Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

miércoles, 21 de mayo de 2014

LUIS CHWESIUK... entre la espiritualidad y el desahogo


Luis Chwesiuk llega a mí por las redes sociales… un poema

“Repaso tu piel, con la misma vacilación
con la que el suicida prueba su veneno.”

Apenas leo sus versos y enseguida quedo atrapado a la inquietud de sus letras y a la angustia de sus palabras, me obsesiono y bebo con la sed del varado en el desierto su blog donde confluyen con ordenada esquizofrenia poemas, relatos, ensayos, pinturas, collages… me emborracho y Luis Chwesiuk es el Dionisio culpable de tan generosa fiesta donde con su “Solipsismo” pudo construir una original obra y una íntima identidad estética. Su pluma es producto de una interioridad casi Pizarniana y Woolfiana, donde se delata la transformación de la vida a través de la palabra como arte y el arte como discurso; donde la pasión sexual y la reflexión sobre temas del flujo del tiempo y de la vida y la muerte, la realidad social y la religión son parte innegable de su producción.

Chwesiuk es espiritual más no esencialista, es intrínseco pero su obra no llega ser intestina o visceral, su obra principalmente es testimonial, tanto de su interioridad como de sus experiencias con los “otros”, pero no de una forma paradójica o extravagante, sino de forma confesional, casi de desahogo de los que no se pueden callar por mucho tiempo una injusticia, un miedo, un pecado, un secreto, una pasión, una declaración… un credo o una abjuración.

Aquí les dejo una pequeña muestra de su trabajo literario:


Corpografía para el miércoles 30 de abril, de 2014

La impotencia nos edifica a diario y con paciencia,
y lo hace como quien levanta castillos de naipes,
carta por carta… pesando cada movimiento.

Quizá por esto, los impotentes nunca son repentinos.
Se precisan muchas capas de tierra y años,
para quedar en silencio
y ser olvidados hasta por las piedras.

Sobra silencio en la impotencia.
Y sobra también…
la perpetua novedad de vivir sin deseo.



PARADOJAS

Te recuerdo: colgado de un cachito de sol,
hablándome bajito sobre los secretos de la vida.
Te recuerdo: como a un crepúsculo que se echó a morir,
entre esqueletos de invierno… y veranos acorralados.
Te recuerdo hecho pedernal en mi corazón humedecido.

Me recuerdo: doblegado y enderezado,
derramándome sobre penas anteriores al tiempo.
Me recuerdo: dejándome balear por sombras de sal,
y cercado entre un cordón de hienas y la cornisa.
Me recuerdo renaciendo andrajoso y renovado.

¿Cómo te hiciste doblegado y enderezado?
¿Cómo me hice cedido y conservado?
¿Qué nos hicimos al navegar desesperados,
cerca de tantas inestables riberas?

Cediste. Cedí. Cedimos para conservarnos enteros.
Poseíste. Poseí. Nos poseímos por generosidad.
Te vaciaste. Me vacié. Nos vaciamos para ser llenados;
quizás porque, solo al vaciarnos nos parimos enteros…



Dulce sustancia

Es como escupir a medias.
Es como el vómito eterno de un embrión
que por no aceptar su propio estado...
y se ha tornado hombre.

Es como el confuso fragmento
de un espejo empañado,
en el que no veo
ni la breve suspensión de mi yo.

Tu amor es una bruma
en la que mi hurgado fondo físico,
otorga algo de ficción
a la inversión de mis rostros.



Sobre el mensaje y el mensajero

Él fue avergonzado. Una disciplina de tiempo ensangrentado lo carcomió sorpresivamente. Él no entendió que una vocación enamorada de si misma, implica una doble muerte: la propia y la de su destino.

Cuentan que una vez le correspondió a un médico, cargar con un reconocimiento a la labor científica. Y por donde él pasaba, sus pares y la sociedad se postraban ante sus conocimientos.
El médico, no hizo la menor mención agradecida a los pacientes por cuyo intermedio había construido sus teorías y postulados; y deteniéndose en medio de sus aduladores, se erguía orgullosamente, dándose aires de grandeza y negándose a continuar sirviendo con humildad y respeto.

Entonces el gran Esculapio, dios de la medicina, viendo su vanidosa arrogancia le lanzó unos buenos latigazos sobre el lomo, mientras decía:

-¡Oh, cabeza hueca, sigue caminando, pues aun no has distinguido entre mensaje y mensajero! ¡Sigue caminando, que ellos no admiran al conocedor sino sus conocimientos!


Para seguir leyendo sobre el Luis Chwesiuk y su obra visita su blog: 

LUIS CHWESIUK Obra Completa
http://www.putotexto.blogspot.com/ 


viernes, 16 de mayo de 2014

VENEZUELA O LA DIVISIÓN DE LOS MISERABLES.


Venezuela atraviesa una de sus etapas más “miserables”, y utilizo esta palabra, porque aunque parece mentira, en un país tan rico se pueda dar el lujo o la desfachatez de dividirse en Miserables: Los primeros miserables son aquellos que sufren, los desdichados, los infelices, los abatidos sin valor ni fuerza. Los segundos miserables son los canallas, los mezquinos, los abyectos y los viles. Los segundos miserables destruyen las riquezas del país, parasitan sobre los primeros miserables y construyen sus cicateras riquezas basándose en la ruina de todo aquello que no les es conocible, palpable, o connotado a su idea o pensamiento roñoso y bellaco. Los pocos miserables enriquecidos a la fuerza de la aniquilación del país van agigantando la clase de los primeros miserables, porque cada vez el pueblo venezolano se hace más pobre, más infeliz; y es que los primeros miserables son aquellos que padecen la escasez de los alimentos, los que sufren la carestía  de medicamentos, los que tienen que lidiar con la delincuencia.

Víctor Hugo en su libro Los Miserables escribió “En tiempo de revolución, la miseria es a la vez causa y efecto.” (1) Estas palabras más ciertas no pueden ser, la Revolución Chavista producto de las miserias de gobiernos pasados ha sabido resaltar en sus efectos, las más miserables situaciones de pobreza, marginación,  y de las desigualdades sociales que ha vivido el país a pesar de su renta petrolera. Los nuevos ricos (miserables) del chavismo y de su elongación “madurista” han sabido crear, además de los ya conocidos primeros miserables, a otro tipo de miserables - porque los pobres son y han sido necesarios siempre para la supervivencia del mundo de los segundos miserables - aquellos que defienden con su silencio las miserias, a los que aunque no comen y sufren las miserias siguen apoyando a los canallas y viles.

Pero en tanta oscuridad miserable, hay una luz, los estudiantes luchan por un futuro sin miserias, ellos son de los miserables como Jean Valjean que a pesar de la penumbra perenne siempre ven un mañana feliz, los jóvenes estudiantes ya llevan más de tres meses de lucha contra el régimen de los miserables chavistas y maduristas, soportando vejaciones y encarcelaciones, y la violación al derecho constitucional a la protesta pacífica.  La juventud venezolana no se rinde, los estudiantes no dan un paso atrás porque como los miserables de Cosette y Marius, nuestra juventud universitaria cree siempre que la “Noche… deja entrever el día”. (2)

Venezuela, un país de miserables, yo elijo ser de los primeros, de los que sufren, de los que padecen, de los infelices, porque no hay cosa más triste y dolorosa que ver esta Tierra de Gracia convertida en la miseria que los miserables chavista la han convertido. Yo decido ser de los primeros miserables, de los que alzan su voz contra la dictadura como los estudiantes, de los que no les importa padecer de las vilezas del tirano por gritar sus miserias.

Ya Jean Valjean lo dijo antes de partir “Nada importa morir, pero no vivir es horrible.” (3)


(3) Ibídem.

Por Félix Esteves. 

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