Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

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jueves, 20 de diciembre de 2012

VENEZUELA UN PAÍS DE TETAS


Según en las sabias palabras del gran escritor Miguel de Unamuno (Bilbao, 1864- Salamanca, 1936) las tres mayores facultades del humano provienen de tres diferentes partes del cuerpo:

“Y cabeza, corazón y estómago son las tres facultades del alma que otros llaman inteligencia, sentimiento y voluntad. Se piensa con la cabeza, se siente con el corazón y se quiere con el estómago.” (En : Niebla. 1996. Cap. XXIV, p. 178)

Miguel de Unamuno.
Tal vez en la época del escritor de la señalada novela y de “La tía Tula” no era importante los concursos de belleza y las siliconas aún todavía no habían hecho su aparición, aunque me imagino que existían las damas y damiselas con sus dos buenas razones por delante. Unamuno si hubiese existido hoy día lo más seguro es que no hubiese escrito la frase citada tal como la conocemos o por lo menos hubiese dado cita a aquellas personas que piensan, sienten y que quieren con las tetas, y en especial si se hubiese conocido a las bellezas venezolanas.

Saco esto a colisión porque en Venezuela existe desde hace bastante tiempo atrás un fenómeno socio-cultural: los concursos de belleza; este fenómeno ha modificado la idiosincrasia del venezolano. Desde que en 1979 obtuviéramos la corona de miss universo, no hemos parado de obtener grandes reinas de belleza, pero esto tal vez parezca que es inofensivo y hasta poco importante, pero no es así, cuando se le hace creer a un pueblo que por naturaleza sus habitantes y en especial sus mujeres son las más bellas del mundo, que no existen en otra parte del universo beldades femeninas como las nuestras, caemos sin querer en supremacismo. Claro está que este supremacismo criollo es inocente y vacuo (hasta ahora) y que sólo saca su cara oscura o lado maligno a la hora de los concursos internacionales, donde los fanáticos hacen de las suyas insultando, denigrando, y hasta calumniando a las demás chicas no pertenecientes a la supremacía criolla.

Quizás lo anteriormente dicho sea común en todos los países que han desarrollado una vivaz emotividad por los concursos de belleza, por lo general naciones bananeras, tercermundistas, o para ser menos cruel en vías de desarrollo. Pero lo peor es que en estos países y hablo por lo menos en el caso de Venezuela, la belleza se ha hecho eco de ser la mayor cualidad y virtud que puede tener una mujer. Desde pequeñas se les enseña a las niñas a modelar antes de caminar, porque tal vez sea una “Miss Venezuela” y hasta la próxima “Miss Universo”; tal vez no les enseñemos las primeras letras a las niñas, pero si le enseñamos a decir: “Mi nombre es Fulanita y represento a ¡VENEZUELAAAAAAA!” como tantas veces lo hemos escuchado de las vivaces voces de nuestras representantes en los concursos “maden in USA” o “maden in England”.

Las niñas crecen así sintiéndose las más bellas, las más admiradas, las más solicitadas, las más espectaculares, las más importantes, y por supuesto las más queridas. Y aunque esto no es malo para su autoestima, estamos en muchos casos criando y creando “monstruos”, niñas “superdotadas en dogmas” que se creen superiores a las demás. Por otra parte, estas niñas creen también que su única arma para el éxito es su cuerpo, así que cuando cumplen quince años, las jovencitas no quieren una fiesta, ni un viaje a Europa que les ayude a abrir su horizonte cultural, no, eso no importa… lo que piden son tetas… tetas nuevas. O piden que les inflen los labios, o que les operen la nariz al estilo Nicole Kidman o tal vez la más ambiciosa pida todo de un solo golpe. Lo más cruel es que existen muchos padres que las complacen.

Alicia Machado. Miss Venezuela y Miss Universo.
¡Nuestra gran tetona por excelencia!
El venezolano ya no ahorra para pagarle la universidad a la niña, ahorra para cuando llegue el momento de que a la hija se le ocurra operarse las tetas. La materia gris dejo de ser alimentada, ya no nos interesa tener una Marie Curie en la familia, para que criar a una Amalie Emmy Noether, para que vamos a querer a una Gabriela Mistral o a una Susan Jocelyn Bell Burnell, si podemos tener una Miss Venezuela y una Miss Universo o una Miss Mundo… bueno “y si no gana que trabaje en televisión que para eso le compramos las tetas”.

El venezolano parece entender el mundo a través de las tetas; y nuestras mujeres, bellas ciertamente como lo son todas las mujeres del mundo, parecen pensar con las tetas, sentir con las tetas y a querer con las tetas, y no temen en admitirlo. Y cada vez aparecen más bellas “Alicia” con sus enormes y bellas tetas con sus mentes obtusas y cerriles hablando sandeces… cometiendo errores y horrores... Ayer en la noche apareció una nueva bella "Tetona" llamada Irene... entre tanta "Rosita" (1) y tanta "Diosa". (2)

No hablo de todas, pero estamos haciéndonos un país de tetas, en vez de un país de científicas, en vez de una nación de buenas maestras o de buenas arquitectas, o de cualquiera otra profesional que ayude al país a seguir adelante. 
   
Unamuno de seguro habría gritado ¡Vivan las tetas! ¡Pero que mueran las obtusas!

(1) y (2)  "Rosita" y "Diosa" famosas tetonas y bellezas venezolanas.

Por Félix Esteves.

sábado, 19 de febrero de 2011

EL FEMINISMO CRUDO DE TRACEY EMIN


A Sleep Alone With Legs Open. 2005
Gouache, acuarela y lápiz/Tela.

Tracey Emin nació en Londres en 1963, y estudió en Maidstone College of Art y el Royal College of Art, Londres. Ha realizado numerosas exposiciones a nivel internacional, incluyendo exposiciones individuales y colectivas en Holanda, Alemania, Suiza, España, Japón, Australia, Estados Unidos y Chile. En 2008, Emin celebró su primera gran retrospectiva en la Galería Nacional Escocesa de Arte Moderno, que posteriormente viajó a Málaga (2008) y Berna en 2009. En 2007 representó a Gran Bretaña Emin en la 52 ª Bienal de Venecia, se hizo un académico Real y se le otorgó un doctorado honorario de la Royal College of Art de Londres, saco un Doctorado en Letras por la Universidad de Kent y Doctorado en Filosofía por la Universidad Metropolitana de Londres. Vive y trabaja en Londres.

Everyone I have Ever Slept with... 1995
Tienda de Camping con colchoneta y Luz.

Interior de la obra anterior.
Aunque Emin ha sido inspirada por los pintores expresionistas Edvard Munch, y Egon Schiele, su estilo personal tiene un enfoque feminista que es muy directo, en la presentación de sus exposiciones se encuentra siempre o esta incluida la intimidad personal de la artista, algunas veces sutil, otras veces escandalosamente abierta. Su controvertida obra genera una vulnerabilidad universal, y es que Emin presenta la realidad crudamente, y tiene la capacidad de exponer la verdad, por muy terrible que sea, de una manera una honesta.

Don't Just Leave Me Here. 1997
Monoprint.
El arte de Tracey Emin es la simple y pura divulgación de su vida, la artista ha utilizado los acontecimientos que la han marcado como fuente de inspiración para su obra, que van desde la pintura, dibujo, video e instalación, la fotografía, la costura y la escultura. Emin revela sus esperanzas, las humillaciones, fracasos y éxitos en el cándido y, a veces, excoriante trabajo, y que es con frecuencia a la vez trágico y de un gran humor negro.

Blinding. 2000
Neón
El trabajo de Emin tiene una inmediatez sobre el espectador, es una obra que impacta y, a menudo, provoca reacciones encontradas, la actitud sexualmente instigadora y la manera insultante, subversiva e impúdica en que presenta su historia o temas la podemos ubicar en la tradición del discurso feminista.

Tracey Emin nos ofrece toda una lectura, o mejor dicho, un relato autobiográfico continuo y abierto de los traumas de su propia vida, su vida es arte y el arte ella lo ha convertido en vida. En cada una de sus obras, la artista exhuma, resucita y evoca sin pudor y con frio exhibicionismo aquellos lugares fúnebres y oscuros de su alma, nos abre sus cicatrices, nos las muestra y con desparpajo nos invita muchas veces a meter el dedo en la llaga, porque muchos de sus trabajos invitan a los espectadores a participar en ellos, a indagar, a revisar, a oler, a explorar con todos los sentidos, sin darse cuenta que al hacerlo reviven sus propios miedos, sus antiguas agonías.

My Bed. 1999
Medios Mixtos.
Su polémico y controversial trabajo siempre ha sido motivo de escándalo y malas interpretaciones, sin embargo a pesar de toda la provocación ingénita e inherente a su obra, no podemos negar que cada fotografía, cada pintura, cada instalación, cada video, cada bordado y costura es un cristal… roto tal vez, pero al fin y al cabo es un cristal, donde se desprende como una luz su manera visceral de ver la vida, su historia, y su hiriente y dolorosa cosmogonía.

Hellter Fucking Skelter. 1995?
Costura y Bordado.
Por Félix Esteves

jueves, 27 de mayo de 2010

CARMEN. Más que un nombre.

Escena de Carmen de Prosper Mérimée. Ilustración de Eugene Decisy, Francia 1866-1936
Carmen es un nombre propio femenino de origen judío o hebreo כרמן, Har ha'Karmel, que significa viña de Dios. Sin embargo en el colectivo se asocia más con la Virgen del Carmen y con su antítesis u opuesto que es el mito de “Carmen” del escritor francés Prosper Mérimée, este personaje femenino fue concebido en 1845, en la novela corta del mismo nombre cuyo argumento se basa en una historia de amor, pasión, celos y muerte contada al escritor en 1830 por María Manuela Kirkpatrick, Condesa de Montijo, que más tarde sería la madre de la Emperatriz consorte de Francia Eugenia Montijo.

La relación entre la realidad y la literatura se arraiga o fundamenta en una influencia mutua: la realidad informa e inspira la literatura, pero el poder de la imaginación y creador de la palabra afecta, modifica, altera y complementa la realidad; de esta manera las percepciones o construcciones culturales se incorporan al imaginario colectivo llegando a condicionar las experiencias individuales no sólo de los miembros del sistema social sino también de los derivados de otros ámbitos geográficos. El mito de “Carmen” constituye un ejemplo claro de este fenómeno social que se reforzó luego con la adaptación operística de Georges Bizet treinta años después de aparecer la novela. Pero Carmen es mucho más que la ópera que es tan famosa en el mundo (superó a la novela de Mérimée). Tiene una multitud de caras y funciona como ejemplo para feministas, revolucionarios o nacionalistas. Casi nadie conoce el verdadero origen de la historia y nadie se da cuenta de que la imagen que tenemos de la España de Carmen viene de dos artistas franceses del siglo XIX. Aún así, por la gran cantidad de información que existe sobre ella, parece inconfundible que detrás de Carmen hay otra historia. Una historia que tiene que ver con la identidad de España, su política y su historia.

Afiche de la Opera Carmen de Georges Bizet en 1875.

Para Mérimée y Bizet la España que describen en su obra, es la idealizada por todos los románticos: la España en el siglo XIX todavía albergó rasgos de sociedades primitivas. La creación de Don José tenía su base en la imagen del viejo cristiano, noble y fiel a la patria, mientras que la gitana Carmen mostraba un carácter natural y salvaje que venía de una sociedad sin sentido moral. Este contraste entre dos caracteres que han dejado sus huellas en la España del siglo XIX y del presente, hace posible diversas interpretaciones del libro y la ópera. La nación- estado que hoy conocemos en su formación siempre ha tenido que encontrar maneras para aceptar e integrar las diferentes culturas, lenguas y religiones existentes dentro del país. En primer lugar vemos en el relato los dos tipos de nacionalismo que ven la luz en el siglo XIX. Mientras Don José es partidario de un nacionalismo político, que se muestra fiel a su patria y siente una conexión con su país natal por sus raíces históricos de la nobleza, Carmen es en todo su contraste, ella es una nómada que no necesita estado para tener un sentido de nacionalidad, para ella sólo cuentan los valores antiguos de su nación, Carmen es partidaria del nacionalismo cultural y sobre toda las cosas es partidaria de la LIBERTAD. Carmen ha sido llevada al teatro y al cine muchas veces y en casi todas las naciones del mundo, su fama, por decirlo así, reside en la voluntad liberadora y espíritu libre de su principal protagonista, a pesar que en todas sus representaciones Carmen es una mujer fatal, seductora, exótica y terrible, y a pesar de que es asesinada al final, su libertad trasciende ya que su espíritu nunca es doblegado. Quizás podríamos decir que Carmen constituye uno de los primeros personajes feministas de la historia de la literatura.


Por Félix Esteves

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