de tu única teta recibí la vida.
Luna de infinitas noches
que en tu brazo deforme
me mecías
tan distante y aún así
me amamanto con tu leche oscura.
Niño grande que en su sueños
juega en tu jardín y todo lo olvida...
Me gusta la noche
la noche con su luna blanca y pura
de pezón de escarcha
con su aureola suave
con sabor de azúcar.
No quiero despertar
sigue meciéndome en tu cuna
arrúllame en silencio
déjame seguir bebiendo
de tu pecho cíclope
que me da la vida.
No me destetes
que aunque ya soy viejo
me alimento de locura
tan lejana
tan distante y aún así
esa teta aún la siento mía.
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