GUERNICA - LIBIA: la flor de la guerra siempre vuelve a retoñar.

"Guernica" Pablo Picasso
Oleo/Tela. 3,50x7,80 mts. 1937

Mucho se ha escrito y discutido sobre el “Guernica” de Pablo Picasso. El autor siempre se resistió a discutir y esclarecer sobre su obra. Nada en el cuadro hace referencia directamente explicita al circunstancial y sobrecogedor hecho del bombardeo del pueblo de Guernica, acometido el 26 de abril de 1937, llevado a cabo por las fuerzas aéreas alemanas al servicio del levantamiento antirrepublicano del general Francisco Franco. Tampoco existe referencia alguna a Franco, sus seguidores y emblemas. Igualmente no hay ninguna señal sobre la República que encargo el cuadro y que fue brutalmente atacada. Todo en la pintura esta metafóricamente trascendido a un plano superior, en un plano intelectual y moral de ideas repulsas y sentimientos.

El “Guernica” es un cuadro o una pintura de guerra y por lo tanto un documento histórico, pero no es la típica obra donde se muestra la historia o la guerra tal como sucedió, como era costumbre en el pasado. Picasso expreso la historia en otra dimensión, reconfiguro, elucubro y plasmo los hechos en símbolos.

Pablo Picasso tomo nueve símbolos universales y generalizadores: las animalidades (Toro, Caballo y Paloma); la Feminidad (la Mujer que alumbra, la Mujer que implora al cielo, la Mujer arrodillada, la Mujer con niño muerto); el Infanticidio (niño muerto sujetado por su madre); la Luz o lámparas (Una aunque eléctrica no arroja luz sino sombras; y la otra, una vela sujetada por una mujer que alumbra la desgracia caída sobre ellas); la Nocturnidad (a pesar que el bombardeo fue ejecutado en la tarde Picasso llena de oscuridad al cuadro); la interioridad; los Iconos caídos (la cabeza rota de la estatua); las Armas (espada rota) y el símbolo poético (la Flor que nace y renace hasta dentro de los cadáveres).

El infanticidio, lo peor de una
guerra.

En este pequeño ensayo solo quiero dedicarme a dos de los símbolos aquí representados: El Infanticidio y el Poético. El primero y uno de los peores, porque al matar a los niños matamos el futuro, se asesina cuanto de limpio y puro hay en el mundo, se elimina la inocencia y la esperanza. El último, la flor que nace y renace, parece más un símbolo de mal agüero, sabemos que el pueblo de Guernica resurgió de todas las cenizas y se levanto de nuevo, que la vida se renueva en cada tormento de guerra, en cada desastre que provoca el hombre contra el hombre.

Pero aquella flor que apenas es notada, parece decir que la capacidad del hombre de eliminarse a si mismo no termina, después de Guernica y volverlas cenizas, se conventrizó Londres, luego Berlín, se volvieron polvo de huesos a Nagasaki y a Hiroshima… y es que parece que matar a mansalva esta injertado en el corazón y el alma humana.

La flor que nace y renace...

Hoy día, un dictador, Muammar Al-Qaddafi o Muamar el Gadafi, parece ser esa flor, pero ahora oscura y tenebrosa, que renueva el genocidio, el de asesinar al hermano como lo hizo Franco aquel 26 de abril de hace setenta y cuatro años. Bombardear al pueblo libio que sólo pide después de más de cuarenta años de dictadura un cambio, es un acto criminal. Gadafi, no se rinde, no piensa ni dimitir, ni abandonar Libia, pero si es capaz de bombardear y eliminar a los que él llama sus enemigos, que no es más que la misma nación libia.

Pero las cosas tal vez pueda empeorar cuando las fuerzas americanas y las de la Otan inmiscuyan sus armas y sus deseos de tomar el control de las riquezas libias. “Guernica” parece no terminar, la pintura de Picasso florece y se marchita en cada bomba que cae, en cada mujer que abraza su niño muerto bajo el sin cesar de las balas, en cada golpe de arma que da un hermano contra su hermano. “Guernica” no ha terminado y lo más triste es que parece que aquel horror y error de la humanidad nunca va acabar.

Al dictador Muamar El-Gadafi parece que al igual que a Francisco Franco
no le tiembla la mano al mandar bombardear a su pueblo.

Por Félix Esteves