Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

lunes, 10 de enero de 2011

EL EROTISMO EN EL RENACIMIENTO.

MARTES Y VENUS, 1524.
Impreso de Marcoantonio Raimondi de un dibujo de Giulio Romano.
En el Renacimiento el hombre vuelve a ser descubierto y aparece desnudo en el centro del mundo. El universo griego vuelve al pensamiento de los hombres y todo su arte y belleza llega a los nuevos individuos de una Europa cansada del razonamiento gótico y medieval. Los ojos del Renacimiento cayeron sobre Apolo y su desnudez, planteando inmediatamente el problema figurativo del sexo.

El Renacimiento se aprovecha de la nueva visión del ser viviente para humanizarlo todo: desnuda a Santos como si fueran dioses griegos, le pone hermosos senos a la Virgen, pues hace falta que amamante al niño, así va desarmando la hipocresía de la sociedad a través de la fuerza de la verdad y es a través del arte. El desnudo triunfa pero se detiene en el límite del acto sexual que no se muestra sino por alegoría o metáfora: siendo esas imágenes metafóricas la Serpiente, el Cisne, o el Toro de las mitologías.


VIRGEN Y NIÑO RODEADOS DE ANGELES, 1450. Jean Fouquet.
Durante el Gótico aparecen algunas representaciones de virgenes de la leche,
el Renacimiento explota el tema con extrema belleza y erotismo, sin embargo la iglesia se opone
y el Concilio de Trento en el s. XVI lo censura.
Tanto el Humanismo como el Renacimiento necesitan representar la realidad del hombre. La ciencia empieza a diseccionar el cuerpo humano y a escudriñar su interior. Los cuadernos de anatomía de Leonardo da Vinci devolvieron a la estructura del cuerpo su profundidad y su razón. El conocimiento de la cirugía comparada, la evolución de la medicina y el principio bastante nuevo del derecho a la belleza provocan el nacimiento de la cirugía estética; Tagliacozzo publicó un tratado, descubriendo sorprendentes detalles sobre el injerto de la piel, y Agnolo Firenzuola escribió un ensayo sobre los cuidados de la belleza: Della bellezza delle donne. Los afeites corregían a la naturaleza, los perfumes proliferaron y eran destilados para exaltar con una inquietud netamente afrodisíaca la belleza y el erotismo, y los adornos corporales invadieron los cuerpos para incitar el amor cortesano.
LEDA Y EL CISNE, 1510. Leonardo Da Vinci.
La seducción y el amor erótico era alegorizado o metaforizado
por lo general por animales.
La moda bajo los descotes y los senos fueron liberados. La mujer empezó a tomar fuerza erótica y el amor cortesano tomo repentinamente la mente de los ciudadanos al leer sobre la Laura de Petrarca, de la Beatriz de Dante o leer la poesía de Vittoria Colonna y que muchas veces fue musa y modelo de Miguel Ángel. El culto de la Madona o de bellas vírgenes fueron el pan del día y los amores de Romeo y Julieta ilustran la tragedia del amor obstaculizado. El amor se empezó a ver como un derecho natural, algo que había desaparecido por mucho tiempo.

El hombre del Renacimiento reconoció en la cortesana a su igual; libre de toda violencia, sutil, cultivada, a veces artista, siempre dueña de sí misma y de su destino, pero respetuosa de la fuerza y de la autoridad, se elevó a un rango social muy brillante. El amor, ideal o carnal, se transformó en una hazaña del alma y del cuerpo. El exceso del amor hizo aparecer la sífilis y con ella apareció el condón o preservativo. El morbus venereus, tal como lo designa Jacques de Béthencourt, agregó al erotismo europeo una pizca de locura que le faltaba. La amplitud de los escándalos y su resonancia no serían concebibles sin un terreno favorable a ese grano de locura.

APOLO Y CIPARISO, 1596. Giulio Romano.
El Renacimiento, aunque casi siempre a escondida, tomo el amor homoerótico
como suyo y lo escondio bajo el manto de la mitología.
La brutalidad de la rebelión que el Renacimiento encendió contra las reglas tradicionales no podía dejar de provocar una corriente contraria. Se llamó la Reforma. Pero si Alejandro VI soñaba con un papado hereditario, Lutero se casó con una ex monja y dio su acuerdo al matrimonio polígamo de Felipe de Hesse; Y la Dieta de Francia legalizó la poligamia para remediar los estragos de la Guerra de los Treinta Años. La satiriasis de Enrique VIII, provocó la ruptura definitiva con Roma, dio origen a la Iglesia de Inglaterra y legitimó el divorcio que el apetito súbito del rey exigía.

LAS ALEGORIAS DEL AMOR, s.XVI. Bronzino.
Esta obra es un paradigma de la pintura del manierismo del Cinquecento.
Sus connotaciones eróticas es un ejemplo de la pintura sensual, sugestiva e intelectual
que fueron destinadas a ciertos gabinetes aristócratas y que sugerieron pasiones
en privado a los coleccionistas.


Miguel Angel Buonarroti fue un maestro en todas las vertientes del arte y un gran
entusiasta del erotismo. Sus desnudos son una muestra de la pasión del Renacimiento
por el cuerpo humano en toda su belleza y esplendor sensual.
 El Renacimiento representó la libertad del hombre sobre el yugo de Dios y su pesimismo ante lo sexual y lo erótico. Esta libertad condujo a gran cantidad de excesos: las muchachas mostraban sus senos y las doncellas lo mostraban todo. La mujer casada sólo ocultaba los pezones y la viuda, por otra parte, lo tapaba todo, debido a que nada se esperaba de ella. La ropa de los hombres era muy provocativa, en los cuadros y libros de la época se representaban con una bolsa en el exterior de los pantalones, sobre sus genitales, a fin de resaltarlos y poner, así, relieve a su miembro. Todo esto se hacía debido a que, en aquellos momentos, la reputación de un hombre se basaba en su capacidad como amante y en la dotación que poseía. Curiosamente, en nuestra época, aun ese pensamiento perdura a pesar del paso del tiempo. Así, por ejemplo, si los pantalones que utilizaba el hombre eran verdes, se colocaba una bolsa amarilla a fin de resaltan considerablemente la existencia de un poderoso miembro.

El impulso del Renacimiento también produjo cambios en la Iglesia, así se vio forzada a tomar su lugar en esta extraña danza del amor, por ello, según algunos textos, hay claros ejemplos de bruscos cambios, tales como el caso de los sacerdotes y los Papas de la época, como Alejandro VI que muy conocido por sus excesos sexuales.. De este arte sexual, surgieron artistas que hoy día son conocidos por todos y que han pasado a este conocimiento no por sus obras de temática erótica si no por el magnífico carácter de puro artista que cada uno de ellos lleva dentro. Tales artistas como Miguel Ángel, Rafael, Mantegna, Leonardo Da Vinci y tantos otros.


Giuliano Romano fue uno de los artistas que más exploto
el tema erótico como lo demuestran esta imagen y la de arriba.
La vida, el arte y el amor van unidos, no puede existir uno con la ausencia del otro, y el Renacimiento lo vio así y todavía perdura ese pensamiento. Los temas de amor, belleza, la atracción y la fascinación apasionaron a los hombres y mujeres del Renacimiento, y estas pasiones fueron discutidas, conversadas, formando parte de la literatura, de tratados, y por supuesto del arteDesde el siglo XV al XVIII, el ascenso del erotismo y de la pornografía fue trepidante y el placer se encontraba en cualquier lado: en las pinturas, en las esculturas, en los versos, en el vestir, y sobre todo en la piel de los nuevos hombres y mujeres que le dieron un nuevo giro al mundo con el pensamiento de libertad del Humanismo y rompieron con el cinturón de castidad impuesto por las vetustas, austeras y llanas mentes del Medioevo.

Por Félix Esteves

1 comentario:

  1. buen documento lleno de interés y enfocado a el mundo del arte

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