía a las manifestaciones obreras vestido
con un mono de seda. Retana fue un escritor que no temió escribir en sus
novelas plenas de sicalipsis homoerótico la realidad sexual de la nobleza
española de su época. En el blog de Leopold Estapé “Bajo el Signo de Libra” se
puede leer de su novela “Las Locas de Postín”:
"Las locas de postín" (1919), Rafaelito
Hinojosa de Cebreros, vicioso hijo de marqueses, se siente fascinado por un
misterioso argentino con quien sus amigos le han organizado una cita sólo para
sacarle el dinero. Por sus páginas irán desfilando personajes de todo tipo,
desde locas aristocráticas como Juanito Sí-sí, llamado de ese modo por no haber
dicho nunca que no a una proposición indecente, hasta conocidos artistas de
circo, aristócratas frívolos y escritores de mala fama. Es una historia de
fiestas decadentes, de señoritos galantes, cocottes mantenidas, cupletistas de
malas costumbres, y affaires en mansiones de alto copete.
Álvaro Retana
después de la Guerra Civil Española es apresado en la casa de Ángel Pedrero,
ambos son condenados a muerte. Álvaro se salva de la pena, pues su familia
perteneciente a la aristocracia logra conseguir la intervención del Papa Pio
XII y es encarcelado solamente, Ángel Pedrero es fusilado, pues no era de la
nobleza y fue fusilado el 4 de marzo de 1940 en el cementerio del Este de
Madrid.
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Tres poetas y homosexuales de la época franquista:
Federico García Lorca, fusilado. Luis Cernuda, exiliado. Vicente Aleixandre, vivió su sexualidad en el closet. |
Federico García
Lorca perteneciente a la llamada Generación del 27, es el poeta de mayor
influencia y popularidad de la literatura española del siglo XX. Como
dramaturgo, se le considera una de las cimas del teatro español del siglo XX,
junto con Valle-Inclán y Buero Vallejo. Lorca era abiertamente homosexual y fue
un militante del bando republicano, ejerció un puesto durante la II República
en la codirección de la compañía estatal de teatro «La Barraca», donde disfrutó
de todos los recursos para producir, dirigir, escribir y adaptar algunas obras
teatrales del Siglo de Oro español. Escribió en este período Bodas de sangre,
Yerma y Doña Rosita la soltera.
No obstante Lorca
tenía amigos también en el bando sublevado, como lo fue el líder y fundador de
la Falange Española, José Antonio Primo de Rivera, tal como lo narra la
siguiente cita:
…”José Antonio. Otro buen chico. ¿Sabes que todos los
viernes ceno con él? Solemos salir juntos en un taxi con las cortinillas
bajadas, porque ni a él le conviene que le vean conmigo ni a mí me conviene que
me vean con él.”
Gracía Lorca es
apresado en casa de su gran amigo y amante el también poeta Luis Rosales el 16
de agosto de 1936, dos días después es fusilado por su afinidad con el Frente Popular y por
ser abiertamente homosexual.
Tras el final de la Guerra Civil Española en 1939, en España los
homosexuales o estaban muertos, condenados en terribles cárceles, exilados, o escondidos dentro de sus closets.
Ya hemos visto el caso de Lorca que fue fusilado y Retana que fue encarcelado, entre
los exilados se encuentran De los Ríos, Azaña, Prados, Cernuda, Salazar, Salinas,
Altolaguirre. El régimen de General Franco fue triste, represivo e hipócrita. Fueron
censurados todos los materiales de orientación sexual, especialmente los
homosexuales y sus autores fueron encontrados
inadecuados para la España franquistas.
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Miguel de Molina.
Artista folklórico español que vivió los vejámenes de la dictadura franquista por su homosexualidad.
Fue torturado y obligado al exilio en 1942 en la Ciudad de Buenos Aires. |
En principios el gobierno déspota de Franco se concentró en perseguir, hostigar
y eliminar cualquier tipo de disidencia política, cuando la disidencia dejo de
ser un fastidio y amenaza para el franquismo empezaron a perseguir a los gays
de una manera más clara y contundente. La represión homosexual que se dio en el
régimen franquista se vio descansada y fundamentada por la imposición de la
moral católica conservadora como oficial: el ejército y la Iglesia fueron las
bases del esqueleto del régimen franquista (Concordato del 27 de agosto de 1953
: la religión católica era la única para la nación española y el Estado estaba
obligado a protegerla). El Estado español asumió igualmente la moral católica y
sus imperativos morales en lo relativo al matrimonio, la familia y a su
concepción negativa y aberrante de la homosexualidad, y por lo tanto la Ley
natural como única forma de sexualidad: el sexo es para procrear y aumentar el
número de fieles a la Iglesia Católica y al Régimen, el sexo no se puede concebir
entre iguales ni para el placer, está fuera de la ley de Dios.
Así los llamados “violetas”, “maricones”, “sarasas”, “patos”, “acaponados”,
“blancanieves”, “sodomitas”, “bujarrones” , fueron perseguidos “legalmente” a
partir del 15 de julio de 1954, cuando la Ley de Vagos y Maleantes fue modificada
e incluyó a los homosexuales:
“Articulo primero.- los números
segundo y undécimo del artículo segundo y el número seguno del artículo sexto
de la Ley de Vagos y Maleantes, de cuatro de agosto de mil novecientos treinta
y tres, queda redactados en la siguiente forma:
‘Artículo segundo.- Número
segundo.- Los homosexuales, rufianes y proxenetas.’”
“ ‘Artículo sexto.- Número
segundo.- A los homosexuales, rufianes y proxenetas, a los mendigos profesionales
y a los que vivan de la mendicidad ajena, exploten menores de edad, enfermos
mentales o lisiados, se les aplicaran, para que las cumplan todas
sucesivamente, las medidas siguientes:
a) Internado
en un establecimiento de trabajo o Colonia Agricola. Los homosexuales sometidos
a esta medida de seguridad deberán ser internados en instituciones especiales
y, en todo caso, con absoluta separación de los demás.
b) Prohibición
de residir en determinados lugar o territorio y obligación de declarar su
domicilio.
c) Sumisión
a la vigilancia de los Delegados.’ ”
“Dada en el Palacio de El Pardo a
quince de julio de mil novecientos cincuenta y cuatro.
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Ley de 15 de Julio de 1944 donde se criminaliza la homosexualidad |
Pero esta ley modificada viene a ser precedida por otras leyes donde se
criminalizaban la homosexualidad, por ejemplo el Código Penal de 1944 donde no
se hizo mención expresa a la homosexualidad, la homosexualidad se condenó
dentro de los delitos de escándalo público, abusos deshonestos y contra la
honestidad. Igualmente el Código de Justicia Militar del 17 de julio de 1945 en
su apartado penal, en el Tratado II, artículo 352, tipificó los actos
deshonestos cometidos por un militar con una persona del mismo sexo,
estableciendo pena de cárcel militar de 6 meses y un día a 6 años de cárcel,
apartándolo además del servicio.
Durante ese tiempo fueron cerrados muchos bares y cafetines de orden
gay, los shows travestis se redujeron enormemente y pocos cabarets los tenían dentro
de sus revistas, tal vez porque estaban auspiciados por algún miembro de la
nobleza o del gabinete gubernamental.
La cultura gay española se retiró de nuevo a la poesía. El gay más conocido
del periodo franquista, Vicente Aleixandre, aunque Aleixandre nunca admitió su
homosexualidad públicamente, y prefirió creer que la mantenía en un secreto.
Carlos Bousoño era el protegido de Aleixandre, amante y autor de un estudio
fundamental de la obra de Aleixandre. El poeta Luis Rosales, amante de Lorca,
nunca se sintió preparado para hablar abiertamente de u homosexualidad,
especialmente después del asesinato de su amado. Otros poetas homosexuales
masculinos de este período son Francisco Brines, Leopoldo Panero, Juan
Gil-Albert, y el más erótico de todos Jaime Gil de Biedma, muerto de SIDA en
1990. El grupo Cántico de las poetas, ubicado en Córdoba, incluyeron nombres
como Vicente Núñez, Pablo García Baena, Juan Bernier y Juan Gil-Albert fueron objeto de autocensura. El “Heracles”
Gil-Albert, el único ensayo serio sobre la homosexualidad escrito en España durante
el franquismo, sólo pudo ser publicado póstumamente, en 1981.
Otros de los elementos que ayudo a sustentar la homofobia de Estado en
el gobierno de Franco fueron los estudios científicos y médicos de aquel
entonces. Las investigaciones y los estudios científicos llevados a cabo en
España corroboraron la homosexualidad
como una enfermedad, tal como se establecía en el conocimiento médico en todo
el mundo, para eso de abrió Departamento Especial de Homosexuales (sección
creada en el Hospital penitenciario de Madrid para la investigación
“científica” sobre el comportamiento de los homosexuales). En dicho centro se
llevó a cabo toda una serie de “estudios” con los homosexuales para observarlos
y ver la manera de curarlos.
El Departamento Especial de Homosexuales dirigida por el psicólogo
clínico Fernando Chamorro llevó a cabo un estudio de un grupo de 200
“delincuentes” homosexuales, entre los meses de septiembre de 1967 y finales de
diciembre de 1969. Los internos se alojaban
en celdas individuales y se clasificaron a estos 200 hombres en unos tipos
concretos:
- Homosexuales pasivos (30) y mixtos con predominio pasivo (69).
- Homosexuales activos (37) y mixtos con predominio activo (37).
- Homosexuales activos sin ningún predominio (27).
Se llevó a cabo su estudio a través de su observación, entrevistas con
psicólogos, y se concluyó lo siguiente: que los homosexuales puros más bien
constituían la excepción, que la falta de educación era un factor determinante
para caer en la delincuencia y la homosexualidad, que la mayoría tenía un
coeficiente intelectual inferior al tipo medio de los españoles, más acentuados
en el grupo de homosexuales de predominio pasivo y que la mayoría sufría de
neurosis.
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El poeta Leopoldo María Panero.Su propia madre lo denuncia como homosexual y
drogadicto, y es sometido a electroshocks por el médico Juan José López Ibor. |
Gregorio Marañón
,
médico endocrinólogo, decía que la homosexualidad era como una enfermedad la
cual, como enfermedad, se puede curar, se trataba de un trastorno del instinto
sexual. Según él el invertido es, pues, tan responsable de su anormalidad como
pudiera serlo el diabético de su glucosuria. Por lo tanto la “Medicina de
Franco” dispuso operaciones como injertos testiculares o la organoterapia
(injerto de órganos o glándulas endocrinas de animales), y la terapia
ocupacional como ejercicios viriles en ambientes viriles para curar el mal. Marañón
también tenía como medicina para la homosexualidad la religión y por supuesto
la continua oración:
“Yo he recibido en mi despacho
confesiones inesperadas de gentes que jamás despertaron la menor sospecha de su
instinto torcido ni aun en sus más íntimos allegados (...) No hay que decir
que, en estas cuestiones, la fe y la disciplina religiosa suelen ser la razón
suprema de que la conducta se haya mantenido limpia y el alma en paz. En ésta,
como en todas las tempestades del espíritu, la ayuda de Dios es, claro, lo
esencial.”
Otro catedrático de la medicina Valentín Pérez Argilés decía que la homosexualidad
es como una enfermedad la cual es
contagiosa. Pérez Argilés, en la sesión inaugural del curso académico en la
Real Academia de Medicina de Zaragoza, en 1959, da las pautas a seguir, cuando
ante los tibios argumentos que en algunas partes muestran la inocencia del
homosexual ante sus inclinaciones, como en el caso de los diabéticos, señala
que la comparación entre unos y otros es falsa, por cuanto:
“La comparación sería más justa
si dijera: ‘Tampoco el tuberculoso es responsable de su tuberculosis; pero
tendrá una grave responsabilidad cuando por odio al resto de la Humanidad sana
(dolo), o desinteresándose del riesgo de su contagiosidad (dolo eventual), o por
ignorancia, etc. (culposamente), se dedique a la siembra de sus esputos
bacilíferos’.”
Por lo tanto la solución de Franco y su gobierno fue el aislamiento
total, la confinación del “enfermo” a lugares remotos y alejados de la sociedad
“sana y pura del franquismo”.
Para Antonio Vallejo Nájera, médico psiquiatra, la homosexualidad como
una enfermedad mental. Nájera situaba al homosexual más próximo a la figura del
delincuente que del enfermo:
“Adquieren estos
postencefalíticos todas las características propias de las personalidades
psicopáticas: holgazanería, importunidad, tendencias cleptómanas, agresividad,
vagabundeo, etc. Lo característico es la habilidad cinética y la tendencia a la
acción, en finalidad o con fines perversos.”
Para tal caso, el remedio de la “Medicina Franquista” fue la
esterilización. Y más adelante, el electroshock, que tanto se aplicaron a
partir de los años cincuenta en varios países, para modificar la conducta
homosexual.
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Jaime Gil de Biedma. Poeta de la Generación del 50.
Verdadero exponente de lo que se suele llamar doble vida, Jaime desarrolla actividades empresariales
del negocio familiar y al mismo tiempo coquetea intelectualmente con el marxismo y su vida interior
queda por completo marcada por su homosexualidad, circunstancia que, en el seno de su hondo
pesimismo, le lleva a vivir al límite una serie de experiencias autodestructivas.
Biedma muere de SIDA en 1990. |
Alrededor de cuatro
mil expedientes fueron abiertos durante el régimen franquista contra ciudadanos
homosexuales en virtud de la legislación vigente durante la dictadura, y muchos
más vivieron con miedo porque en cualquier momento podían ser denunciados o
extorsionados. Ante esta situación, los gays españoles estuvieron obligados
durante los cuarenta años del régimen franquista a vivir con discreción y siempre
bajo la amenaza de ser denunciados por delitos morales que, en todo caso, no
eran contemplados de igual manera para clases altas como para clases bajas,
siendo más fácil la vida para los ciudadanos gays de las altas esferas
políticas y económicas.
En 1970 la Ley de Vagos y Maleantes fue sustituida por
la Ley de Peligrosidad y Rehabilitación Social, que al castigo unía la
filosofía de la “defensa social” y la “curación” del presunto delincuente y
añadió la novedad de especializar dos cárceles ya existentes, la de Badajoz y
Huelva, en la custodia de detenidos homosexuales masculinos. Los presos se
dividían según sus tendencias: los “pasivos”, a Badajoz, y los “activos” a
Huelva.
Todo este conglomerado homofóbico legal y científico produjo dos
visiones sobre el homosexual en la sociedad española; la primera visión o juicio
era el del individuo burlesco, el travestido, “el mariquita” que gusta vestirse
de mujer, y que la sociedad y el propio cuerpo judicial los considera
retrasados o débiles mentales, con escaso peligro público. Esta visión del
homosexual se desarrollaró como elemento de burla, dándose así toda una serie
de muestras públicas aceptadas por el régimen, como el caso de algunas
películas como fueron los films “No desearás al vecino del quinto” dirigida por
Ramón Fernández en 1970, y “Aunque la hormona se vista de seda” del director Vicente Escrivá de 1971. A estos homosexuales se les aplicaron en menor medida las leyes
franquistas, pues eran más aceptados por la sociedad. Aún así, sufrieron
encarcelamientos, destierro de sus pueblos, entre otros castigos.
La otra visión era la de los individuos peligrosos, como los pederastas
pasivos, los pervertidos, los invertidos. Los que van en contra de la ley
natural, del sexo entre hombre y mujer destinado a la reproducción, por lo
tanto individuos que hacen del goce del sexo una perversión entre dos personas
del mismo sexo, arrastrando con sus prácticas a los jóvenes, convirtiéndolos en
homosexuales como ellos. Asimismo se los considera violentos, oscuros,
antisociales, delincuentes, facinerosos, y contagiosos. A estos se les aplicó
fuertemente las leyes franquistas, con internamientos en cárceles
especializadas en la búsqueda de su “curación”, y también en cárceles normales.
Los gays que se escondieron en los closets, fueron muchos, hubo una cantidad
de tíos solteros y tías solteras, “ovejas negras” que se aceptaron por caridad
y porque era “cristiano” ayudar a un familiar con aquel problema que era
innombrable.
La “Historia Oficial Española” nos dice que al menos 5.000 personas
fueron detenidas por actos o actitudes gays, lésbicas o transexuales durante el
franquismo, pero sabemos que esta cifra es sólo un aproximado, porque sabemos
que la “Historia” y sus “Archivos” los hacen los ganadores y Franco y sus secuaces,
aun injertados en la sociedad española actual, fueron los triunfadores y por
mucho tiempo manipularon los hilos de los españoles, su historia y sus vidas. Fueron
más de cinco mil los asesinados por ser diferentes, fueron más de cinco mil los
exilados, fueron más de cinco mil los que pagaron en la cárcel por amar a su prójimo
del mismo sexo, son más de cinco mil los que padecieron los electroshocks o
sometidos a operaciones para recuperar su “virilidad perdida” fueron más de
cinco mil los que tuvieron que esconderse en los “fríos y oscuros closets” por
terror a sufrir represalias.
Los homosexuales fueron condenados en todo momento, aunque se cambiase o
variase el motivo de la condena. Fueron perseguidos por la policía, bajo la
acusación de que corrompían a los jóvenes, o por relacionarse entre ellos si eran
adultos; o porque atentaban contra la moral y las costumbres. Lo que cambió a
lo largo de los años que duró el régimen, es que los homosexuales comenzaron
siendo sujetos de pecado y acabaron siéndolo también de enfermedad, para la que
se aplicaron terapias, tan importadas como las teorías que las sostenían.
Pese a todo, a la persecución, encarcelamiento, detenciones y exilios, algunos
hombres gays y mujeres lesbianas pudieron
crear durante aquellos años unos pequeños espacios de libertad donde vivir y
expresarse. Se establecieron así unas bases mínimas para explicar los cambios
que se produjeron con la llegada de la democracia.
Mil gracias Félix por esta bella revisión histórica de nuestra realidad perseguida y silenciada. Como hijo de republicanos me siento doblemente afin a todo lo que nos narras. Te felicito y seguiremos en contacto.
ResponderEliminarExhaustivo trabajo el que has realizado, Félix. Mis felicitaciones y agradecimientos.
ResponderEliminarPor si fuera de tu interés y el de quienes te sigan, y dada la importancia emblemática de la figura de García Lorca te dejo un enlace (que te lleva a otros) sobre lo último que se ha revelado sobre quien fuera su último amor y los documentos y posiblemente su última carta antes de ser asesinado.
Abrazos literarios.
http://cultura.elpais.com/cultura/2012/05/11/actualidad/1336767388_044828.html
Personalmente conocí a un ex-bailarín de flamenco que le rompieron las rodillas para que no bailara más en la dictadura de Franco. Llego a Chile junto a mis abuelos y mamá, luego mi familia se vino a Venezuela con la dictadura de Pinochet, a los dos años se vino el a Venezuela. El más nunca pudo bailar, aqui en Caracas monto una libreria, lo mismo que hizo en Chile, fue un gran hombre. Pocas veces hablaba de su vida en España, no le gustaba recordar. Era un buen hombre, y el hecho de que fuera gay no lo hizo menos, realmente fue un HOMBRE valiente como pocos he conocido.
ResponderEliminarHola María Yolanda, estoy haciendo una investigación sobre el flamenco en esta época. me interesó tu relato. Como puedo entrar en contacto?
EliminarSiento envidia de la buena por sus trabajos. ¡Exquisito trabajo!
ResponderEliminarMil gracias por sus palabras. Un abrazo desde Caracas.
EliminarDesde Puerto Rico gracias por este excelente trabajo bibliográfico y representativo de lo que fue y sigue siendo la opresión contra los homosexuales. Cordialmente, Francisco Jimagua, Activista de derechos humanos.
ResponderEliminarBueno , lamentablemente a Federico García Lorca , ni siquiera le dio tiempo de ser un poeta homosexual de la época franquista ...Se lo cargaron 1 mes después del inicio de la guerra incivil y en ese momento aún Franco no era todavía jefe del bando nacional ( sublevado ) ...
ResponderEliminarLuis Rosales no fue el amante de Federico, y lo mataron sus primos no el régimen de Franco
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