Una pequeña presentación

Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.

Félix Esteves

Amigos de Los Mínimos y Máximos

jueves, 17 de noviembre de 2011

CHÁVEZ PREFIERE REGALARNOS UN PEZ QUE ENSEÑARNOS A PESCAR.


Hay un refrán muy antiguo que dice: “Sí un hombre tiene hambre, no le des un pez, enséñale a pescar”. Traigo esto a colisión por un enunciado del Presidente de la Republica de Venezuela Hugo Chávez emitido esta semana cuando dijo que las familias pobres recibirían 300 bolívares por hijo y  en el caso de hogares con hijos discapacitados se dará 600 bs. Cada vez más el gobierno pretende tener personas atadas a las misiones y edictos como este, acostumbrar al pueblo a recibir becas sin ningún tipo de esfuerzo. Es más fácil controlar a una masa pobre y embrutecida que un pueblo digno con trabajo y sabiduría.

En primer lugar Venezuela es un país inmensamente rico y no debería haber pobres como los existentes en la actualidad, tenemos una entrada de capitales por el petróleo única en el mundo, igualmente Venezuela posee unas tierras fértiles y un país hermoso digno de ser explotado turísticamente, además de otros tantos recursos. En segundo lugar es tanto el desespero del oficialismo por ganar puntos que inventan cada locura, cualquier patraña para ganar votos, especialmente en la población más pobre y sin educación.

La frase o refrán expuesto al principio (“Sí un hombre tiene hambre, no le des un pez, enséñale a pescar”) nos  indica que en lugar de darle las cosas de manera fácil a los hombres se le debe enseñar a obtenerlas con su propio esfuerzo, con su trabajo, ya que aprendiendo siempre sabrán hacerlo y dignificará su vida. Es decir, que de nada sirve que le des algo pues de nada le serviría, que es mejor que le enseñes como obtenerlo pues así no solo podrá obtenerlo por esa sola vez sino que ya sabrá que hacer para después. Es preparar para el futuro.

La aplicación de este refrán o pensamiento está lleno de sabiduría, es universal, invariable e inquebrantable. Esa es la única forma como los ciudadanos y los pueblos pueden alcanzar el progreso y el desarrollo. Educar significa limpiar de la ignorancia a la persona. Educar es preparar para el trabajo, es dignificar, pero para eso es imprescindible el más incondicional respeto por la personalidad del individuo, para que sea el mismo quien logre su propio perfeccionamiento y desarrollo, y por lo tanto ejerza su libertad de pensamiento, su poder de elección, la potestad de reflexionar y tener  libre albedrío.

La función del Estado es la de contribuir con su mediación, participación y  arbitraje determinante la vida política, económica y social de la colectividad a crear las condiciones externas necesarias para que los ciudadanos, libremente, puedan buscar con facilidad, por sí mismos y de acuerdo con sus respectivas capacidades, la plena realización de su ser integral. Al crear seres o ciudadanos integrales hacemos mejor una sociedad y por lo tanto un mejor país.

El gobierno de Hugo Chávez pretende, en mi parecer, “enseñar” a los venezolanos a supeditarse, a depender, y subordinarse a los “regalos” y “dadivas” de un Estado paternalista, populista, y demagógico y cuyo objetivo principal no es transformar profundamente las estructuras y relaciones sociales, económicas y políticas  sino el preservar el poder y la hegemonía política a través de la popularidad entre las masas.

Un verdadero hombre de Estado hubiese enunciado nuevos planes educativos, proyectos de enseñanza de artes y oficios en las zonas populares, cursos y talleres de carreras técnicas, el incremento de escuelas e institutos para el desarrollo educacional y del trabajo. Un verosímil  y efectivo estadista, presidente o gobernante hubiese anunciado la apertura de nuevas industrias y fábricas que generarán nuevos empleos. Un positivo, autentico y buen presidente hubiese anunciado becas de estudios para aquellos niños y jóvenes pobres que muchas tantas veces tienen que desertar de lo único que les debe pertenecer: El Derecho de Educarse.

Señor Presidente no nos regale 300 bolívares, denos la oportunidad de educarnos para el futuro. 

Por Félix Esteves

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