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LA MUERTE DE MARAT. 1793 Jacques-Louis David. |
Jacques-Louis David, el pintor de este cuadro, no era sólo un
artista, sino además el creador de las celebraciones revolucionarias, las
cuales tenían como propósito servir como
instrumentos de difusión de la ideología de la revolución francesa o mejor
dicho como propaganda del nuevo régimen. El estilo de David estaba marcado por el Renacimiento, pero su mayor influencia estaba dictada por la Antigüedad
Romana. El artista tenía
una predilección por los temas antiguos ya antes de la Revolución.
Todo lo que Jacques-Louis
David había ejercitado con los temas antiguos o clásicos, lo utilizó
y aprovechó en 1793 con la
representación de la muerte del diputado Marat. Este revolucionario francés fue asesinado en una bañera por
la joven Carlota Corday, a partir de ese hecho concibió un cuadro inigualable y
extraordinario tanto por su calidad artística como por su efecto propagandista. Jean- Paul Marat, un
jacobino obsesivo con la Revolución Francesa, sufría una enfermedad de la piel
que le obligaba a realizar la mayor parte de su trabajo político en las calmantes
aguas de su bañera. El 13 de julio de 1.793, Carlota Corday, una adepta de sus
enemigos políticos, los girondinos, consiguió entrar en su casa y matarle con
un cuchillo de carnicero.
La muerte violenta
de Marat convirtió
al criticado y malmirado revolucionario en un héroe del pueblo. David en su obra le da un rostro
dulce, nada se aprecia de la pasión del demagogo, otorgándole al filósofo lo que el artista
quiere reflejar para su propaganda: revelar
y exponer los rasgos sublimes del heroísmo y la virtud. Cuando Marat fue asesinado, era un hombre enfermo, sufría de constante fiebre y se sentía acosado por
una erupción de la piel que hoy día es conocida como Dermatitis Herpetiforme. Por
tal razón permanecía largas horas del día sumergido en su bañera, el agua le
aliviaba un poco de los picores de las pústulas , y llevaba la cabeza muchas
veces envuelta con paños empapados en vinagre.
Jacques-Louis David tenía que idealizar al enfermo de Marat
que en la realidad se había convertido en un desecho humano para que el público
pudiera admirarlo. Exceptuó todos ls desperfectos, manchas y llagas de la piel
y situó el cuerpo en un espacio imaginario. Dejó el plano de fondo en la
oscuridad, sugiriendo no sólo a la austeridad, sino que además coloca al personaje histórico en un espacio
indefinido que se puede entender como la eternidad.
Al mismo tiempo David coloca en el cuadro objetos como una carta y un
billete (no existentes en la realidad o en el hecho del crimen). La carta en
cuestión dice: “Entregue este
billete a la madre de cinco hijos, cuyo marido ha muerto por defender la patria”.
Como se pudo demostrar estos dos objetos son una invención de David que lo usa para manifestar o
proclamar a Marat como
un amigo y defensor del pueblo. De igual manera David elige para Marat la pose que
evoca la imagen que durante siglos se empleó para representar a Cristo tras el descendimiento de
la cruz: brazo colgando, la cabeza
inclinada, sostenida únicamente por el hombro y los paños blancos.
El artista no hace referencia iconográfica a
Carlota, la única alusión es
el cuchillo tirado en el suelo y
la carta que tiene Marat en la mano que dice: “El 13 de julio de 1793. Marie-Anne
Charlotte Corday al ciudadano Marat. Es suficiente que me sienta tan desdichada
para tener derecho a vuestra benevolencia”. Jean Paul Marat nunca recibió dicha carta, pero
al ser apresada Carlota Corday encontraron
en su poder una carta igual pero sin la palabra “benevolencia”.
El estilo es el del Neoclasicismo o lo que muchos críticos o
historiadores del arte han llamado "Clasicismo revolucionario". Jacques-Louis
David concierta la habilidad para la estilización y la simplificación que su aprendizaje
clásico le había enseñado. Se fijo una
impresión directa y concluyente con la más simple de las formas y un mínimo de
medios. La totalidad superior del cuadro se ha dejado extraordinariamente vacía,
al más puro estilo de Caravaggio. El espacio en que tiene lugar el hecho está
resuelto de manera concisa y con voluntariosa sinceridad.
Una gran caja de madera con la escueta
y breve inscripción "A MARAT/DAVID/se l'an deux" adelanta hacia el
marco del cuadro; detrás en segundo y último plano, se despliega la bañera de
color pardo grisáceo, la cual está
cubierta por un tablero de madera y los paños. La cabeza y los hombros de Marat
sobresalen de la larga y estrecha caja.
El pecho, con una pequeña herida, está en sombra. La cabeza del obsesionado
revolucionario está ladeada hacia atrás por la agonía de la muerte al más puro
estilo de “La Piedad” de Miguel Angel.
Su rostro emerge entre luz y sombra, los ojos cerrados, la boca aunque
apenada o mortificada muestra una leve sonrisa que en conjunto con todo lo anteriormente
dicho le da una fuerza plástica
extraordinaria y plena la obra de una
manera apasionante, inquietante y
conmovedora.
Los hermosos tonos grises, pardos y verde petróleo aplicados en planos
lisos son sencillos y su austeridad y su calculada posición es una derivación
del gusto de David por la escuela de Caravaggio. La composición está también
muy estructurada, lograda con unas líneas geométricas simples, con una
sobriedad y desnudez abandonada de todo elemento innecesario o accesorio, enfatizando así
rigurosa y magistralmente la claridad visual.
David creó una figura puramente ideal emplear solamente el material que
le permitía realizar su idea. La definición del lugar, tan
precisa en primer plano, va perdiendo su precisión a medida que se va más allá:
más de la mitad del cuadro está vacía, es un fondo abstracto. El borde de la
bañera, la mitad está cubierta por una tela verde y la otra mitad por una
sábana blanca. El espacio queda definido por la sobria, casi esquemática,
contraposición entre horizontales y verticales. En esa zona exigua, zona
intermedia, muere Marat. En esta pintura Marat se despoja de lo narrativo (muy
frecuente en otras de sus obras) y solo plasma el hecho de la muerte del
protagonista, sin aditivos y sin falsos o excesivos ornamentos.
Quizás lo más dramático es el contraste entre sombra y luz, pero no hay
ninguna fuente de luz que justifique ese contraste como algo natural. La luz es
simbólica. La firmeza y la frialdad del contraste entre luz y sombra dan al
cuadro una tonalidad uniforme, lívida y apagada, cuyos extremos son la sábana
blanca y la tela oscura. En medio de este colorido tan bajo destacan,
sobrecogedoras, unas cuantas gotas de sangre sobre la sábana.
La simplicidad y
sencillez del conjunto es notable. Parece como si a David sólo le interesara
destacar al protagonista y su obra; todo lo demás es marginal y absolutamente fútil.
No hay figuras secundarias que nos pudiesen distraer del hecho
"sagrado" y del personaje idealizado.
Sobre Jean Paul
Marat.
Marat fue uno de
los dirigentes más extremistas o fundamentalistas de la Revolución Francesa,
compartiendo con Danton y Robespierre el reino del terror. Jean Paul Marat
(1743-1793) estudió medicina y en 1789 había sobresalido ya en esa profesión,
la Universidad escocesa de St. Andrews le había otorgado un grado honorífico.
Casi desde el principio de la revolución se erigió como un defensor de los más
humildes. En la Asamblea rechazó casi todas las propuestas dogmáticas de sus
colegas de la clase media y su lengua mordaz le granjeo muchos enemigos dentro
de sus mismos colegas o compañeros. Marat no tardó en ser perseguido y tuvo que
esconderse en alcantarillas y sótanos pero esto no mermo su capacidad para
incitar al odio entre las clases sociales.
Sus virulentas críticas le obligaron a exiliarse en muchas ocasiones.
Sin embargo, sus ideas y su defensa de los derechos del pueblo lo convirtieron
en un personaje muy apreciado y popular. En 1792 tomó parte en las matanzas de
septiembre y fue elegido miembro de la Convención y de la Comuna de París, pero
tropezó con la animadversión de los girondinos al incitar al pueblo a usar la
fuerza y la violencia extrema al reclamar por la dictadura revolucionaria.
Durante la crisis de la primavera de 1793, los girondinos consiguieron
que la Convención le acusase de incitar al pueblo a la violencia, pero fue
declarado inocente. La caída definitiva de los girondinos se produjo el 2 de
junio de 1793, pero Marat, enfermo y exhausto tras años de lucha, abandonó la
Convención. Poco después, el 13 de julio, fue asesinado por la girondina Carlota
Corday.
Sobre Jacques-Louis David.
Jacques Louis David fue el pintor que mejor encarna el espíritu del
neoclasicismo y de la pintura neoclasicista francesa. Nació en 1748 y a
temprana edad estudió en la Academia de París. Sus viajes a Italia donde halló
los restos de la civilización romana antigua fueron conformando su pintura. La
vida de David estuvo vinculada a los avatares políticos de la época. Participó
activamente en la Revolución Francesa, pero su relación con Robespierre le
condujo a la cárcel.
Al salir de ella se convirtió en el retratista oficial de Napoleón y
tras su caída fue desterrado a Bruselas. Jacques Louis David ejerció con su
obra una magna influencia en la pintura europea de la época. Su escuela fue
afamada y recibió pintores de todas las naciones entre los que hay que reseñar
los españoles José de Madrazo y Juan Antonio Ribera.
David fue el verdadero fundador del Neoclasicismo francés. Sus
creaciones pictóricas de rasgos estatuarios y colores pulidos fueron el más
grande paradigma del siglo XVIII. Boucher y Vien fueron sus maestros,
se vio influenciado por ellos en sus primeras creaciones marcadamente
sensualistas. Después irá evolucionando hacia un estilo más personal. David en
1774 gana un premio con la presentación en la Academia de la Lucha
entre Minerva y Marte. El premio le permitió realizar su primer viaje a Italia, allí contactó de un
modo decisivo en su carrera con la Antigüedad Clásica. Al volver a París, se le
acepta como miembro de la Academia, expone El Juramento de los Horacios.
Con esta obra se concreta su reflexión en torno al concepto de lo clásico.
En la Revolución Francesa David era partidario
de Robespierre, motivo por el cual
conoció la cárcel. Al subir Napoleón al poder su situación se vio transformada.
En 1800 se le nombra retratista
oficial de la corte. Así, en este periodo, abundan los retratos del
emperador. Al caer Napoleón, David pasaría sus últimos años en Bruselas.
David es uno de los pintores más valorados dentro del ámbito artístico
internacional por sus transcendentales aportaciones en el campo de las artes.
Debemos distinguir tres grandes ejes que articulan el quehacer davidiano: Es el
artista que eleva al Clasicismo a
la cota más alta. Además del Clasicismo cultiva un Realismo teñido de sensaciones táctiles y sensoriales. Son
numerosas las obras de David que emanan un claro pathos romántico por lo que anticipa el Romanticismo.
Por Félix Esteves
Fuentes: