Desde el estreno de PUERTA ABIERTA AL MAR (2007, Venezuela), la creación literaria de la periodista argentina-venezolana Viviana Marcela Iriart ha empezado a darse a conocer de manera edificante. El exitoso montaje de PUERTA...., producido por Benjamín Cohen en el Ateneo de Caracas, resultó un hecho fortuito para poner de relieve la existencia de una serie de textos no sólo teatrales sino también novelísticos y poéticos de Iriart. La publicación de estas obras por una editorial reconocida esta aún por darse pero gracias a la comunicación cibernética, los fragmentos de sus obras y datos específicos sobre su acuciosa y sistemática labor están siendo apreciados en un círculo internacional cada vez más respetable. Basta incursionar por las secciones de Escritoras Unidas (blogspot) para captar la entrega y compromiso de esta creadora.
De sus textos merece mención aparte su novela LEJOS DE CASA (1983) ya que constituye el trabajo germinal de su producción toda. En ella, una joven estudiante argentina, expatriada por la dictadura militar, proyecta la visión del entorno que abruptamente se le da al incursionar en otras esferas culturales (primero en Venezuela y luego en Estados Unidos), vivencias estas que dejarán una lacerante huella de resonancias múltiples en la protagonista. Es de anotar que LEJOS...., de apoyatura autobiográfica, está enmarcada dentro de la etapa de álgidas luchas por los derechos civiles que brotaron irrefrenables en todo el hemisferio. La marca del exilio, ese desarraigo por el que ya no se está en su sitio en ningún lado, será una constante predominante en las creaciones de Iriart, proyectada en variadas exploraciones estilísticas y diversos géneros que irán desde unos “casi” poemas, como le ha llamado su autora, hasta su novela UNA CIERTA MIRADA, fluida y transgresora, pasando por una tersa adaptación teatral de una entrevista de la autoría de Truman Capote.
Estos pliegos casi inéditos de Iriart (su publicación privada no ha pasado de cien ejemplares) giran alrededor de los temas de la pérdida, el desencuentro, la represión de regímenes dictatoriales, la violencia institucionalizada y sobretodo, el desconcierto ante los efectos alienantes de la misma en las relaciones humanas. El tema de la pasión, como eje de sus creaciones, surgirá con mayor relevancia más tarde concordando con la actitud renovadora e irreverente que caracteriza la escritura de Iriart.
Dentro de la producción poética, la autora explora con intensidad y con soltura varios registros. Así, se perciben hallazgos metafóricos en los destellos tiernos y evocativos que afloran en poemas tales como los incluidos en LA CASA LILA (novela, 2002).
Pasan tres niños pequeños montados en un viejo caballo grande.
Pasa la niña que fui yendo a la escuela en sulky.
Los niños ríen, son felices.
También yo lo era, entonces.
Se paran delante de una mora rozagante de frutos
y las manitas revolotean en el aire, desesperadas.
El caballo pasta, tranquilo, indiferente a sus brincos.
La mora baja sus ramas para amamantar
a los niños con su leche negra.
Pero hay también un tono fustigador en expresiones poéticas recientes, como en “Este país,” (2009), donde su lenguaje se torna más directo y su mensaje, grave.
Este país huele a sangre.
Camino sobre sus muertos.
El crujir de sus huesos hiere.
Este país, tan hermoso, huele a muerte.
Este país es mi muerte.
La autora revela en sus artículos periodísticos (y en su blog) las influencias literarias que han hecho mella en su obra creativa así como los íconos de las últimas décadas que han despertado su interés. Ambos aspectos van a fundirse de manera decisiva en su producción literaria. De ahí que no sorprenda que Iriart, quien admira la figura y obra de Truman Capote, elabore (junto a Leonardo Losardo) la recreación teatral de una entrevista de tan controvertido personaje. El texto original en cuestión es “Vueltas nocturnas o sugerencias sexuales de dos gemelos siameses” material incluido en MUSIC FOR CHAMELEONS (1975), dedicado a Tennessee Williams.
La adaptación de Iriart y Losardo, “Truman” (1997), recoge con fidelidad las reflexiones y dudas del impredecible escritor en una entrevista que éste se hiciera a si mismo. Se dice que Andy Warhol, quien entonces dirigía la revista “Interview,” le propuso a Capote el realizar una serie de entrevistas a las grandes figuras del momento en un afán de motivar la productividad de éste. “Vueltas...” es una de esas entrevistas. Sin pensarlo dos veces, Capote se entrevistó a si mismo porque tenía conciencia del sitial que su figura había llegado a adquirir dentro del núcleo social e intelectual del momento.
El aporte de Iriart y Losardo en “Truman” consiste en la hábil construcción de un tercer personaje: Truman, a los sesenta años, encarando el fin de su asombrosa trayectoria vital. Así, a este tercer personaje se le adjudican los parlamentos más complejos e incisivos, más sagaces y esclarecedores. Bien se ha señalado que la vida del autor norteamericano estuvo llena de éxitos, notoriedad y escándalos (causados por sus adicciones y su abierta homosexualidad) con los que Truman trataba tal vez de compensar su abandono infantil, causado por el suicidio de su madre, circunstancia que lo corroía sin tregua. A esto se añadiría un sentido de culpabilidad que surgiría en relación con la obtención y uso del material medular de A SANGRE FRIA, obra que logró su consagración literaria definitiva. En efecto. la crítica considera su “novela de no ficción” IN COLD BLOOD, una obra transformativa de la concepción del reportaje. Bien anuncia la contratapa del libro que su prosa es “de un gran brío estilístico” asociado sólo con las grandes ficciones. De hecho, la reciente película realizada en Hollywood sobre la atormentada y genial vida de Truman Capote registra el autocuestionamiento del autor al utilizar las confidencias de dos reos involucrados en un sonado crimen. Los acusados fueron ejecutados seis años más tarde de sus conversaciones con Capote, lapso de tiempo que el autor debió esperar para publicar dicho material como parte innovadora de su reportaje. Es de suponer que esto contribuyó a que los últimos años de su vida se convirtieran en entradas y salidas de hospitales y programas de rehabilitación. Iriart y Losardo, conscientes de las resonancias explosivas recogidas en “Vueltas nocturnas....”, insertan la adaptación teatral al final de la travesía de Capote logrando con ello agregar dinamismo al conflicto del texto original. La obra cierra con un tango en la voz de Susana Rinaldi, otro ícono que Iriart atesora.
La pasión como tema central del texto se da claramente en UNA CIERTA MIRADA (1994) donde la autora disecta el misterio de una atracción irrefrenable entre sus dos personajes centrales. De manera más que oportuna, Iriart nos relata, paso a paso y desde las páginas tomadas de los diarios de la pareja, los altibajos por los que atraviesan ambos personajes hasta cerciorarse de la correspondencia emotiva. El recurso de exponer los dos diarios, en forma alterna, elimina la necesidad de un narrador formal para el relato y lo que es más importante, produce un tono de inmediatez e intimidad entre el texto y los lectores cómplices.
Es fácil advertir la admiración de Viviana Marcela Iriart por la obra de la escritora uruguaya Cristina Peri Rossi cuya producción ha circulado exitosamente después de la etapa literaria del boom. Y esta afinidad no es casual. Sus preferencias creativas las acercan como en el caso específico de UNA CIERTA MIRADA. Con ella comparte, en gran medida, su escogencia temática del amor obsesivo. Con ella además coincide en la utilización de los géneros literarios sin rigidez, en la expresión de un erotismo franco y disfrutable, en sus ideales por la igualdad de la mujer. Es de señalar que en su trayectoria vital, ambas escritoras han sido afectadas de raíz por dictaduras represivas y llevan con ellas la ruptura del exilio.
La trama de la novela consiste en la interacción de dos mujeres, Gal y Francesca, quienes se resistirán inicialmente a una relación sentimental por la extrañeza que produce en Gal una interacción lesbiana y por el temor de ambas ante la reacción prejuiciada del entorno social. El texto es corto, ligero, ágil y aun lúdico, proyectado en trazos impresionistas. Hay pinceladas luminosas de ternura y de libido mezcladas con tonos grises de pesadillas, vestigios de violencia que se han quedado ancladas en la memoria, y de la confrontación con los preceptos religiosos y sociales de ese presente. El lenguaje se mantiene fluido de principio a fin y se hace uso de las metáforas de tipo sensorial en profusión para proyectar el clima de erotismo que irradian sus personajes.
Tanto en la creación poética como en la concepción de sus obras teatrales y su producción novelística, Viviana Marcela Iriart viene definiendo cada vez con mayor rigor la temática y el lenguaje idóneo para sus válidas exploraciones literarias. Es de esperar que estos textos tengan pronta acogida en las casas editoriales comerciales para lograr la difusión amplia que ameritan.
San Diego, California, octubre 2009
Por Susana D. Castillo