Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

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viernes, 27 de enero de 2012

"LA DAMA DE HIERRO". Se cae en su guión pero se levanta por una Meryl Streep inigualable.


"La Dama de Hierro" (The Iron Lady) narra la  historia de Margaret Thatcher, una mujer que rompió todas las barreras de género y clase para ser escuchada en un mundo dominado por hombres. La historia trata sobre el poder y el precio que se paga por él,  no obstante en una película donde se debe retratar a esta mujer extraordinaria que cambio el curso de la historia británica, el guión es débil y la historia se aminora al no lograr un análisis riguroso de la figura política de Thatcher, sino una exaltada glorificación de su empeño por destacar en un mundo de hombres.

El film dirigido por Phyllida Lloyd (Mamma Mia!, 2008) se pierde en su drama al sólo enfatizar en los recuerdos de la Thatcher, magistralmente interpretado por una Meryl Streep que nuevamente se roba el show y nos seduce, es esta actriz el pilar único aliciente de la película, su interpretación no se limita a la Dama de Hierro que todos conocimos, en su gestualidad, en su poder de gobernar a una de las naciones más poderosas del mundo, sino que también nos muestra el lado humano, sensible de una mujer que abandonó todo por el poder y la ambición, y que se desmorona en culpabilidades en los años de su vejez.

Meryl Streep  imita  a la perfección a la política británica - lo que más atrae del film, por la capacidad de la actriz para transmitir las emociones y la personalidad de una mujer controvertida, odiada y adorada a partes iguales, acuérdense que Thatcher durante los 70 y 80, junto con Ronald Reagan fueron los personajes políticos que manejaron al mundo, contribuyo con el derrumbamiento del telón de acero y de los países comunistas de Europa del Este.

“La Dama de Hierro” solo muestra el final de  la vida de Margaret Thatcher a través de su propia mirada, cuando ella ya acabada y sola hace su propio análisis emocional y del costo de sus decisiones. Es una película demasiado subjetiva, no una biografía como casi todos nos la esperábamos, no aborda una verdadera objetividad de los eventos que sucedieron y sacudieron al mundo en sus años en el poder. Es simplemente la visión del guionista y de la directora sobre la mujer y sus últimos años.

No hay que ser mago para anticipar un Oscar para Meryl Streep, la actriz logra convencer por la imitación perfecta de la voz, los gestos, el movimiento del labio inferior tan característico de la Thatcher, pero sobre todo por lograr el halo de autoridad y soberbia que hizo famosa a la política conservadora británica que más odio y admiración levanto en el siglo XX tanto en su país sino también en el resto del mundo.

FICHA TÉCNICA:
TÍTULO ORIGINAL: The Iron Lady.
AÑO: 2011
DURACIÓN: 105 min.
PAÍS: Inglaterra.
DIRECTOR: Phyllida Lloyd.
GUIÓN: Abi Morgan.
MÚSICA: Clint Mansell, Thomas Newman
FOTOGRAFÍA: Elliot Davis
REPARTO: Meryl Streep, Jim Broadbent, Anthony Head, Richard E. Grant, Roger Allam.
PRODUCTORA:  Pathe / Film4.

Por Félix Esteves

martes, 25 de enero de 2011

EL DISCURSO DEL REY

El Discurso del Rey nos narra los desabrimientos y mortificaciones de Jorge VI por superar sus limitaciones verbales antes de acceder al trono del Reino Unido de Gran Bretaña por la abdicación por amor de su hermano el Príncipe heredero Eduardo VIII. Pero esta soberbia película británica es más que eso, es la historia de la superación personal de un príncipe de perfil bajo, carisma opaco que no se siente preparado para ser el Rey de la cuarta parte del mundo de aquel entonces, y que ha pesar de todos los pronósticos supero su gaguera o tartamudez y que inspiro a todo un imperio en la antesala de la Segunda Guerra Mundial.

Helena Bonham Carter, Colin Firth y Geoffrey Rush en "El Discurso del Rey"

Colin Firth logra interpreta a Jorge VI de manera que siempre veas al hombre no al rey
o al príncipe. En su mirada, sus gestos y sus palabras ves sus miedos, y además consigue
 un creíble tartamudeo.
El director Tom Hooper (responsable del drama deportivo "The Damned United" y de la serie de televisión "Elizabeth I") logra convertir esta historia de salón real en una tragicomedia brillante donde el grisáceo monarca británico gana su confianza y vence su problema de lenguaje a través de la constancia. Hooper convierte así esta historia en un film emotivo, lúcido, excelentemente narrado y sin mácula, en la mejor película quizás de este 2011. El cineasta británico hurga, indaga escudriña y escruta en la psicología compleja y trastornada de un dúo asombroso, maravilloso y asimétrico (en el poder político pero inverso en el poder del discurso y de la palabra) unido en la fatalidad, el rey tartamudo (Poder Político) y su logopeda (Poder de la Palabra o el Discurso), que se inventan una amistad insólita y desesperada, testigo de tiempos oscuros, fatales que deslumbran o auguran los desastres de Hitler y la Segunda Guerra Mundial.

Sin palabras la excelente actuación de Rush como el logopeda. Un actor que hace brillar
todo lo que toca o interpreta.

Helena Bonham Carter vuelve en este film a sus papeles que le dieron grandes frutos en su
juventud. El drama histórico o de época son indiscutiblemente el fuerte de esta actriz, que ha
sido relegada y olvidada por las grandes compañías cinematográficas y sus directores que
prefieren muchas veces una cara bonita y no el verdadero talento.
Hooper perfila el contexto socio-histórico para proyectar un libreto absolutamente genial, que actuado entre la risa y el llanto por dos geniales Colin Firth y Geoffrey Rush (ambos merecedores sin discusión del Oscar), emerge entre luces y sombras de unas incoherentes pero muy humanas y reales situaciones. Así el discurso histórico se minimiza, se vuelve minúsculo y emerge una grandiosa ficción que derrama sentimiento y lógica en proporcionado equilibrio. Geniales diálogos, sublime y pintoresco humor, junto con una banda sonora preciosa, una fotografía de primera, una dirección artística espectacular y muy bien lograda, además de las superiores y maravillosas actuaciones no solo de Firth y Rush, sino también de una Helena Bonhan Carter que desborda talento como la singular esposa del Rey, hacen de esta producción la verdadera merecedora del Oscar como mejor película, a pesar de que no es la favorita del público.

Por Félix Esteves

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