La Papisa Juana también conocida como Johannes Anglicus es una popular leyenda de mediados del siglo XIII en la que los historiadores no hallan fundamento y que data el nacimiento de la protagonista en el año 822 en Ingelheim am Rhein, muy cerca de Maguncia. Según la fabulosa leyenda, Juana fue hija de un clérigo y por ello pudo acceder a los estudios religiosos profundamente, y para poder continuarlos tuvo que moverse por el ámbito eclesial, por lo que tuvo que cambiar su identidad y adoptar su personalidad masculina: Johannes Anglicus o en castellano Juan el inglés. Así Juana se hizo pasar por monje, viajó por toda Europa, visitó los centros más importantes de estudios clericales y las grandes bibliotecas escondidas en los edificios de las abadías y monasterios, hasta devenir como secretario del Pontífice de León IV. Supuestamente al fallecer León IV en el 885 la Papisa Juana sucedió en el trono de San Pedro como Juan VIII o Benedicto III.
Al cabo de dos años de ejercer el máximo puesto de la Iglesia Católica, Juana queda embarazada de su amante el embajador Lamberto de Sajonia, y en plena procesión papal la papisa alumbra a un varón y es a partir de este momento que empieza a diluirse la leyenda o mito. Una de las versiónes cuenta que Juana fue asesinada cruelmente por lapidación por el público que se encontraba viendo la procesión; otra versión nos relata que murió en pleno alumbramiento y luego el niño fue brutalmente asesinado, mientras otra historia nos narra que fueron los mismos sacerdotes quienes cometieron el crimen de la mujer y su criatura después que termino la procesión y erigieron sobre su tumba una pequeña capilla con una escultura de la Papisa Juana llevando en sus brazos a su recién nacido hijo.
En los siglos XIV y XV esta papisa era ya considerada como un personaje histórico, de cuya existencia nadie dudaba. Tenía su lugar entre los bustos de la Catedral de Siena. Bajo Clemente VIII, y a petición suya, fue transformada en el Papa Zacarías. El hereje Jan Hus, en la defensa de su falsa doctrina antes del Concilio de Constanza, hizo referencia a la papisa y nadie cuestionó el hecho de su existencia. Sin embargo la papisa no se encuentra en el "Liber Pontificalis" ni entre los retratos de los papas de San Pablo extramuros en Roma.
Sin embargo esta supuesta papisa es por completo un invento de la imaginación. En el siglo XV, tras el despertar del criticismo histórico, algunos estudiosos como Aeneas Silvius y Platina encontraron que la historia no tenía sustento. Desde el siglo XVI historiadores católicos empezaron a negar la existencia de la papisa, ejemplos de ello fueron Onofrio Panvinio, Aventinus, Baronius y muchos otros. También algunos protestantes, como Blondel y Leibniz admitieron que la papisa jamás existió. Sin embargo, numerosos protestantes hicieron uso del mito en sus ataques al papado. Todavía en el siglo XIX, cuando lo insostenible de la leyenda fue reconocido por historiadores serios, algunos protestantes intentaron, con un espíritu anti-romano, probar la existencia de la papisa. Incluso Hase no pudo reprimir escribir una nota llena de rencor y carente en absoluto de valor histórico sobre este tema.
|
Poster de la película alemana "LA PAPISA" del 2009 |
No obstante, no deja de ser interesante esta historia o leyenda que pone de manifiesto un gran anhelo femenino de alcanzar el poder dentro de la Iglesia Católica, como sabemos las mujeres hoy en día asumen y ostentan cargos importantes en la vida pública y han demostrado su eficacia y eficiencia en ellos, siendo muchas veces tan hábiles y capaces, y hasta mejores que los mismos hombres.
Por Félix Esteves
Para mayor información sobre el tema pueden recurrir a:
No hay comentarios:
Publicar un comentario