Una pequeña presentación
Los Mínimos y Máximos de Félix Esteves es una casa, un hogar, construido con amor, esfuerzo, dedicación y hasta con aburrimiento. Tiene muchas puertas donde todos pueden entrar. Tiene muchas habitaciones, donde de seguro en algunas podrás sentirte cómodo, y en otras, tal vez contrariado y hasta… por qué no… molesto. Sin embargo su propósito no es agradar ni molestar, no es ganar amigos ni enemigos… de todas maneras ambos son bienvenidos; su fin es mostrar y demostrar lo variopinto de una mirada, la pluralidad de una cosmogonía a través de mi “micromundo”, de lo exterior visto y sentido desde mi interioridad… es un grito contra la discriminación, es un arrullo de amor a la diversidad, es mi tarjeta de presentación como ser humano, como hombre, como gay y miembro de la comunidad LGBT... tal vez es algo más… no lo sé… aún lo estoy averiguando.
Félix Esteves
Amigos de Los Mínimos y Máximos
jueves, 7 de enero de 2010
TU ERES MI JARDIN
Quiero que estes entre las flores
capullos mil y llena de aromas
flotar entre sus verdes ramas
que las mariquitas y abejas
te confundan con sus colores.
Te bañare con el agua de las rosas
que tu piel se torne como los terciopelos
de las violetas africanas y sus petalos
seras como las azaleas pasionarias
y ligeras y dulces como las mimosas.
Regare con ilusión tu vergel
para que florescan todo el año
y sembrare con gran desempeño
lirios, amapolas y gladiolos
con ternura y cuidado de angel.
Arrancare toda la mala hierba
retirare hasta el desvelo todas las rocas
barrere siempre las secas hojarascas
y así llegara con orgullo de Diosa
tu frangancia de amor hasta mi alcoba.
Por Félix Esteves
lunes, 4 de enero de 2010
CRUEL
Voy merodeando en las sombras
buscando en sus rincones tristes brotes
de mi fugaz y efimera alegria
¿Donde estas?
Se marcho con mi adolescencia
partio con el amor
y tu acaramelada idolatría.
Se embarcaron en el barco del olvido
dejandome solo el desconsuelo
y una insoportable agonía.
Voy husmeando en las tinieblas
para encontrar en sus melancolicas esquinas
mis yermos y aridos recelos
¿Donde estan?
¿Donde se escondieron?
Debo atraparlos
enfrentarme con mis miedos
Embarcarlos contigo y tu abandono
romper con lo remoto, guardarlo
y pasarle un cerrojo.
Voy hacer mi alma oscura y seca
para hacerme fiel amante de las sombras
para hacerme devoto amasio de las tinieblas
así no sere yo
el que con lagrimas... pregunte
el que con dolor... busque
el que herido... suplique
el que maltratado... ruegue
el que insultado... pida disculpa
el que abofeteado... ponga la otra mejilla.
Voy aprender a ser cruel
Voy a absorber todo lo vivido.
Por Félix Esteves
domingo, 3 de enero de 2010
NO LLORES
No llores
se que te arroparon las arenas
estas cubierta con azules penas
unas profundas... marinas
otras más claras, mas celestes
pero igual de salinas
y se escapan de tu boca
los suspiros como mariposas
que aletean con nostalgia
de olvidadas bailarinas
No llores
aunque brillen en la noche
como rocas ambarinas
aunque destellen en el día
como piedras diamantinas
No llores
se alejaran las arenas
que cubrieron tu alegria
soplara de nuevo el viento
y aquellas lagrimas
que antes brotaron
como aguamarinas
se las llevaran la olas serenas
se las llevaran los raudos vuelos
de unas viajeras golondrinas.
No llores
tu melancolia de mujer
que el tiempo sanara
tu tristeza de paloma
enredada entre espinas.
A LOS SOLDADOS QUE NO VOLVERAN
El alma quebrada
un sueño perdido
el corazón roto
y el espiritu herido
Un campo minado
el bosque encendido
la llama que arde
el verbo se ha ido
Al grito del hombre
sonaron trompetas
y mil marionetas
partieron triunfantes
Se bañan de sangre
bailando la muerte
las gélidas Parcas
sedientas de hambre.
El suelo rendido
abraza a sus hijos
que ahora reposan
en territorio enemigo.
Una cruz se levanta
en un puerto olvidado
donde llora una madre
a su hijo adorado.
SOLEDAD
Un viejo reloj y una copa de vino
en la mesa, desmayada una uva
acompaña a una vela cansada
de tanto amor suspirar.
El tiempo pasa y la puerta cerrada
una triste musica que viene y se va
la copa de vino de labios manchada
refleja tu cara de ebrio mirar.
El oráculo no para, la puerta se abre
y un gélido silencio puebla el lugar
se sienta a tu lado y toma del vino
que moja tu boca marchita de tanto esperar.
Un nuevo dia que llega y otro que se va
y las lágrimas de tu clepsidra longeva
sigue marcando las lineas del tiempo
que son las unicas testigos de tu soledad.
Por Félix Esteves
TAN ROJO...
La rojiza arena se comia la maltrecha carretera, la brisa la llevaba con tranquilidad de caracol mientras las palas mecanicas trataban de luchar con las fuerzas naturales que durante milenios han movido a su antojo aquellos inmesos arenales traidos desde el mismo sahara. La cola de vehiculos era larga, muchos pasajeros y conductores se habían apeado para disfrutar del grandioso espectaculo de los medanos que se inponian ante los turistas que nunca se imaginaron encontrarse con aquellos gigantes moviles saharianos en América.
Ella era una de las pocas personas que permanecia en su auto, estaba inquieta, queria que terminara todo de una vez, y que los obreros finalizaran rapidamente sus trabajos, que despejaran la carretera para seguir su camino y llegar a la casa que la vio nacer, a enterrar a la madre que una vez abandono y que durante más de treinta y cinco años dejo de hablar y de ver. Ya habia olvidado la razón de su partida y extrañamente también el por qué de su distanciamiento hacia la madre que por tanto tiempo había permanecido en el más oscuro secreto. El sol falconiano hacia de las suyas y aunque tenia el aire acondicionado prendido sentia calor, el sueño la consumia despues de casi 6 horas de viaje y la desesperación por terminar con todo aquello, hizo que se bajara del auto, hipnotizada camino sobre la arena y tomo un sendero que nunca imagino... un aroma de leña quemada... de carne de chivo descompuesta, de sangre de animal y de tierra humedad y el sudor de hombre... rojos se pusieron sus tenis, la arena entraba por todos lados, su piel era acariciada por la brisa areniscada y su cabello ahora de dorado trigo parecia otro sol en el desierto... sintio el abrazo maldito, el pecho humedo y fuerte que se pego a su espalda, y el susurro amenazador con que le dijo: quieta chivita, toito etan muy lejo... poltate bien y sabras lo que e bueno... la mano bajo a sus pequeños senos de niña y asi como levanta el viento las arenas, el monstruo la levanto y se la llevo al más alejado medano. Cansada volteo y no vio nada solo los rojos y naranjas arcillosos del paisaje, ya los autos no se veian era solo ella entre el suelo movil y el azul intenso del cielo... tirada boca arriba su unico universo se habia limitado a aquellas nubes blancas que veia con dolor, con inmenso dolor... el monstruo saciaba su hambre, la desgarraba y se desgarraban las nubes, trataba de ver en ellas animalitos dulces, formas amigables y serenas pero en cada venir y devenir de aquel maldito se desfiguraban para convertirse en nefastas criaturas que hasta ahora proseguian en sus sueños... y que durante mucho tiempo la atormentaron sin saber la razón de tan extrañas pesadillas... desperto sudorosa con el ruido atormentador de mil bocinas, ya la carretera estaba despejada y ella era la única que no avanzaba... prendio el auto y doblo en "U" y retorno a su presente... dejo atras los bellos y rojizos medanos, tan bellos y rojos como los labios de niña que una vez fueron mancillados, tan rojos, pero ta rojos como la sangre que broto de su vagina herida, tan rojos como la marca que le dejo su madre en el rostro cuando le conto lo que aquel hombre que ella le había impuesto como padre le había hecho sobre la mismisima arena del desierto... tan rojo pero tan rojo como la furia al sentirse humillada por la mismisima madre que la tildo de embustera y malaintencionada... tan rojo tan rojo como la llama con que incendio el rancho materno, tan rojo tan rojo como la mancha que dejo la sangre de sus pies cuando corrio descalza mientras huia para no volver, desterrando aquel pesado y cruel momento, no volteo ni siquiera para ver si la seguian, simplemente queria desaparecer de aquellos rojos... rojos tan rojos que hicieron de ella una cromofobica y en especial al color rojo.
Miro por el retrovisor y ya no se veian las grandes montañas de arenas, ya no se veia el rojo maldito de sus recuerdos... miro al frente y solo vio azules, azules hermosos con nubes, muchas blancas y serenas nubes, con miles de formas, todas amistosas y amigables.
SUEÑO, SUEÑO, SUEÑO.
Sueño, sueño, sueño
con tu nido de amor clandestino
sueño, sueño, sueño
con tu calor de sol matutino
y cierro los ojos con dulzura de niño
a esperar que me beses
para quedarme con tu aliendo prendido...
Sueño, sueño, sueño
que aún te despiertas a mi lado
sueño, sueño, sueño
que eres aún mi angel dorado
y busco en la cama tu satén olvidado
para arroparme con el
y recordar dormido el pasado.
Sueño...
Sueño...
Sueño...
NOCTURNA
Mariposa noctámbula de azabaches alas
esclava voluntaria y servil de la vieja luna
vuelas azarosa escarchando las pupilas
de los seres y las nocturnas criaturas.
¿Di de donde surge el canto de los grillos?
¿Y adonde van los luceros y sus destellos?
¿De qué teje la noche su cubrecama negro?
¿Y cómo riza la luna sus plateados cabellos?
Hipsipila que libas las violetas oscuras
que merodeas las tremulas luces de las farolas
recorres tu rumbo con la lentitud de las caracolas
mientras esperas el amor fugaz de las estelas.
Por Félix Esteves