El mes pasado tuve un encuentro mágico con Laura de Rokha y sus hijos los títeres, escribí sobre su vida como titiritera y su particular y maravillosa cosmogonía (1). De ese cita me traje tres libros de su autoría y que no quise y no pude comentar en aquel entonces porque no los había leído, me tome mi tiempo, cada noche antes de acostarme junto con una copa de tinto, a veces con un calientito té o simplemente acompañado de las ganas, comenzaba a leer las letras de Laura, enseguida me imbuía, me transportaba a las páginas, me convertí así en charada, me transforme en trabalenguas de nombres y sus situaciones, me hice juego de palabras con sus personajes de “Casimiro Cauteloso y Encuentro con lo vivido” (Editorial Multitud, 1987).
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Casimiro Cauteloso y Encuentro con lo vivido |
Con ¡Qué perra vida! (Ibídem, 2001) conocí todo un universo visto desde la interioridad canina, Laura de Rokha con su pluma magistral ha sabido captar el carácter de los perros, dándole, eso sí, un aspecto casi humano, pero al mismo tiempo a través de la ironía ha transmutado el existencialismo del hombre a nuestros amigos perrunos logrando establecer una dualidad donde no sabemos hasta que punto el hombre es un “perro” o si el perro es “humano”. En esta docena de cuentos perrunos Laura desboca mil sentimientos y emociones que brillantemente coloca y trastoca la vulnerabilidad humana y la fortaleza canina y viceversa. No puedo dejar de mencionar que esta obra me hizo recordar la novela “Flush” de Virginia Woolf leída en mi muy temprana juventud.
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¡Qué perra vida! |
Por último me paseé por las hojas de “Al despuntar la noche” (Ibídem, 2006) un libro de teatro para títeres compuesto tanto por obras infantiles como para adultos, en él se compaginan su amor por los títeres y su pasión por la literatura, se unen lo heredado y lo adquirido… poesía y drama… los seres fabricados por sus maestras manos no sólo son títeres, Laura los dota de parlamentos, de vivencias, de un mundo, sus títeres ya no son mudos, piensan, opinan y desean. Sus seres mágicos nacen de sus manos y crecen y se desarrollan en sus obras.
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Al despuntar la noche |
La escritura de Laura es sencilla, sin falsas pretensiones ni ruidosas construcciones; su forma es delicada pero firme, suave pero al mismo tiempo pasional; las palabras plasmadas en sus libros son tan naturales que pareciéramos no leer, sus cuentos se nos presentan como si salieran de su propia boca. Laura nace en Chile bajo el nombre de Laura Díaz Anabalón, con el tiempo descubre su talento para escribir, que no es más que la herencia dejada por sus insignes padres los poetas Pablo de Rokha y Winett de Rokha; Laura sabe de su mágico don, cultiva su talento, lo cuida como una flor, así escribe, fantasea, crea… escribe y describe, crea y recrea, Laura se hace aura y aurora…nace Laura de Rokha... Escritora.
(1)
http://minimosymaximos.blogspot.com/2011/04/laura-de-rokha-y-sus-seres-magicos.html
Por Félix Esteves
Interesante Laura. Mis perros también escriben en el blog. Un saludo.
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