No podemos negar que la televisión es un medio de comunicación de masa que influye sobre los seres humanos. Este importante medio se ha convertido en un constructor de estilos de vida, y un arquitecto de la identidad.
Últimamente han surgido en la televisión una serie de programas de comedias dirigidos al público adolescente. Estas comedias pretenden desde la ficción reflejar la realidad cotidiana de los jóvenes, con toda su crudeza, tanto en el tratamiento como en el lenguaje. La televisión así, toma la realidad, la transforma y crea un nuevo realidad que emana una similitud y un reflejo que digiere el televidente, originando o promoviendo nuevas identificaciones sobre la base de estas historias que no son reales, porque la televisión las exagera, pero los jóvenes o televidentes que observan dichos programas sienten esta ficción como una realidad, su realidad.
Esa capacidad del medio televisivo de transformar la realidad, de jugar con ella, de llevarla hasta los límites de lo creíble y aceptable, como algo del orden de lo posible es conocida como “transformismo televisivo”. La televisión crea mundos posibles, que como la ficción, permite todas las identificaciones imaginarias. Pero estas identificaciones imaginarias invocan a una serie de representaciones colectivas, deseos, fobias que condicionan la percepción de la realidad y hacen que los jóvenes televidentes vean lo que quieren ver. Esa nueva visión no es más que el imaginario de los jóvenes y la realidad representada, es una proyección más que una reproducción fiel de la realidad. Es decir que el joven ve en el protagonista o en algún personaje de las serie una proyección de si mismo.
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El Club Glee en plena faena de canto y baile. |
Glee, la serie o comedia musical trasmitida por la cadena Fox, no escapa de lo anterior, en ella se refleja lo que se supone es la vida de los jóvenes. Esta exitosa serie narra la historia de unos adolescentes marginados en la escuela que componen la coral o club glee donde estudian. El público que ve esta serie es en su mayoría un público juvenil, que quiere verse representado en su realidad pero también en su ideal de realidad y en sus imaginarios.
A diferencia a otras series televisivas que se ven en la televisión dirigidas a los jóvenes y adolescentes, Glee tiene un punto a su favor, y es que a pesar de lo exagerado en que son presentados sus personajes y las situaciones en que viven, estos cumplen una función de aprendizaje: mostrar tipos y estereotipos que son referencias y que acotan el modo de vida de los adolescentes.
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Quinn Fabray y su embarazo no deseado, un problema muy común dentro
de la realidad de muchas jóvenes. |
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En esta foto vemos a Kurt cuando le confieza su homosexualidad a su padre. |
Entre tanta basura como “Somos Tu y Yo”, “Hannah Montana”, “No puede ser” o “Sueña Conmigo” entre otros, Glee propone un “reflejo del mundo real” quizás más apegado a como son los adolescentes, sus problemas, o su forma de ver el mundo, como el embarazo precoz, la homosexualidad, el noviazgo, el compromiso, la amistad, la familia, las drogas y el alcohol, la competitividad, la tolerancia y la convivencia.
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Mercedes Jones con su problema de sobrepeso
es uno de los personajes principales de la serie. |
Ese mundo reflejado por Glee, tal vez no vale tanto porque sea un reflejo del mundo real o su prolongación virtual, es que los personajes de Glee a pesar de sus exageraciones logran resolver sus situaciones y problemas positivamente, siempre al final de cada capítulo existe o hay una moraleja, o un mensaje real y autentico pero sobre todo positivo.
Glee es más que música, bailes y canciones: es una serie más compleja de lo que parece, ella toma de la comedia musical el formato para hacernos un retrato de los adolescentes, una radiografía de la juventud y los adultos que los rodean. A pesar de su pantalla de programa banal y poco serio en el hay personajes como Quinn Fabray, una adolescente que tuvo que lidiar con un embarazo no deseado; o Kurt Hummel, el chico gay, que lucha por ser aceptado en un mundo que no acepta la diferencia de genero, o Mercedes Jones, una joven con problemas de peso y afroamericana que tiene que imponerse en un pueblo de Ohio donde sabemos que la población de color sólo alcanza un once por ciento; o Brittany una joven con dislexia y otros problemas de aprendizaje que busca ser aceptada a través de ser la “chica fácil” del colegio, y donde dejamos a Rachel Berry la superdotada e hiperquinética que quiere alcanzar su sueño de ser cantante y famosa cueste lo que cueste, o a Finn Hudson con su problema de eyaculación precoz.
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