Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.
Tal vez, y para muchos, la música
más importante y significativa de los Estados unidos de en el siglo XX fue el
Jazz. No obstante el jazz había existido ya a finales del siglo XIX, así como
los estilos vocales y formas de los “blues”, pero únicamente como una música
negroide desconocida por el resto del público de Norteamérica y del mundo. Lo
que había sido una música de los negros del Sur destinada exclusivamente para
ellos mismos, comenzó a difundirse gracias a las primeras grabaciones
fonográficas, realizadas muy esporádicamente a partir de 1917 y luego en
números cada vez mayores a partir de 1923; a la Primera Guerra Mundial, donde
participaron negros sureños, entre quienes se encontraban músicos de jazz, que
terminaron de dispersar por Europa; a las estaciones de radio comerciales (a
partir de 1920), y a la movilidad en aumento de los negros del sur, en
especial en dirección hacia las grandes
urbes del norte como Chicago, Detroit y Nueva York.
La señal más clara del impulso
logrado por el jazz en toda América fue el advenimiento del espectáculo popular
del seudojazz, como el de Paul Whiteman (1890-1967) y el de innumerables
directores de conjuntos de música bailable, y la caracterización de la época
entera como “La Era del Jazz”. La
finalización de la década de 1920 vio al jazz reconocido como un fenómeno
nacional norteamericano, pero con todo se hallaba centrado en los “ghettos”
negros de las ciudades industrializadas del norte, en especial Kansas City, las
ya mencionadas Chicago, Detroit y Nueva York, además de aquellas que por tener
una fuerte población negra fueron fuertes bastiones y centros culturales de
dicha población como Nueva Orleáns y Memphis.
Igualmente, se dio la imitación
fiel por parte de los blancos de la música negra de jazz, y no meramente el
“jazz sinfónico” diluido; se dio asimismo una sub-industria nueva del negocio
de las grabaciones fonográficas (los “race records” que fueron grabaciones de
jazz y de blues editadas solamente para la comunidad negra estadounidense y
distribuidas entre ella). Por último, concordó con el brote del interés mundial
por el jazz como nueva música, y también la primera gran transformación que sufrió el estilo mismo del jazz, que pasó
del pequeño conjunto o “combo” del jazz temprano a la gran agrupación u
orquesta mejor conocida como “Big Band”.
El jazz temprano estaba configurado
por una síntesis del compás bailable de la marcha con las síncopas del
“ragtime” superpuestas a él; otras variantes de ritmos de danzas sincopadas de
origen afrocaribe; una armonía rudimentaria pero dinámica ancestral y arraigada
en las tradiciones euro-americanas de la música bailable y de los himnos de los
“revivals”; y el estilo vocal flexible y expresivo de las diversas ramas de la
canción negra estadounidense, tales como el canto del trabajo repetido, por lo general
responsorial y a modo de cantinela, el canto “holler” solitario de los campos,
el “spiritual” religioso, y, casi idénticos a este último en materia de estilo
musical, de los blues profanos.
En su variante de blues urbanos,
cortados según patrones formales establecidos y dotados de acompañamiento
instrumental, que se oponen a los anteriores blues del campo y sin esquema
formal establecido, los blues se convertirán en una de las dos raíces
principales del jazz de 1920, siendo la otra el “rag”. Estos “blues” urbanos,
tal como fueron grabados por las “clásicas cantantes femeninas de ‘blues’” como
Mamie Smith, Ma Rainey, Bessie Smith e Ida Cox, tendían a ser canciones
estróficas que presentaban un esquema característico en lo referente al texto
de cada estrofa, la sucesión de armonías del acompañamiento, y su forma musical
general. Los músicos de jazz tomaron de estos “blues” el diseño musical; de
allí en adelante, el término “blues”, ya se refería a una obra con texto o no,
implicaría ese esquema. Básicamente el esquema de los “blues” corresponde a
doce compases (“Blues” de doce compases)
divididos en tres frases de cuatro compases cada una, a las que se aplican las
sucesiones armónicas que se indican en la siguiente ilustración:
Existen también otros patrones
además de éste de doce compases, y hay innumerable cantidad de elaboraciones de
las armonías básicas; he indicado entre paréntesis en el compás 10 una de las
variantes más comunes en la década de
1920; después de entonces, la tendencia general fue agregar variantes
cada vez más elaboradas a este esquema armónico, manteniendo sin embargo la
estructura de doce compases y las armonías básicas.
En los “blues” vocales las tres
frases de canto por estrofa se superponen sobre esta estructura básica. Cada
frase del cantante dura, en los casos típicos, sólo alrededor de la mitad de la
unidad de cuatro compases, dejando un “vacío” hasta el principio de la unidad
siguiente; se llena este vacío de una manera responsorial, que quizás se remonta
a técnicas antiquísimas de llamado y respuesta, por medio de algún tipo de
contestación instrumental canturreada o hablada a la frase del cantante. Por
consiguiente, se podría indicar de la manera que figura a continuación esta
combinación en su totalidad:
Un ejemplo especialmente claro
(que se puede obtener tanto en grabaciones como en transcripción) entre muchos
que podríamos citar, es la ejecución por parte de Jerry Roll Morton de Mamie’s
Blues. En una introducción a la música que Morton dice a media que
comienza la ejecución, explica que éste es “sin lugar a dudas, el primer
‘Blues’ que él conoció”, lo cual (si podemos fiarnos de su memoria) lo buscaría
alrededor de principios de siglo.
Colocar video de Youtube Jerry
Roll Morton Mamie’ blues
Si los “blues” proporcionaron al
jazz una de sus estructuras formales más comunes, contribuyeron en forma aún
más importante a su estilo instrumental. El estilo vocal de los “blues”
tempranos implicaba una gran variedad y
flexibilidad de emisión, modo de ataque, color tímbrico, vibrato, grado de
nasalidad, ritmo regular o rubato. Estas libertades, desde el punto de vista de
un cantante entrenado en la tradición culta euro-americana de la canción de
concierto o la ópera, se debía en parte a la falta de “sofisticación”
característicamente folklórica de los cantantes de “blues” del campo, y en
parte era el resultado de vestigios de conceptos estilísticos africanos muy
antiguos que se hallan presentes en el negro estadounidense. La significación
que tuvo para el jazz el vocalismo de los “blues” fue la transferencia de este
estilo de la voz al instrumento; el instrumentista de jazz, que no se hallaba
atado por nociones de ejecución “correcta” en la trompeta, el trombón, el banjo
o la guitarra, utilizaba su instrumento como sustituto o extensión de la voz,
otorgándole un alcance expresivo igualmente amplio que el de la voz del
cantante de “blues”. Los intentos normativos que se han hecho para definir las
notas “blues” del jazz, que por lo general simplifican enormemente la cuestión
restringiéndolas a la tercera y la séptima bajas de la escala mayor, surgen de
un preconcepto referente a qué debe ser y qué no debe ser “básico” o “natural”
en la estructura musical y en el estilo, que se hallan dominados por la idea de
la tradición culta de una escala musical y de una técnica de ejecución
instrumental definida.
La otra fuente fundamental de la
música del jazz de los años de la década d 1920 fue la constituida por los
“rags”, gracias a la gran popularidad que tuvo el “ragtime” a principios de
siglo como una variedad de música para bailar y marchar. Las históricas
grabaciones primeras de jazz, que irónicamente fueron realizadas por los
ejecutantes blancos de la Original Dixieland Jass (sic) Band de 1917, incluían “blues”
y “rags” en cantidades aproximadamente iguales, como por ejemplo Livery
Stable Blues y That Teasin’ Rag. También
sucedió así con las grabaciones más significativas que datan de mediados de la
década de 1920 de los conjubtos de Joseph “King” Oliver (1885-1939), Louis
Armstrong (1900-1971), y Morton, tales como la grabación del año 1923 por parte
de la Creole Jazz Band de Oliver del Dippermouth Blues y del Snake
Rag , las grabaciones de los años 1925-26 por parte de los Hot Five
de Armstrong de Royal Graden y Muskrat Ramble, este último,
un maravilloso “rag” compuesto por el trombonista Edward “Kid” Ory (1886-1973)
y la grabación realizada por los Red Hot Peppers de Morton de Jelly
Roll Blues y Black Bottom Stomp.
Los instrumentalistas de jazz
llevaron a la ejecución del “ragtime” las mismas variaciones flexibls y vocales
de la altura y el ritmo que habían aplicado a los “blues”; por lo tanto, en
materia de estilo de ejecución ambos tipos de jazz temprano son equivalentes.
Dentro del marco de las formas de los “blues” y los “ragtimes” las ejecuciones
del jazz temprana se hallaban constituidas sobre la base del principio de la
variación improvisada; en términos de la gran tradición occidental
euro-americana, el resultado se acerca a las “variaciones estróficas” del
período barroco, o sea, una cadena de repeticiones variadas de una “melodía
básica”. No se trataba tanto de una “melodía” sino más bien de las armonías
básicas de la pieza original y prácticamente cualquier música podía convertirse
en jazz si se adaptaba su “melodía” para utilizarla como base para repeticiones
variadas de estilo de jazz.
La mayor parte de las primeras
grabaciones del jazz fueron hechas por músicos por músicos de Nueva Orleáns, y
a pesar de los intentos que se han hecho para negar la primacía legendaria de
Nueva Orleáns como único lugar de origen del jazz, sigue siendo importante como
elprimer centro de envergadura. Los
primeros conjuntos de jazz de Nueva Orleáns eran grupos pequeños, combos,
constituidos principalmente por clarinete, corneta, trombón y tambores, que
derivaban de las marchas militares y civiles del período inmediatamente
posterior a la Guerra Civil.
Estos primeros conjuntos tocaban
al aire libre en desfiles y funerales y, sentados en carros con carteles, con
fines publicitarios; tocaban también en burdeles, bares y salones de baile,
quizás con el agregado de un piano y de un banjo o guitarra para acompañar el
baile. El estilo de estos conjuntos, tal como se les escucha típicamente en la
primera estrofa (“first chorus”) y la última estrofa (“rider-out chorus”) de
una composición, está constituido por música que en líneas generales se podría
calificar de contrapuntística, con la potente corneta proyectando la línea
melódica principal y el clarinete tejiendo un contrapunto en el agudo, el
trombón aportando un sólido bajo melódico y los tambores y otros instrumentos
proporcionando el pulso básico sobre el cual se superponían las irregulares
sincopas. Entre la primera y última estrofas los músicos por turno ejecutaban una o más estrofas solísticas improvisadas en
sucesión.
El tema Black and Blue (What did
I do to be so black and Blue) de Andy Razaf, Thomas “Fat” Waller y Harry Brooks,
muestra el estilo improvisatorio del jazz de Nueva Orleáns, según fuera
extraido de una grabación posterior (1947) de Louis Armstrong; este ejemplo ha
sido elegido en parte para demostrar la absorción por parte del jazz, a fines
de la década de 1920, de un tercer patrón formal además de los del “ragtime” y
los “blues”: el estribillo de 32 compases en forma de AABA de las canciones
populares del repertorio del “Tin Pan Alley”. Black and Blue esta constituido
por la melodía original de la canción popular Black and blue de 1929 con sus
armonias indicadas. La notoria utilización de la melodía de la corneta de
Armstrong no intenta indicar las sutilezas en materia de modificaciones de
alturas y calidad tímbrica de su solo; el objeto es mostrar las variantes
rítmicas.
La década de 1920 vio la
aparición de los primeros músicos de jazz blancos de importancia comenzando con
los New Orleans Rhythm Kings que fueron a chicago en 1920. Mas tarde en esa
misma década surgió Leon “Bix” Beiderbecke (1903-1931) y la banda Wolverine, y
un grupo de músicos de Chicago que a raíz de haber tocado juntodesde sus épocas
de estudiantes fueron denominados “Austin High School gang”. Entre ellos se
encuentran Bud Freeman (1906-1991) y
Frank Teschemacher (1906-1932), ambos ejecutantes de saxofón,
instrumento indispensable en los grupos de jazz posteriores. Otros instrumentos
que cobraron una nueva importancia en el jazz de fines de la década de los 20
fueron la trompeta, que remplazó a la corneta de sonido más ancho y dulce pero
menos brillante, la guitarra, que remplazó al banjo anterior, y el contrabajo,
que remplazó a la tuba de las bandas de metales.
Otra innovación importante en el
jazz durante esos dos lustros fue la formación de conjuntos grandes o “Big
Bands” que remplazaron a los anteriores combos. Las agrupaciones grandes
necesitaban algún tipo de arreglo musical; no podían ya basarse en la
improvisación colectiva libre de las agrupaciones pequeñas. Un precursor
temprano de este “jazz arreglado” que
requiere de un verdadero compositor, fue Jelly Roll Morton, cuyo conjunto de
los Red Hot Pepper comenzó grabando como grupo de siete integrantes en 1926
pero estaba ya integrado por once ejecutantes en el año 1929.
Otros dos pianistas, Fletcher
Henderson (1898-1952) y Edward “Duke” Ellington (1899-1974) llegarían a ser aún
más expertos en la conducción de conjuntos de jazz de grandes dimensiones.
Henderson, a quien proporcionó muchas ideas el saxofonista y arreglador Don
Redman, desarrolló una técnica de orquestar para la sección de metales,
lengüetas y percusión de un conjunto grande que le otorgó la misma sensación de
libertad, movilidad y relajación de una agrupación pequeña, tratando a cada
sección como una voz individual y manteniendo el estilo improvisatorio aun en
los arreglos más cuidadosamente elaborados. En su conjunto todavía los artistas
individuales podían improvisar por sobre el fondo constituido por muchas
estrofas. Dos ejemplos grabados célebres son Copenhagen (1924) y Sugar Foot
Stomp (1925), en ambas ejecuciones ocupa un lugar privilegiado Louis Armstrong.
Ellington llevó a su banda a poseer el estilo más distintivo y más imaginativo
de todo el período desde el punto de vista del color.
Los arreglos de memoria del
conjunto de Ellington, elaborados en formas empírica durante los ensayos expandieron
los recursos tímbricos del conjunto de grandes dimensiones por mediodel empleo
de la voz sin texto como instrumento adicional (Creole Love Call, 1927),
explorando los diversos tipos de sordinas para los instrumentos de metal (The
Mooche, 1928), y entrelazando metales e instrumentos de lengüeta en flamantes
sonoridades ligeramente exóticas (Black and Tan Fantasy, 1927). Ellington fue
también uno de los primeros en desarrollar nuevas formas extensas para el jazz;
sus esfuerzos tempranos culminaron en Creole Rhapsody en 1931.
En la nueva década de los 30 la música
estadounidense brindó un total contraste con la de la de los años 20. Las
alborozadas, progresistas, estridentes y optimistas voces de la década de 1920 se
quedaron mudas en la Gran Depresión. La terrible situación económica de los
norteamericanos simplificó el estilo musical.
Si bien los “Felices Años Veinte”
que hizo énfasis en el dinamismo social, artístico y cultural de la época,
también fue época de la normalidad política, la música jazz floreció junto con
la industria cinematográfica, las
jóvenes redefinieron a la mujer moderna, y aunque todos estos fenómenos se suele asociar con la prosperidad económica, ésta no fue
distribuida por igual para todos ya que muchos grupos sociales y zonas quedaron
excluidos. En lo más profundo de aquel sueño americano se estaba urdiendo entre
tinieblas una de las catástrofes económicas más terribles que asolo la tierra
de las libertades de Washington y Franklin… la posibilidad de tener un país moderno asustó
a muchos, las viejas creencias chocaron con los descubrimientos científicos y
con las nuevas prácticas sociales; la gente discutía sobre la legitimidad del
darvinismo o la existencia de Dios, sobre los peligros del jazz, o sobre los
esfuerzos del gobierno federal por imponer la prohibición. Como corolario de
estos temores, se originaron dos fenómenos totalmente descontrolados. Por un
lado, el llamado miedo al comunismo, que llevó a la detención y deportación de
numerosos ciudadanos inocentes por el mero hecho de ser comunistas, y que
condujo a las primeras leyes federales que restringieron la inmigración. Y por
otro, el resurgimiento del Ku Klux Klan que comenzó un reinado de terror contra
católicos, judíos, inmigrantes, y principalmente contra los negros y su
floreciente cultura.
En la década de los 20, los
Estados Unidos comenzó a fraguar su dominio como potencial industrial a nivel
mundial, pero tal prosperidad era solo una quimera, y bruscamente el 24 de
octubre de 1929 la caída bursátil sumió al país en la mayor y más profunda depresión de toda su historia. El
gran sueño americano se vio reducido a cenizas en pocos meses.
La voz misma del jazz, plena de
vida, calmo su tono después del desastre económico, con pocas excepciones no se
le escuchó nuevamente sino después de seis años, y para ese entonces el jazz
había cambiado su carácter. Hay que resaltar que en el 1932 la Orquesta de
Filadelfia anuncio en la apertura de su temporada que evitaría las nuevas
formas discutibles de la música, por supuesto era el jazz una de ellas. Pero el
jazz aun callado emigro a otros destinos, Francia, Inglaterra y hasta la Alemania
Pre-Nazi acogieron a ese ruidoso y estrafalario mundo musical. El jazz en la
tierra de los “cantos de algodones” y de los “suspiros guturales” de las
barriadas de Nueva Orleáns se había dormido en las sábanas del conservadurismo,
en ese sueño sus compases se diluyeron para crear las nueva formas como el “swing”
y el “bebop” pero estos estilos como los subsiguientes ya son otra historia.
Homosexualidad en la Era Dorada
del Jazz.
A principios del siglo XX, una
subcultura homosexual afroamericana empezó a tomar forma en el Harlem de Nueva
York. A lo largo de la llamada época del Renacimiento de Harlem, más o menos
desde 1920 hasta 1935, las lesbianas y los gays negros se reunían entre sí, en
las esquinas de las calles, socializaban en los cabarets, en los viejos bares y
hasta los domingos en las iglesias donde entre góspel y spiritual practicaban
para los cantos más profanos nocturnos. Para esta población negra de gay y
lesbianas , suprimidos y excluidos por ser negros se les unía otro elemento de
marginación que era su identidad sexual, por lo tanto crearon un lenguaje, y una
compleja estructura social que los separaba de sus congéneres igualmente negros
pero heterosexuales.
Tras la entrada de los Estados
Unidos a la Primera Guerra Mundial y el
reclutamiento masivo de hombres, aumentó de manera importante los casos de
actos homosexuales, pero al mismo tiempo empezaron los procesos de
discriminación y penalización contra la comunidad gay, especialmente si eran
negros, judíos o católicos. Un caso importante de persecución gay ocurrió en Newport en 1919 en la base naval del mismo nombre en Rhode Island. Durante las
investigaciones se detuvo a varias docenas de civiles y militares.
A finales de 1924 Henry Gerber (1892-1972)
funda la Society for Human Rights en Chicago. A pesar de que la organización se
presentaba como defensora de las personas con “anomalías mentales”, de hecho,
fue la primera organización de defensa de los derechos de los homosexuales de
Norteamérica. Esta organización también
publicó la primera revista para gays del país “Friendship and Freedom” desde 1924 hasta
1925, fue un efímero boletín que se
hacía el propio Gerber con su máquina de
escribir personal. El propósito de este
boletín era actuar como un foro de discusión entre los hombres gays. El primer número del boletín fue publicado en
1924, y se publicaron un total de sólo dos ediciones, no obstante esta pequeña
y efímera revista fue la primera revista gay de interés conocido en los Estados
Unidos. La revista tomo su nombre de la traducido
de una revista gay alemana de 1920, Freundschaft und Freiheit.
Henry Gerber
En la década de 1920, Estados
Unidos era menos progresivo en comparación con la Alemania contemporánea, donde
muchas organizaciones de derechos gay
florecieron durante este período. Como resultado, el cuarto de Gerber en una
pensión fue allanada por la policía de Chicago en julio de 1925, y todo lo
relacionado con la publicación del boletín de noticias, incluyendo la máquina
de escribir de Gerber y sus diarios personales, fueron incautados. Gerber fue
arrojado a la cárcel por tres días y la noticia de su arresto fue publicado en
la prensa de la época con los titulares, "Strange Sex Cult Exposed".
Todas las copias de la publicación
y los documentos de la organización
creada por Gerber fueron incautados por la policía y destruido. Ninguna
copia de la revista sobrevive hoy. A pesar de la falta de cualquier copia
existente, la existencia de esta publicación ha sido verificada por American
LGBT y el historiador Jonathan Ned Katz a través de una fotografía publicada
por el sexólogo y defensor de los derechos LGBT-Magnus Hirschfeld en 1927.
La industrialización de finales
del siglo XIX y el progreso subsiguiente y el fervor cultural de los años 20 permitieron
una mejora continua de las condiciones de vida de la clase media, lo que
produjo un profundo cambio en las formas de vida. Los hombres gay se
beneficiaron especialmente, puesto que podían abandonar sus familias con
facilidad, para formar comunidades de trabajo y de vida con otros hombres. Las
mujeres empezaron a cuestionar su papel en la sociedad y muchas de ellas comenzaron
a liberarse del yugo masculino, subieron las larguísimas faldas y con ellas el
conocimiento sexual de sus propios cuerpos. Nueva York como en Chicago surgieron
edificios destinados solo para acoger a la nueva mujer independiente que
necesitaban las grandes compañías para puestos como secretarias,
recepcionistas, periodistas, y esos “nuevos hogares” fueron centros de amor de “mujer
contra mujer”.
En la década de 1890, Nueva York
ya poseía un distrito gay: el Bowery. Locales como el Columbia Hall, el Manilla
Hall, el Little Bucks y el Slide eran puntos de encuentro preferidos de los
hombres gays, que debido a su aspecto extravagante y a la moda eran llamados a
menudo fairies, es decir Hadas. En el barrio negro de Harlem, también en Nueva
York, que desde finales de la Primera Guerra Mundial puede reclamar el título
de Capital de la Cultura Negra
norteamericana aparecieron en los
años de 1920 locales en los que los dos hombres podían bailar agarrados y en
los que se hacían bailes de travestidos.
Countee Cullen
Algunos de estos hombres y
mujeres negros eran discretos sobre su identidad sexual, mientras que otros expresaron
abiertamente sus sentimientos personales. No obstante esta libertad con que
muchas veces se manejaron en la nocturnidad neoyorkina trajo consigo la unidad
de la comunidad LGBT negra con la blanca, que se hipnotizó por la cultura negra
construida especialmente en Harlem. Los homosexuales negros y blancos crearon
amistad y estos a su vez se unieron a otros hombres y mujeres gays de orígenes diversos
como los judíos e hispanos; esta florida nueva comunidad era tan
dispar étnicamente como socialmente, sin embargo los unía esa alianza para el
cambio socio-cultural progresivo que todos querían. Pero la prosperidad de la
década de 1920 fue de corta duración, y la subcultura gay de Harlem declinó
rápidamente después de la terrible caída de la bolsa de 1929 y la derogación de
la prohibición, pronto se convirtió en una sombra de su yo anterior. Sin
embargo, las tradiciones y las instituciones creadas por Harlem de lesbianas y
gays en la época del jazz continúan hasta hoy.
Durante esa época, bajo las notas
musicales del jazz el llamado Renacimiento de Harlem ofrecía un ambiente
liberal y muy abierto, condiciones que se aprovecharon para crear un ambiente
gay. Artistas homosexuales y bisexuales como Langston Hughes, Richard Bruce
Nugent, Countee Cullen, Ma Rainey, Bessie Smith, Gladys Bentley, Alberta Hunter
y Ethel Waters desarrollaron aquí una subcultura floreciente, que no era
necesariamente visible desde el exterior.
Por otra parte, los neo “kimbundun”
donde se tocaba el más puro jazz temprano era propicio para desatar las
pasiones afectivas-sexuales de los hombres y mujeres afroamericanos que vivían
bajo la contención blanca puritana. Estos quilombos jazzísticos, fueron cuna de
pasiones tanto heterosexuales como homoeróticas y lésbicas de esta población
negra; y el arrullo alegre del jazz como la melancolía de los blues fueron el
fondo ideal para despertar y desatar el divino monstruo del amor.
Se mantuvo por mucho tiempo que el jazz era homofóbico, pero no fue asi, el jazz puro y "negro" realmente tambien sirvio de closet a muchos artistas negros; el jazz, como el blues y otros cantos y formas de música que se derivaron del jazz o que fueron columna y base para el mismo jazz son el producto del dolor de los oprimidos, de los hombres y mujeres de color que vieron en esta forma de arte la única manera de canalizar, expiar, catalizar sus sentimientos, sus dolores, sus angustias pero también las pocas alegrias y esperanzas... los homosexuales y lesbianas que vivieron oprimidos no escaparon de hacer el jazz su cortina para esconderse sino tambien su mantel para bordar las notas tristes y alegres de su opresión sexual.
Bessie Smith
El movimiento de los “New Negroes” - como ellos mismos se llamaban - creó un nuevo tipo de arte y fue Harlem la capital de toda cultura generada por
el “New Black”; Harlem así se convirtió en el centro mundial para el jazz, la
literatura y las bellas artes hecha por los afroamericanos. Muchos músicos
negros, escritores y artistas se sintieron atraídos por el vibrante barrio. Duke
Ellington, Fletcher Henderson, Fats Waller, Cab Calloway, Bessie Smith, y Ethel
Waters se presentaron y fueron asiduos visitantes de los clubes nocturnos de
Harlem. Langston Hughes, Zora Hurston y Countee Cullen escritores asistían a
las farras nocturnas de aquellos bares y así lo publicaron en los periódicos
locales. Las galerías de arte mostraron las obras de Aaron Douglas y Richmond
Barthé. Estos talentos creativos incorporan el negro con conciencia social
urbano emergente en su arte.
La explosión de la creatividad
afroamericana tímidamente se abrió paso y se ganó el nombre de “Renacimiento de
Harlem”, la cual tuvo un profundo impacto en el posterior desarrollo de las
artes de América. Las actitudes sociales y sexuales de los nuevos inmigrantes
de Harlem se reflejan mejor en los “blues”,
que hablaron de la soledad, la nostalgia y la pobreza, del amor y de la
buena suerte, y proporcionaron una ventana a la difícil y a menudo brutal mundo
del “New Black” y la homosexualidad era claramente parte de ese mundo.
Ma Rainey
“Hay dos cosas que me tienen
confundida, hay dos cosas que no entiendo” cantaba la gran Bessie Smith, “Esta es una mujer hombruna”.
En “Sissy
Blues”, Ma Rainey se quejó de la infidelidad de su marido con un
homosexual llamado “Miss Kate”. Lucille Bogan, en su “BD Women Blues”,
nos cantó sobre las “BD” o bulldagger, mujeres hombrunas o marimachas. “Boy
in the Boat” , por ejemplo, grabada en 1930 por George Hanna,
aconsejó “Cuando usted ve a dos mujeres caminando de la mano, sólo agite la
cabeza y trate de entender”. De hecho, la indiferencia hacia la
sexualidad, tan común en el blues, a veces se extiende a la conducta
homosexual. En “Sissy Man Blues”, una melodía tradicional grabada por numerosos
cantantes de blues masculinos, el
cantante exigía “si no me pueden traer a una mujer, tráeme un hombre afeminado.”
En “Freakish Blues”, de George Hanna grabado
en 1931, es aún más explícito sobre la fluidez del potencial sexual y erótico de esta nueva manera del cantarle al "amor distinto". Muchas canciones reflejaron la cultura gay, y tanto canciones
como esa vida que era cantada fue aceptada, es decir también el comportamiento y
la identidad homosexual, fue aceptada como una parte natural de la vida. Pero no todo fue color de rosa,
jazz alegres y marcha los problemas económicos, el desempleo y la segregación
plagó las comunidades negras de todo el Norte. Además homosexuales negros, al igual
que sus homólogos blancos, estaban siempre bajo el ataque de los sistemas policiales
y judiciales. En 1920, la joven lesbiana Mabel Hampton, recién llegada a Harlem
de Winston-Salem, Carolina del Norte, fue arrestada por cargos de prostitución,
por supuesto inventados y pasó dos años en Bedford Hills un cruel reformatorio.
Augusto Granville Dill, editor, y protegido personal de DuBois, fue arrestado
por solicitar sexo en un baño público. Los gays negros también fueron atacados
por las instituciones psiquiátricas en desarrollo; existen casos documentados
de hombres negros gays encerrados en la década de los 20 en hospitales como el
Massachusetts Hospital of Worcester, donde
eran sometidos a experimentos médicos.
Sor Sonrisa, Soeur Sourire, The Singing Nun... Jeanne Deckers
Arreglando el
desastre de uno de los closet de mi cuarto me encontré con unas partituras de
cuando practicaba música y teatro allá en los tiempos de mi más tempranas
juventudes, y entre ellos encontré la letra y música para flauta y guitarra de “Dominique
Nique Nique” de la Monja más famosa de la década de los sesenta Soeur Sourire,
también conocida como The Singing Nun en inglés y Sor Sonrisa en español.
Aquellos papeles ya amarillos me llevaron a recordar la inocencia de aquellos
años y lo terrible de la vida de aquella monjita que a todos cautivo y que por
desgracia termino suicidándose.
Sor Sonrisa,
llamada realmente Jeanne-Paule Marie Deckers, en religión Hermana Luc-Gabriel,
nace el 17 de octubre de 1933 en Bruselas, Bélgica, en el Hospicio de la Rue du
Grand. Su padre fue un panadero de 30 años, Henri Lucien, y su madre una ama de
casa de 21 años, Gabrielle Denis, con la cual Jeanne o Sor Sonrira nunca se
llevo bien, pues según los biógrafos la madre nunca la quiso, pues fue producto
de un embarazo no deseado.
Después de una
infancia donde el maltrato materno fue el pan de cada día, llega la segunda
Guerra Mundial, su padre se alista activamente a la Resistencia y el recuerdo
de los bombardeos, de los soldados, la crueldad de los Nazi y el alejamiento de
un padre que adoraba y que era su más fiel referencia la marcan para siempre.
Aún así, en plena guerra hace su Primera Comunión. Después de la guerra,
estudió en la Universidad de Lovaina y en París, su sueño era convertirse en
educadora de arte, pero fracasa, y tratando de huir de los maltratos maternos
se inscribe en 1954 en el Instituto Dominicano de Sainte-Anne en Gosselies . Tres años más tarde entra en el Convento
Dominico ya como monja donde se le asigna el nombre de Luc-Gabrielle , quien
fue elegido por la combinación de los nombres de sus padres.
Sor Sonrisa
En el convento
comienza a entretener a las otras monjas con su festiva y alegre personalidad y
especialmente con sus letras, composiciones y arreglos musicales, que ella
misma tocaba y cantaba con su guitarra. Estas aficiones musicales fueron de
gran utilidad para ella y las dominicas en sus actividades de misioneras. Así
que, dos años después de tomar los votos, el 24 de octubre de 1961, la disquera
Phillip le contrata y graba en los
estudios de Bruselas la canción quela hizo la monja más famosa del mundo: “Dominique
Nique Nique”.
Este contrato musical con la Phillip fue orquestado por la superiora del
convento y los altos gerentes de la disquera, donde se decidió que no
apareciera el nombre ni la imagen de
Jeanne en las portadas. El seudónimo "Soeur Sourire” se debió a un panel de escuchas encuestados,
quedando propiedad de su editor y su convento. En razón de sus votos de pobreza
y obediencia los derechos de autor fueron a parar al convento. Jeanne así lo
firmó, además que sus votos no le permitían recibir dinero, ella como las otras
monjas dominicas debían vivir como Cristo en la pobreza.
En 1963 la canción Dominique alcanzó una enorme popularidad, la frescura
de su voz, su letra, y la simplicidad aparente de su fe le ganaron la simpatía
de todos. “Dominique Nique Nique” llegó a todos los rincones del mundo y la
canción fue escuchada y cantada por católicos y no católicos, por los creyentes
y por ateos. La canción se colocó en primer lugar de las listas Billboard de
Norteamérica permaneciendo ahí por más de tres semanas desplazando a The Kingsmen
con el tema: "Louie Louie" y superando igualmente al cantante del
momento Elvis Presley.
Sor Sonrisa con compañeras en el convento.
El anonimato de la monja despertó la curiosidad de la prensa, y se
corrió la voz de que la monjita era poseedora de una belleza proporcional a la
pureza angelical de su alma. Muy pronto El famoso programa americano "El
Show de Ed Sullivan" junto con otros periodistas de todo el mundo se
trasladaron hasta al convento donde se encontraba Jeannine, para dar a conocer a
la exitosa joven que había entregado su alma y espíritu a Dios. Años más tarde
basado en Jeannine se rodó el filme The Singing Nun (1965) basado en la vida de
la monja y como estelar en el papel de Sor sonrisa a Debbie Reynolds. La actriz
no guardaba ningún parecido con su modelo cuyo rostro permaneció desconocido.
En el film se le agregó un romance con un supuesto hombre y que fue interpretado
por el actor Chad Everett. Este supuesto romance estaba muy alejado de la
realidad, ciertamente Jeanne era lesbiana, pero Hollywood necesitaba incluir un
amor heterosexual para seguir contribuyendo con el mito de la mujer pura que decepcionada
del amor se refugia en Dios y termina convirtiéndose en monja.
Sor Sonrisa, ya despojada de su mote religioso, con
su compañera y su amante Annie Pecher
En 1966, Jeanne Deckers o Sor Sonrisa convencida de su falta de vocación, y
considerando la vida en el convento como anacrónica, deja la orden de los
dominicos el 4 de julio, sin que ellos le provean viático alguno. Se vuelve a
cambiar el nombre por el de " Luc Dominique " y se va a vivir a casa
de su gran amiga Annie Pecher (nacida en 1944), en realidad eran más que
amigas, siempre se habían profesado un gran cariño y ahora que estaban juntas y
sin limitaciones, no tardaron en volverse amantes.
Mientras tanto continua con
su carrera musical como solista y en 1967 con el sobrenombre artístico de Luc
Dominique (la orden de las Dominicas le prohibió terminantemente seguir usando
el nombre de Sor Sonrisa y pidió que se retirara del mercado el primer disco, grabado
bajo ese seudónimo), la peculiar cantautora realizó su segundo álbum, “Je ne sui pas una vedette” o en inglés “I Am
Not a Star in Heaven”, pero resultó un rotundo fracaso, aun cuando algunos de
los cortes del mismo produjeron cierta controversia debido a su fuerte contenido de protesta contra el machismo y el control de la iglesia.
Una de las canciones del nuevo disco se llamaba “La Pilule d’Or” (La
píldora de oro) y hablaba de las ventajas de las pastillas anticonceptivas,
aquí les envío la primera estrofa y el estribillo, primero en francés y luego en
español:
Quand nos grands-mères se mettaient en ménage
On leur disait "Ma fille, sois bien sage
Sois soumise à ton mari
Mets au monde une grande famille
Les enfants que Dieu t’envoie
Accueille-les dans la joie"
La pilule d’or est passée par là
La biologie a fait un nouveau pas
Seigneur, je rends grâce à Toi
Cuando nuestras abuelas inclinaban sus cabezas
en el hogar
Nos dijeron: "Mi hija, sepa
Que estará sujeta a su marido
Ponga una familia numerosa en el mundo
Y los hijos que Dios le envía
Debe darle la bienvenida con alegría”
La píldora del oro ha estado allí
La biología ha dado otro gran paso
Señor, doy gracias a ti
En la canción que da nombre a esta segunda producción "Je ne sui pas una
vedette" Jeanne nos habla de la muerte de Sor Sonrisa y su evolución a una nueva mujer Jeanne Deckers, que aunque sin los habitos del convento sigue siendo solidaria con la humanidad “Sor Sonrisa ha muerto, Dios es la única estrella”:
Je réclame de mes frères
Le droit d'évoluer.
De vivre solidaire,
Parmi eux, consacrée.
En short ou en tunique
Blue jeans ou pijama…
Elle est morte, Sœur sourire
Elle est morte, il était temps!
J'ai vu voler son âme, À travers les nuages,
Dans le soleil couchant.
Soeur Sourire est mort
Dieu
est la seule star…
Yo reclamo a mis hermanos
El derecho de evolucionar
De vivir solidaria
Entre ellos, consagrada
En short o en túnica
Blue jeans o Pijama…
ella ha muerto, Sor Sonrisa
ella ha muerto, ya era tiempo
Vi volar su alma entre nubes
Llegando hasta la puesta del sol.
Sor Sonrisa ha muerto,
Dios es
la única estrella…
El sencillo La Pilule d'Or
Convertida en una genuina cantante de protesta, la autora de la ingenua
“Dominique” emprendió una gira por Canadá y los Estados Unidos, con canciones
contra la guerra, el establishment y por supuesto contra la Iglesia Católica
que el 25 de Julio de 1968, el papa Pablo VI, dicto la carta Encíclica Humanae
Vitae, donde se prohíbe cualquier método anticonceptivo porque según ellos son
contrarios a la naturaleza que Dios ha dado para reproducirnos. Pero tanto la
gira como el disco fue un fracaso, lo mismo que su libro “inspiracional” Vivre
Sa Verité (Vivir su verdad).
En marzo de 1974 aparece su primer problema con el fisco, durante su
tiempo como una monja y cantante la "Orden de los Dominicos” tomó todo el
dinero que había ganado su famoso canto “Dominique
" y la Agencia Tributaria le exigia el tributo pertinente, no obstante la
iglesia se resiste a pagar siendo la institución dominica la verdadera
enriquecida con el disco.
Cansada y llena de frustración, Jeanne decidió dejar el canto por la paz y con su compañera
de vida y pareja Annie, abrió una escuela para niños autistas. Por un tiempo
vivieron tranquilas y felices, pero no fue así, el gobierno belga exigió el
pago de ochenta mil dólares en impuestos por las regalías de la canción
“Dominique” y el álbum debut Soeur
Sourire. La ex monja alegó que todo ese dinero había quedado en manos de las
dominicas, pero las autoridades no aceptaron sus argumentos y le abrieron un
juicio que se prolongó durante largos años, hasta 1982.
Jeanne Deckers
Jeanne, presionada por los problemas, empezó a consumir drogas y
alcohol, como una forma de aminorar la situación. Esto la llevó a sufrir de
depresión y tuvo constantes crisis nerviosas. Trataba de conseguir dinero extra
mediante clases de guitarra para niños, pero lo que ganaba era insuficiente
para cubrir la enorme deuda. Incluso quiso regresar como Sor Sonrisa y grabar
un nuevo disco a principios de los ochenta. Produjo entonces un disco y hasta
sacó un video, pero no tuvo el menor efecto económico a su favor.
Jeanine Deckers perdió el juicio contra la administración belga. Su
escuela fue embargada y ella junto con su amante quedaron en la más completa
ruina. Jeanne y Annie siguieron juntas y trataron de salir adelante, pero no lo
consiguieron. El 29 de marzo de 1985, hicieron un pacto suicida y tomaron una
sobredosis de pastillas y alcohol. Fueron halladas muertas en su pequeño
apartamento de la ciudad de Wavre, en Bélgica. Les quedó el póstumo consuelo de
que fueron sepultadas una al lado de la otra.
“¿Soy una fracasada? Trato de permanecer honesta conmigo misma, busco la
verdad y hago el intento de cuestionar todo en mi vida… Hace diez años, habría
dicho que soy una perdedora. Hoy día no pienso en términos de perder o ganar.
La vida es un continuum. Estás constantemente en camino. Un día me siento bien
y al siguiente me siento mal. Todo es soportable. ¿Volvería a hacer las cosas
iguales otra vez? Esa no es una buena pregunta. No podría. Tú no puedes hacerlo
todo igual de nueva cuenta. Voila”.
Jeanne Deckers (Sor Sonrisa)
La tumba donde descansan Jeanne Deckers y Annie Pecher.
DOMINIQUE
(Versión original)
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
A l’époque où Jean Sans Terre
D’Angleterre était le roi,
Dominique, notre Père,
Combattit les Albigeois.
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
Certain jour, un hérétique
Par des ronces le conduit,
Mais notre Père, Dominique,
Par sa joie le convertit-
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
Ni chameau, ni diligence,
Il parcourt l’Europe à pied,
Scandinavie ou Provence,
Dans la sainte pauvreté.
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
Enflammá des toutes écoles
Filles et garçons pleins d’ardeur,
Et pour semer la parole,
Inventá les Frères Prêcheurs.
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
Chez Dominique et ses frères,
Le pain s’en va à manquer,
Et deux anges se preséntèrent,
Portant deux grands pains dorés.
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
Dominique vit en rêve
Les prêcheurs du monde entier
Sous le manteau de la Vierge
En grand nombre rassemblés.
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu,
Dominique, mon bon Père,
Garde-nous simples et gais
Pour announcer à nos frères
La Vie et la Verité.
Dominique, nique, nique,
S’en allait tous simplement
Routier pauvre et chantant.
En tous chemins, en tous lieux,
Il ne parle que du bon Dieu,
Il ne parle que du bon Dieu.
DOMINIQUE
(Versión en Español)
Dominique, nique nique,
pobremente por ahí
va él cantando amor
Y lo alegre de su canto
solamente habla de Dios
De la palabra de Dios.
Juan sin tierra en su era
de Inglaterra era Rey
Dominique nuestro padre
pecadores combatió.
Cierto día en el camino
Un ateo se encontró
Pero el padre Dominique
con su fe lo convirtió.
Sin carruaje ni caballo
todo el mundo recorrió
Y con su santa nobleza
a los pobres socorrió.
Contagió a todos los niños
de su gran amor a Dios
Y a las hermanas piadosas
en su Orden les fundó.
En casa de Dominique
no había nada que comer
Y ángeles con panes de oro
del cielo fueron a él.
Dominique padre nuestro
cúbrenos con tu gran fe
para que nuestros hermanos
siempre logren la verdad.
Les dejo este video de youtube donde se muestra la letra de la canción en su forma original con la voz de Sor Sonrisa o mejor dicho la inolvidable Jeanne Deckers:
María Volonté es una cantante y compositora argentina que acabo de conocer a pesar que desde hace mucho tiempo su discografía y sus espectáculos son motivos de grandes elogios en el mundo. Llegó tarde a mí, pero como dice el dicho: "Nunca es tarde cuando la dicha es buena". Mi oído virgen de su voz fue enamorado y cautivado por su producción "9 VIDAS" (2010), gracias a la melomanía del productor teatral y musical Percy Llanos cuando vacacionaba en la isla de Margarita y gratamente yo recibí en mi morada playera. La Volonté enseguida fue bienvenida a mi pequeño grupo de cantantes que amo y admiro. Rápidamente me puse a indagar sobre su carrera musical y a revisar por Youtube sus vídeos... mi fascinación y entusiasmo crecieron y sin duda alguna estamos frente a una nueva forma de ver y escuchar la música argentina, de disfrutar y regocijarnos con el tango.
María Volonté se destaca por
la fuerza y el vigor emocional de su interpretación y al mismo tiempo por su
educada, refinada y distinguida
musicalidad. Volonté con su talento único ha logrado calar con éxito en la
crítica especializada, y lo que es mejor aún, conquistar al público no sólo de
su país, sino también a la audiencia internacional.
Claramente inspirada por el embrujo musical de Carlos Gardel, María
Volonté cree firmemente que la música
argentina es su mejor carta para ganar adictos en el mundo, y no se equivoca,
con el tango María ha logrado fascinar a todos.
A finales de la primera década de este nuevo siglo, para ser más exactos
en el 2007, se traslada a Estados Unidos para poder consagrarse en su totalidad
a sembrar su música y su genial canto a nuevos y noveles públicos; felizmente
Volonté recoge ahora hermosos frutos, ella ha sido merecedora del Premio Gardel
entre otros muchos, asimismo ha sido nominada al Grammy Latino.
María Volonté ha llevado la música de su país a la modernidad y sin faltar a sus raíces ha
sabido fusionar el tango con otras vertientes y estilos musicales, renovando,
refrescando y reverdeciendo la música argentina. Su voz espectacular y su
entrega en el escenario han sido observado y disfrutado no sólo en su país
natal, María ha traspasado fronteras y se ha presentado en Europa, América
Latina y en Estados Unidos.
Pero Volonté no sólo es una cantante, su trabajo interpretativo la ha
llevado a protagonizar la Ópera “María de Buenos Aires” de Astor Piazzolla en
Munich donde hizo delirar al púbico y cosecho fuertes aplausos en una audiencia
que es difícil de emocionar y cautivar. Igualmente María ha sido merecedora del
ferviente aplauso en plazas tan disímiles como la de New York y Zurich, San
Francisco y Londres, Helsinki y Belgrado.
María Volonté se puede conocer en muchas y variadas facetas, su dinámica forma de interpretar el tango lo
hace distinto pues lo fusiona con el jazz, el pop country, el flamenco, la bossa nova y el
candombe. Pero sea cualquiera que sea su versión de los perdurables tangos del
ayer o de sus propias composiciones encontramos vivamente sus raíces que hábilmente
sabe colocar y disponer en las puertas de la transpostmodernidad.
Aquí les dejo un vídeo de esta incomparable artista que nos toca y nos trastoca el alma:
La Traviata (La
extraviada) es una ópera en tres actos con música
de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Francesco Maria
Piave, basado en la novela de Alexandre Dumas (hijo) La
dama de las camelias (1852). Piave y Verdi querían seguir a Dumas
dándole a la ópera una ambientación actual y contemporánea para aquel entonces,
sin embargo las autoridades del afamado
Teatro de Venecia La Fenice insistieron en que se ambientara en el
pasado, y decidieron que la historia se desarrollaría en el siglo XVIII. No fue
hasta la década de 1880 que se respetaron los deseos originales del
compositor y del libretista y se representaron producciones
"realistas".
La obra fue estrenada,
sin éxito, el 6 de marzo de 1853. El público se burló de la representación,
dirigiendo sus burlas en el rol de soprano Fanny Salvini Donatelli en el
rol principal de Violetta. La soprano, aunque una cantante excelente y aclamada,
fue considerada demasiado vieja (tenía 38) y demasiado gorda por el público y
la crítica para interpretar a la dramática y enfermiza Violetta, que al final
muere, como todos sabemos de consunción, delgadez y debilidad.
Giuseppe Verdi
Verdi había
intentado previamente convencer al director de La Fenice para dar el papel a
una soprano que se adecuara a las características reales de Violetta (Mujer
joven y delgada) pero se impuso la dirección del teatro y de la diva Salvini
Donatelli. El primer acto fue un triunfo total pero el resto fue un desastre y
el público al final río a carcajadas, pues la escena no era real, y en vez de
parecer un acto trágico, parecía una comedia.
Un año más
adelante, después de muchas revisiones, que afectaron o modificaron los actos
II y III, La Traviata se presento de nuevo en Venecia, pero esta vez en
el Teatro San Benedetto. La representación fue todo un éxito de público y
crítica, en gran parte que la soprano elegida para interpretar a Violetta era
Maria Spezia Aldighieri, que se adecuaba a las características del personaje,
además de su perfección lírica y su entrega dramática.
Fanny Salviny Donatelli. La primera soprano en interpretar a la mítica y dramática Violeta.
El 24 de mayo de
1856 la versión revisada fue internacionalizada, presentándose en Her
Majesty's Theatre en Londres y le siguió el 3 de diciembre de aquel año su
triunfal estreno en la ya cosmopolita ciudad de Nueva York. Desde entonces la
popularidad ha sido constante y se ha mantenido en el repertorio hasta la
actualidad. Esta obra maestra de Verdi sigue siendo importante
dentro del repertorio operístico estándar y aparece como la número 2 en la
lista de Operabase de las óperas más representadas en todo el mundo
para el período 2005-2010, la primera de Italia y de
Verdi.
La Traviata empieza
con una gran fiesta. Pero, antes, el Preludio del Acto I nos ha ofrecido un
cuadro bien distinto: íntimo, reservado, imbuido por la suave y aterciopelada
sonoridad de cuerdas. Es como si al principio viéramos una habitación vacía,
silenciosa e inmensa en la penumbra, y luego la misma pero iluminada, llena de
personas y de alegre fiesta. Desde el comienzo, la ópera parece querernos
representar - enfrentadas y contrapuestas -las dimensiones pública y privada de Violetta, sugiriendo un conflicto
entre el ámbito colectivo y el individual de la protagonista, este dilema es
típico en la obra verdiana, en donde lo exterior con sus imposiciones sociales
y morales se enfrenta como amenaza a la felicidad del protagonista, en este
caso la cortesana Violetta.
En La Traviata, lo
exterior le llega a Violetta una primera vez en la persona de Alfredo, cuyo
sincero amor ella presiente que puede conllevar el fin de su vida alegre y
despreocupada. Pero mucho más inexorable es su llegada en el Acto II, cuando el
padre de Alfredo le pide que renuncie a la relación con su hijo en nombre de
las normas sociales. En esta perspectiva, La Traviata puede leerse como una
sucesión de espacios llenos y vacíos, públicos e íntimos. El Acto I se presenta
dividido en dos grandes zonas: primero la fiesta, luego, el monologo solitario
de la protagonista. El Acto II invierte el esquema: primero el ámbito amable de
la casa en la que Violetta y Alfredo han ido a vivir, luego, la fiesta en el
palacio, donde Alfredo, convencido de haber sido traicionado, ofende y maltrata
en público a Violetta.
Escena de La Traviata en el Teatro Villamarta de Jerez el 11 de Novienbre del 2010.
En el Acto III, se
desarrolla enteramente en un espacio privado, apartado e intimo, donde solo se
percibe lo exterior en los ecos festivos del Carnaval que ocurre en la calle,
logrando Verdi unos acentos ensimismados nunca vistos o escuchados en unja de
sus obras. Una dialéctica similar se establece en la escritura de la
protagonista. Sus interpretaciones en el Acto I rebosan de piruetas vocales,
adornos y escalas; todo un alarde de virtuosismo que apabulla y produce un
efecto de decoración, coquetería y divertimento.
Pero a medida que
la obra u ópera avanza, su línea de canto se simplifica, adquiere perfiles más
intensos y esenciales. Uno de los extremos de esa progresión hacia la
interioridad se encuentra en el Acto I, cuando Violetta responde a la
declaración de amor de Alfredo con una melodía saltarina y superflua, “Ah se
ció é ver fuggitemi.” , que terminará más tarde en las florituras de “Sempre
Libera”. Mayor contraste no podría imaginarse con el Acto III, donde el
espíritu de Violetta late en los matices, de una riqueza inusitada para un
compositor tan efectista como Verdi, hasta abarcar el grado cero de la
vocalidad operística: el recitado con el que la protagonista lee la carta del
Germont padre.
María Callas como Violetta Valery en La Traviata de Verdi. Callas llegó a interpretar a Violetta como ninguna otra, actuación que hasta ahora no ha sido superada por otra diva del bel canto.
Violeta ama,
Violeta muere. Pero, ¿en que difiere su trágico destino del paradigma de muchas
otras heroínas de la ópera moderna? Hasta entonces la pasión había sido el
motor de los personajes del melodrama italiano. Los odios y los amores de
Rigoletto o Manrico aún están delineados con perfecta claridad, dibujan
claroscuros perfectamente visibles para los espectadores. La pasión es un
vínculo radical, absoluto, que no acepta medidas intermedias. El sentimiento en
cambio admite todas las gradaciones, los sombreados. Es a partir de La Traviata
que los protagonistas conquistan el privilegio de los sentimientos como ningunos
otros hasta entonces. En la psicología de Violetta, el compositor introduce
zonas de sombras que no son conocibles, transiciones mínimas a veces fáciles de
intuir que de explicar. El centro emotivo de este dialogo de intensidades se
encuentra acaso en el dúo del Acto II entre Violetta y Germont padre, uno de los
más bellos y complejos salidos de la inspiración de Verdi. Todo aquí es un
juego psicológico de ataques y respuestas, rendiciones, imploraciones e
inventivas en las que las perspectivas se modifican constantemente.
Alfredo y Violetta. Krauss y Callas en el Teatro de Sao Carlos en Lisboa, 1958
Violetta es el puro
sentimiento de mujer, la dualidad de lo femenino y Verdi supo disponer de los
caracteres psicológicos femeninos de una manera magistral, escribiendo uno de
sus papeles más complejos, en donde todas las facetas interpretativas de una
cantante están estimuladas de igual manera. Por un lado, hay una notable
demanda de virtuosismo, con partes que requieren una soltura máxima en los
saltos y las coloraturas. Pero al mismo tiempo hay que saber dominar el canto
ligado y expresivo e incluso la recitación. La combinación de estos recursos
converge en uno de los más fascinantes y matizados retratos femeninos de la
historia de la ópera.
Quizás, por no
decir la mejor, interpretación que se halla hecho de Violetta ha caído en la
voz de María Callas. La diva griega estableció un grado de intensidad y empatía
con la figura de Violetta como ninguna otra, hasta identificarse totalmente con
ella. Su interpretación marca un antes y un después en la historia de La
Traviata.
María Callas supo
asumir y hacer suyos cada uno de los sentimientos del personajes y su asombrosa
voz y expresividad en escena fueron hechos a la medida de Violetta, no me
imagino a Verdi escuchando a la Callas interpretando a Violetta, de seguro
hubiese llorado y aplaudido hasta fallecer. María Callas le dio otro matiz y
otro concepto al personaje nunca hecho por otra, ni por sus anteriores o
posteriores intérpretes. Para Callas, Violeta es una figura fuerte, nada
ingenua o frágil, de una estatura casi trágica, para Callas, Violetta está
dispuesta a asumir el amor con todas las consecuencias, tanto cuando es una
cortesana como cuando se enamora de Alfredo. Es una víctima de la sociedad, y
asume este papel con plena conciencia, con dignidad y casi con orgullo.
María Callas en plena representación de Violetta.
La primera vez que
Callas interpreto a Violetta fue en 1952, dejando mudos a todos, en especial a
la soprano alemana Elisabeth Schwarzkopf; tras la representación, la
Schwarzkopf ofreció uno de los tributos más conmovedores: viéndose superada por
María, no cantaría nunca más La Traviata.
Cuando se le pidió una explicación, la Schwarzkopf respondió: “¿Cuál sería el
sentido de hacerlo si otra artista lo puede hacer perfecto?”. En 1955, Callas vuelve a interpretar a
Violetta bajo la dirección musical de Carlo Maria Giulini y bajo la dirección
de escena de Visconti, la Callas rebajo más de 35 kilos para darle veracidad al
personaje tísico de Violetta, logrando a la perfección la construcción del
personaje, no sólo a nivel vocal y expresivo, sino también en la imagen más
real que se requería para hacerlo. Después de esto pocas se atrevieron a hacer
el personaje, y quienes tuvieron la valentía de hacerlo, aunque lo hicieron
bien y llenaron las expectativas del público y la crítica jamás han mejorado el
virtuosismo escénico y de los medio expresivos y vocales de la gran “Divina”:
María Callas.
Les dejo aquí en la voz de María Callas y Alfredo Krauss en "É strano!" y "Sempre Libera"